sábado, agosto 15, 2020

Imperial Crown Convertible 1960 de GLM













Chrysler Corporation introdujo por primera vez la denominación Imperial en los años 1927-1928 para un nuevo automóvil destinado a ser su buque insignia no sólo para competir entonces con la élite de los automóviles en Estados Unidos como Cadillac, Duesenberg, Packard o Lincoln, también pretendía ser alternativa a marcas europeas como Rolls Royce, Bugatti, Hispano Suiza o Isotta Fraschini. En 1955, Chrysler concede a Imperial entidad propia como marca independiente dentro de su grupo, de este modo nacía la Imperial Division of Chrysler Corporation cuyo objetivo era establecer un nivel de competencia superior frente a sus rivales inmediatos, o sea, Cadillac y Lincoln. Curiosamente, un año más tarde, Lincoln realizó una operación de lo que hoy denominados 'branding' muy similar, concedió entidad propia al modelo Continental, aunque en su caso el resultado no fue el deseado, y en 1958 el Continental volvió al redil de Lincoln, mientras que la división Imperial se mantuvo hasta 1983.

Para 1960 Chrysler Corporation estrenó una nueva gama de coches de construcción unitaria con excepción de los Imperial, que siguieron empleando el viejo sistema de carrocería separada del bastidor. Estéticamente recibieron un notable rediseño y la nueva carrocería ganaría más rigidez y robustez gracias al empleo de metal de mayor calibre. Las aletas traseras aún tenían un tamaño generoso aunque en esta ocasión lucían una pronunciada inclinación hacia adelante. El frontal era completamente nuevo, con los faros dobles cubiertos por una visera, la calandra de rejilla de malla fina y el parachoques con forma de V.

El motor V8 Wedgehead 413 ci de 6.5 litros erogaba 350 CV y se acoplaba a una caja de cambios automática Torqueflite accionada por botones. El panel de instrumentos tenía una clara inspiración aeronáutica con dos diales en forma de cápsula que se iluminaban gracias a un sistema muy ingenioso obra de la empresa Sylvania en exclusiva para Chrysler. Destacaba también el asiento del conductor, cómodo, con buena sujeción, acolchado y con un sistema denominado High Tower mediante el que giraba para facilitar al conductor salir del coche.

La célebre revista 'Motor Life' elogió en un artículo las prestaciones y el manejo del Imperial de 1960, "más propio de un automóvil más ligero y deportivo", gracias a sus sistemas de asistencia y frenos, que también lo hacían más silencioso y cómodo que la generación precedente. Los Imperial de 1960 se vendieron en tres niveles de acabado, Custom -entrada-, Crown -intermedio-, y LeBaron -superior-. A su vez, cuatro fueron las carrocerías disponibles de serie: sedán de dos y cuatro puertas, Southampton y Convertible. Con su aspecto refinado y glamuroso, el Convertible de 1960 costaba más de 5.700 dólares de la época y sólo se fabricaron 618 unidades, por lo que es uno automóvil muy codiciado en el mercado de coleccionismo.

Hace unos meses protagonizaba su correspondiente entrada el Imperial LeBaron de 1960 de Kess con motivo de su incorporación a la colección y ahora es el turno de la versión descubierta recientemente lanzada al mercado por el fabricante Great Lightning Models -GLM- de Hong Kong. En un primer momento fue reticente a adquirir esta miniatura, dado que el fabricante la ofrecía en varios colores, pero sólo llegó a la mayoría de mis tiendas de referencia esta versión en rojo, y no las versiones en malva o azul metalizado, pero debido al alto precio de estas últimas finalmente terminé optando por el rojo y lo cierto es que estoy muy satisfecho con la compra, dado que GLM me parece uno de los mejores fabricantes de réplicas de la actualidad. El modelo está realizado en resina y cuenta con muchos detalles realizados en piezas independientes y de metal fotograbado. Curiosamente los cromados de los flancos laterales no están realizados en metal fotograbado, sino pintados, pero el resultado no está nada mal y viene a prevenir que se despeguen. En contraposición al modelo de Kess, este GLM tiene un frontal mucho mejor realizado, aunque los dos juntos hacen una gran pareja. Y es que, incorporar a tu colección de americanos una nueva réplica de un Imperial, siempre es una excelente noticia.

domingo, agosto 02, 2020

Ferrari 250 GT Cabriolet Serie 1 1957 de Matrix Scale Models

                             





No pueden concebirse las gamas de modelos de Ferrari sin sus preciosos y excitantes Spider descapotables y es que la firma de Maranello siempre ha ofrecido distinguidos automóviles descubiertos para aquellos clientes que demandan una experiencia a cielo abierto. Pero no fue hasta el año 1957 en que Ferrari incluyó en su catálogo y de manera continuada sus primeros descapotables, el 250 GT Cabriolet.

Antes de estos 250 descubiertos, Ferrari había fabricado algunos modelos descapotables basados en los 212 Inter y 342 América, pero en todos los casos se trataba de automóviles hechos 'ex profeso'. Es por eso que al 250 Cabriolet Serie 1 se le considera el primer Ferrari descapotable "de serie".

La aparición del 250 GT Berlinetta Tour de France abrió para Ferrari un nuevo panorama de posibilidades. Su robusto chasis, sus efectivos frenos, la suspensión firme y el motor V12 Colombo de bloque compacto constituían la base perfecta para desarrollar el próximo descapotable de la marca. 

Pese a que el especialista Mario Boano fue el primero en desarrollar un prototipo, Ferrari eligió a Pininfarina, el cual hizo debutar el primer coche en el Salón de Ginebra de 1957, el número de chasis #0655GT, un diseño del que derivaron un total de 40 variantes. 

El largo capó, las luces delanteras carenadas y las traseras de tipo colas, un parabrisas simple y sin ventanillas de ventilación o los guardabarros traseros levantados eran los rasgos estéticos principales del 250 GT Cabriolet Serie 1, aunque debido a otros elementos como parachoques, faros antinieblas retrovisores interiores o ventanillas, ningún de los coches fabricados era exactamente igual a otro. Sí compartían el motor, el V12 de 3.0 litros y 240 CV de potencia.

Pininfarina llevó a cabo la construcción de los 250 Cabriolet en un taller específico dentro de sus instalaciones. Las carrocerías estaba realizadas en acero con una exquisita terminación exterior e interior. A partir de 1959 Pininfarina estandarizó el proceso de construcción de los 250 Cabriolet y desde el número de chasis #1537GT ya se incluyeron en la nueva Serie 2, con notables diferencias estéticas. Por su parte, el piloto e importador oficial de Ferrari para EEUU convenció a la marca para desarrollar un cabriolet de altas prestaciones, que se denominaría California Spider, y sería construido por Scaglietti, aunque en ambos casos hablamos de otras historias.

Sea como sea, el 250 Cabriolet Serie 1 es uno de los Ferrari descapotable más exclusivos que se han fabricado, superando en 3.000 dólares a los California y ocupando el escalafón más alto dentro del mercado de los automóviles de gran turismo y deportivos de su tiempo.

El fabricante holandés Matrix Scale Models prosigue completando su catálogo de miniaturas Ferrari apostando por los modelos más peculiares y exclusivos, poco o apenas reproducidos en miniatura. Su último Cavallino en llegar es el 250 GT Cabriolet Serie 1, disponible en dos colores, y del que mostramos en esta entrada la referencia en el clásico rojo. Se trata de una miniatura de impecable factura, en el estilo habitual en que la gente de Matrix nos tiene acostumbrados. Un molde acertado en formas y proporciones y ese acabado tan limpio y cuidado que los neerlandeses imprimen a sus reproducciones en resina, con excelentes detalles, piezas independientes y fotograbados que le confieren un gran realismo. Me gustaría destacar de este modelo en cuestión el empleo de moqueta de verdad en su detallado interior. En definitiva, un modelo de gran calidad, que si bien es superado por los de artesanos como BBR, es una gran opción para cualquier coleccionista de Ferrari a escala. Y desde el blog animamos a nuestros amigos de Matrix, Mark Asbreuk y Jaap Van Dyck, a seguir adelante con su trabajo.

sábado, agosto 01, 2020

Ford Thunderbird Sports Roadster 1962 de Motorhead Miniatures














La carrera espacial impregnó gran parte de los aspectos de la vida del pueblo estadounidense a principios de la década de los 60 del siglo pasado, máxime desde la llegada al poder del presidente John F Kennedy en 1961 que en su programa de Gobierno incluyó una apuesta decidida por viajar al espacio que estaría liderada por su entonces vicepresidente, Lyndon B Johnson. Los coches de la Ford Motor Company, lejos de escapar de esta nueva moda, se entregaron por completo a ella, sobre todo porque Robert McNamara, alto ejecutivo de la compañía, se había incorporado al Gobierno de Kennedy como secretario de Defensa. El nacimiento del modelo Galaxie en 1960 fue el ejemplo más claro, pero hubo más.

En 1961 Ford presentó la tercera generación del Thunderbird. La empresa puso a trabajar a sus dos diseñadores de referencia, Elwood Engel y Bill Boyer, en sendos proyectos estilísticos. Para el Thunderbid fue elegido el de Boyer mientras que el de Engel se destinó al nuevo Continental de Lincoln. Ambos diseños tenían similitudes, sobre todo en el frontal con los faros, parachoques y calandra integrados. Se ofrecía como coupé y descapotable.

Mientras que la generación precedente del T-Bird, el modelo 1958-1960, tenía un aspecto muy barroco y radical, el nuevo modelo era más sencillo y elegante en su apariencia, y acentuaba su deportividad pese a ser un automóvil del tipo 'Personal Car' más orientado al lujo. La influencia espacial y aeronáutica se dejaba notar en los flancos del coche, similares a un cohete. Las luces traseras, denominados del tipo 'Flowerpot', daban la impresión de ser el chorro de propulsión de un reactor.

Tanto el nuevo T-Bird como el Continental de Lincoln se ensamblaron en la misma planta de Wixom, Michigan. En lo que al capítulo mecánico se refiere, el nuevo T-Bird equipaba el motor V8 de 6.4 litros -390 ci- con 345 CV de potencia, acoplado a una caja de cambios automática Cruise-O-Matic MX de tres velocidades con selector en la caña de la dirección. Cuando éste se situaba en la posición P, el volante podía desplazarse unos milímetros para facilitar el acceso o salida del conductor. 

En 1962 Ford introduce la llamativa versión Sports Roadster, modelo que protagoniza esta entrada. Fue una edición limitada solo disponible con carrocería abierta y que se distinguía por las llantas de 48 radios Kelsey-Hayes, insignias especiales en los pasos de ruedas delanteros, una barra de agarre para el pasajero y el accesorio más llamativo, una cubierta de fibra de vidrio en el mismo color que la pintura que se colocaba sobre los asientos traseros y le daba la apariencia de un vehículo de dos asientos, o sea, un roadster.

Un total de 1.427 T-Bird Sports Roadster fueron fabricados. Los primeros modelos sufrieron por problemas en las llantas, los cuales fueron solucionados cuando Elvis Presley sufrió un accidente con el suyo al romperse una llanta, lo que obligó al fabricante, Kelsey-Hayes, a rediseñarlas.

También en 1962 se introdujo una versión especial del modelo coupé, el Landau, con techo de vinilo y equipamiento de lujo. 1963 fue el último año de la tercera generación del Thunderbird. Ford ofreció una edición especial del Landau denominada 'Principality of Monaco' de 2.000 ejemplares en color 'Corinthian White' que fueron presentados en Montecarlo y se los conoció popularmente como 'Princess Grace'. En 1961, el T-Bird fue empleado como 'Pace Car' en las 500 Millas de Indianapolis y también sirvió como coche oficial en la escolta de la parada presidencial del presidente Kennedy, obviamente, el secretario de Defensa McNamara habría tenido algo que ver en ello.

Segundo modelo a escala del fabricante norteamericano Motorhead Miniatures, dentro de su serie 'Genuine Ford Parts', que se incorpora a la colección tras el Galaxy Starliner de la misma casa. La miniatura es correcta en formas y proporciones, está realizada en resina y cuenta con un buen acabado, si bien algunos detalles no están tan bien rematados como en otros fabricantes de productos similares, en especial la aplicación del 'bare metal' sobre algunos cromados. Eso sí, goza de muchas piezas de metal fotograbado que en este tipo de miniaturas realzan su acabado y otorgan mucho realismo. Otra de las ventajas de esta serie de modelos, que ya el fabricante anunció que discontinuaba, es que suelen encontrarse a precios muy por debajo del original, de hecho, este T-Bird pude conseguirlo por apenas 30 euros en una tienda online italiana, lo que es un descuento de cerca del 70 por ciento respecto al precio inicial.