sábado, junio 17, 2006

Peugeot 404 'París' de Altaya






La aparición en 1955 del nuevo Citroen DS fue la chispa necesaria para que en muchos fabricantes de autos a nivel global prendiese la llama de la innovación. Sin embargo, Peugeot, el tradicional rival de Citroen, no se dejó influenciar por la nueva corriente de conocimiento y persistió en sus métodos perseverando en su habitual línea de trabajo.

En 1960 la firma de Sochaux presenta el sustituto de su 403, denominado 404. Contrariamente al DS de Citroen, automóvil con el que estaba llamado a competir, en Peugeot optaron por un esquema clásico de motor delantero, tracción trasera y suspensión tradicional, concepto que correctamente desarrollado otorgó al 404 su principal virtud, la fiabilidad.

Si mecánicamente era muy conservador, estéticamente no se quedaba atrás. El diseño de Pinindarina era muy similar al de los coetáneos Fiat 1800/2100 y Morris Oxford y Austin Cambridge, de líneas rectas, con un frontal de faros prominentes y las clásicas aletas en la trasera. De hecho, estos más que razonables parecidos acarrearon una serie de pleitos entre Fiat, Peugeot y BMC. 

Estaba disponible con tres opciones de motorización, un gasolina de 1.6 litros que según estuviese alimentado por carburador o inyección entregaba 72 y 85 cv respectivamente; y dos diésel, un 1.8 de 55 cv y un 1.9 de 68 cv. A ello se añade las diferentes variantes de carrocería disponibles: sedán, familiar y pick up, a los que se sumaron las versiones especiales Cabriolet y Coupé, introducidas en 1967 y 1968, respectivamente.

Atractivo, robusto, bien equipado, agradable de conducir y con buenas prestaciones, el 404 se convirtió inmediatamente en uno de los grandes 'best sellers' de su época no ya sólo en Europa, sino también en África y Sudamérica, ya que se fabricó en Argentina y en Kenia. En el continente africano, desde Tánger hasta Ciudad del Cabo, es todo un símbolo de la cultura popular.

El 404 ganó para Peugeot en 1963 su primer rally en territorio africano, logrando el polaco Nick Nowicki la victoria en el East African Safari. En 1965, el británico Ian Jaffray repitió la gesta. Entre 1966 y 1968 el mítico rally africano fue territorio del 404.

Y bueno, también fue un coche predilecto entre los taxistas de las principales capitales europeas, especialmente en París, donde fueron especialmente famosos los 404 rojo y negro de la histórica compañía G7 entre 1960 y 1970. Tras 15 años y cerca de tres millones de coches fabricados, el 404 dio paso al más moderno 504, pero ésa es ya otra historia.

La miniatura corresponde al fascículo número 2 del coleccionable 'Taxis del Mundo', editado por Altaya. Está fabricado por Ixo en diecast. Cuenta con un molde correcto y proporcionado y tiene un acabado en consecuencia con lo que se suele esperar de una miniatura de este tipo. El Peugeot 404 es una miniatura muy vistosa y en líneas generales está muy bien rematada, siendo de los mejores modelos del coleccionable de taxis.
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