lunes, febrero 28, 2022

Chevrolet Blazer K5 Cheyenne 1978 de Matrix Scale Models









La llegada al mercado en los primeros años de la década de los 60 del International Harvester Scout y del Jeep Gladiator supuso una suerte de pistoletazo de salida a la popularización de los vehículos todoterreno más allá de su uso para el trabajo. Los dos gigantes estadounidenses de la automoción no tardaron en reaccionar para unirse a la fiesta, y en 1966 Ford presentaría su contendiente, el Bronco. Sin embargo General Motors, parecía que llegaba la última a esta contendienda cuando en 1969 veía la luz la primera generación del Chevrolet Blazer, no obstante parece que fueron los que más acertados estuvieron, pues el Blazer resultó un éxito inmediato.

En General Motors no eran ni mucho menos unos principiantes en lo que a construcción de vehículos multipropósito se refiere, pues desde 1934 venían ofreciendo en su catálogo el Suburban, uno de los pioneros de lo que hoy conocemos como SUV. Y precisamente, cuando tuvieron que construir un vehículo para competir con los Scout, Gladiator y Bronco, fue el Suburban el mejor espejo en quien mirarse y siguieron la misma filosofía, tomar una de sus exitosas camionetas pick up y dotarlas de una carrocería tipo station wagon, aunque en este caso se recurrió a una de carrocería de batalla corta, pues realmente el Blazer no era más que una versión acortada del Suburban. La primera generación del Blazer, vendida entre 1969 y 1973 tuvo muchas ventajas respecto a su competencia: lo primero, al derivar de otros vehículos de su matriz, compartía la inmensa mayoría de piezas y componentes, por lo que sus costes de fabricación fueron muy contenidos. Y en segundo lugar, a sus buenas capacidades todoterreno sumaba muchos elementos de confort propios de un sedán de lujo. Una vez más, GM llevaba la voz cantante en el segmento SUV y todos le copiarían.

En 1973 llega la segunda generación del Chevrolet Blazer incluida dentro de la gama de camionetas C/K de GM junto con las pick up Silverado y Kodiak, y el Suburban, así como las variantes vendidas bajo la marca hermana GMC. De hecho, el Blazer era una versión acortada del Suburban con sólo dos puertas. Esta nueva generación de camionetas se las conocería con el apodo popular de 'Rounded Line' por su diseño más redondeado que sus antecesores, aunque crecieron de tamaño y seguían mostrando un aspecto muy robusto.

Según el tipo de tracción, los Blazer lucían el apellido C5 -tracción trasera- o K5 -4x4-. Hasta 1975, el Blazer se ofrecía con la parte trasera del techo desmontable y a partir de 1976 se implementó el nuevo diseño de media cabina el cual otorgaba mayor rigidez. Del mismo modo que sus hermanos de gama, la alta capacidad de personalización fue una de las claves de su éxito, y es que los Blazer y Suburban podían incluir el mismo equipamiento que el más lujoso de los Cadillac. En cuanto a motores, la oferta mecánica se iniciaba con dos bloques de seis cilindros en línea de 4.1 litros -250 ci- y 4.8 litros -292 ci-. Sin duda las más interesantes eran las versiones V8 de gasolina, de 5.0 -306 y 307 ci-; 5.7 -350 ci- y 6.6 litros -400 ci-, con potencias que iban desde los 100 hasta los 210 CV. Para las versiones más orientadas al trabajo la opción más razonable era el motor V8 de gasóleo firmado por Detroit Diesel, con 6.2 litros y 102 CV. Cada cual podía asociarse a transmisiones manuales o automáticas de tres y cuatro velocidades. 

La segunda generación del Chevrolet Blazer se vendió desde 1973 hasta 1991, siendo sin duda la más longeva. Cabe destacar igualmente las versiones bajo la denominación M1009 que fueron destinadas al Ejército, la Guardia Nacional y distintos cuerpos policiales y de Sheriff. 

Casi a modo de dos por el precio de uno, tras la reciente presentación del Chevrolet Suburban de 1978 de Matrix Scale Models, llega el turno de su hermano pequeño el Blazer. Como ya comenté en dicha entrada, el segmento SUV lo tengo un poco rezagado en mi colección, pero gracias a estas últimas creaciones de Matrix Scale Models, procedemos a dar solución al problema. La firma neerlandesa de modelos a escala de alta calidad reproducidos en resina nos sorprende en esta ocasión con su tercera referencia del Blazer de segunda generación, en este caso con un bonito acabado Cheyenne bicolor en negro con el techo blanco. El modelo parece correcto en formas y proporciones y su terminación es la habitual de los modelos de Matrix, es decir, muy cuidado y reproduciendo hasta el más mínimo detalle, tanto en el exterior como en el interior. De esta miniatura en concreto me han sorprendido las llantas cromadas que con los neumáticos todoterreno Goodyear redondean un conjunto realmente atractivo. Esta miniatura junto con el Suburban que presenté antes suponen una auténtica pareja cuando se les coloca juntos en la vitrina. Altamente recomendable para cualquier coleccionistas, especialmente para los que nos encantan los clásicos americanos.

viernes, febrero 25, 2022

Chevrolet Suburban K10 1978 de Matrix Scale Models










El SUV es el tipo de automóvil más vendido de la actualidad en términos globales y el preferido por el ciudadano medio a nivel mundial. Si hay una certeza bien clara sobre sus orígenes es que éste se sitúa en los Estados Unidos, y dos fabricantes se disputan el ser los pioneros del concepto. Y en ambos casos tienen su parte de razón. Por una parte está Jeep, pionero a su vez en la construcción de vehículos 4x4, y que en 1963 introdujo el Wagoneer, un coche considerado unánimemente como el SUV original. Pero por otra parte está General Motors, que unos años antes, en 1934, dotó a sus camioneras pick up de una carrocería tipo station wagon otorgándoles espacio para pasajeros y su equipaje, naciendo así el Suburban, sin duda alguna, vehículo precursor y cuya evolución pivotó sobre un concepto muy similar al que se entiende por SUV. Y es precisamente cuando el Chevrolet Suburban llega a su séptima generación, en 1973, cuando el concepto SUV se refleja con más precisión en este automóvil.

En 1973 debuta una nueva generación de camionetas de GM con un diseño más redondeado que incluía los modelos C/R de tracción trasera y los K/V 4x4. La principal novedad del nuevo Suburban era que por primera vez presentaba cuatro puertas, dos a cada lado de la carrocería, en contraposición al modelo antecesor, que en el lado del conductor tenía una y en el de los pasajeros, dos, aparte del portón trasero. Igualmente, esta carrocería del Suburban se mantendría sin apenas cambios por 19 años siendo el Suburban más longevo de la historia, uno de los más populares y queridos por los aficionados.

En muchas ocasiones, al Chevrolet Suburban se le ha definido en su país de origen como "una navaja suiza sobre ruedas" en clara loa a su practicidad. Y realmente, como pasa con la mayoría de los automóviles más exitosos en el mercado estadounidense y de su influencia, una de las claves de su éxito es su alta capacidad de personalización gracias a un catálogo de opciones casi infinito. El Suburban de séptima generación estaba disponible con tracción trasera o 4x4, así como con dos longitudes de chasis, de 10 y 20 pulgadas. Asimismo existían varios niveles de equipamiento, los más básicos Custom de Luxe y Scottsdale, y los más lujosos Cheyenne Super y Silverado.

La oferta mecánica era uno de sus puntos fuertes, con mecánicas de seis cilindros y V8 gasolina y diésel. El modelo básico equipaba un motor hexacilíndrico de 4.1 litros y seguidamente venían las versiones V8 de 5.0 -305 y 307 ci-; 5.7 -350 ci-; 6.6 -400 ci-; y 7.5 litros -454 ci-. Los motores a gasóleo, también en arquitectura V8, eran el 5.7 LF9 -350 ci- y el Detroit Diesel de 6.2 litros -379 ci-. Las potencias iban desde los 105 hasta los 187 y 210 CV. En Brasil se vendió una versión con motor diésel de cuatro cilindros. La caja de cambios podía ser manual o automática, de tres o cuatro velocidades en ambos casos. 

La séptima generación Suburban dio un notable paso adelante, en el plano del diseño, hacia un estilo menos rural y más refinado, no obstante, era un vehículo que se encontraba tan a gusto si circulaba por una autovía o por una pradera llena de barro y vadeando ríos. ya fuera su propietario un profesional liberal urbanita o un cowboy ranchero, el Suburban cumplía con creces el cometido que se le encomendaba gracias a su robustez, sus potentes mecánicas y su generoso espacio interior. Sin duda, un icono de la automoción estadounidense.

Siempre he tenido un poco abandonado en mi colección de coches en miniatura el capítulo dedicado a los 4x4 y SUV, no obstante siempre hay buenas y tentadoras soluciones para ello, como esta preciosidad que firma el fabricante holandés Matrix Scale Models, una excelente reproducción de un Suburban de séptima generación, modelo específico de 1978 en su versión Cheyenne Super. Es la tercera referencia de este coche realizada por Matrix, en esta ocasión en una bonita y elegante combinación de colores beige. El modelo a escala parece correcto en formas y proporciones y cuenta con el habitual acabado de gran calidad de Matrix, incluyendo muchas piezas independientes y de metal fotograbado. El hecho de que sea una miniatura relativamente nueva y que ya apenas pueda encontrarse en las tiendas dice mucho de la alta demanda que ha generado. Un modelo que ya sea por su tamaño o por su aspecto, llama bien la atención cuando se le coloca en la vitrina.

viernes, febrero 18, 2022

Zündapp Janus de Bizarre








El empleo de denominaciones relacionadas con la mitología grecorromana en el mundo del automóvil se ha llevado a cabo en numerosas ocasiones -Mercury, Pegaso, Minerva, Apollo, Saturn, etc...- con más o menos tino. En el caso del fabricante alemán de motocicletas Zündapp, bautizar a su microcoche como Janus, al igual que el dios de dos caras, no pudo estar más acertado desde el punto de vista estilístico, aunque quizás fue el único acierto de producir ese automóvil.

La década posterior a la posguerra resultó muy propicia para la aparición de los denominados microcoches, una solución de movilidad a medio camino entre una motocicleta y un coche que en teoría suponía la alternativa ideal en unos tiempos donde acceder a un automóvil resultaba muy costoso. Corría el año 1954 cuando Zündapp barajó la posibilidad de producir un vehículo de este tipo. Tras la búsqueda de un socio que se hiciera cargo del diseño, la firma de Nuremberg optó por llevar a la producción la patente Delta de la empresa aeronáutica Dornier, desechando las de Kroboth, Brütsch y Fuldamobil. Realmente parecía que el destino buscó ese encuentro entre Dornier y Zündapp, pues la mercantil aeroespacial se encontraba en una operación de diversificación de su actividad.

Zündapp y Dornier llegaron finalmente a un acuerdo comercial mediante el cual la primera produciría y vendería el coche diseñado por la segunda. No obstante, Zündapp mejoró el concepto original de Dornier con notables aportes de su ingeniería, con lo que se terminó por concebir "un automóvil burbuja de calidad". Sin duda lo más llamativo del diseño del primer coche de Zündapp eran sus dos puertas de acceso, una en la parte delantera y otra en la trasera. El conductor y el pasajero se sentaban espalda con espalda separados precisamente por el motor, que iba colocado en la parte central. Se mirase por donde se mirase, el coche era casi simétrico y parecía igual por delante y por detrás, dando la impresión de tener dos caras, por tal motivo fue bautizado con el nombre de Janus, la deidad romana representada habitualmente con dos caras, una que mira al frente y otra que lo hace hacia atrás. 

En el capítulo mecánico, Zündapp creo un motor específico para el Janus, un monocilíndrico de 250 cc montado entre las dos bancas de asientos que desarrollaba 14 CV de potencia y permitía al pequeño automóvil alcanzar 80 Km/H. La producción del Janus arrancó en 1957 y tras 6.902 coches producidos en año y medio, su fabricación cesó ante una más que limitada aceptación del producto por parte del público. Por una parte, si bien sobre plano la colocación central del motor garantizaba a priori una buena manejabilidad, no fue así. Por otro lado, no se trataba de un coche barato, que es lo que cualquiera se esperaba de un producto similar. Al final salía más a cuenta hacerse con un pequeño turismo tipo Volkswagen Beetle, Renault 4/4 CV o Fiat 600. Zündapp clausuró su fábrica y la vendió a Bosch.

Como curiosidad, el Zündapp Janus es un habitual de esas listas de "los coches más feos" que hacen de cuando en cuando las revista del automóvil. En el año 2011, el director John Lasseter encarnó a uno de los villanos de su película de animación 'Cars 2' en un Zündapp Janus.

Bizarre es una marca de miniaturas creada por Fernando Pinto en Macau y englobada hoy día en el Minimax Group, donde se incluye también Spark, de hecho Bizarre y Spark son marcas hermanas y sus productos tienen idéntica manufactura y calidad, si bien Bizarre, como su propio nombre indica, se especializa en modelos raros y exóticos de competición, calle, así como una muy completa selección de cazarrecords. Están realizados en resina. La referencia Zündapp Janus fue lanzada al mercado aproximadamente entre los años 2005 y 2007. La miniatura es de muy buena calidad, con una excelente terminación empleando piezas independientes de plástico y metal fotograbado, y parece correcta en formas y proporciones. Es un modelo que en su día barajé la opción de añadirlo a la colección, pero las miniaturas Spark-Bizarre suelen durar poco en el mercado y desapareció, pues estas marcas trabajan con ediciones limitadas. Unos años después Premium Classixxs lanzó su miniatura del Janus. Finalmente, de manos de mi amigo Diogo Stüve, de Oporto, he logrado quitarme el pequeño capricho del Zündapp adquiriéndoselo a su padre, Miguel, que se encuentra remodelando su colección. Lo cierto es que me alegro mucho de haberme hecho con este modelo y así agrandar un poco la sección de mi colección dedicada a los microcoches. Desde aquí un fuerte abrazo a mis amigos Diogo y Miguel, a quienes dedico esta entrada de 'El Kekomóvil'.

jueves, febrero 10, 2022

Talbot Lago T26 Grand Sport Cabriolet Stabilimenti Farina 1951 de Matrix Scale Models









Entre los efectos de la contienda y la nueva -y restrictiva- política fiscal del Gobierno, tras la II Guerra Mundial, los principales fabricantes de coches de lujo de Francia vivieron destinos dispares. Talbot Lago consiguió mantenerse a flote y, contrariamente a otros competidores, que siguieron ofreciendo los mismos coches que antes del conflicto, presentó una gama de automóviles completamente nueva... o casi, siendo el primer modelo de esta nueva familia el T26.

En realidad el Talbot Lago T26 inició su desarrollo a finales de la década de los años 30 como un proyecto para un automóvil de competición. Denominado así en relación a sus 26 CV fiscales, dado que ya en 1942 había completado su gestación, tan rápido como terminó el conflicto bélico pudo ser ofrecido al público. La gran novedad del Talbot Lago era su motor seis cilindros en línea de 4.5 litros derivado directamente de la competición, no obstante poco quedaba en el nuevo motor de la mecánica original. Se le dotó de un segundo árbol de levas y según el tipo de culata, hubo dos versiones, de hierro fundido para el T26 Record y de aluminio más ligera para el T26 Grand Sport. Esta segunda variante estaba dotada de encendido de doble chispa. Las potencias de ambas unidades eran de 170 y 190 CV respectivamente. 

El chasis del T26 era similar al del T150, de sección de caja, aunque más ligero y reducido en el Grand Sport, a su vez de la misma longitud que el T150 Super Sport. El debut oficial del Talbot Lago T26 Grand Sport tuvo lugar en 1948 y sólo se ofrecía como tren rodante, ya que cada cliente podía elegir la carrocería al gusto encargándola al artesano de turno. Sólo se construyeron 36 unidades entre 1948 y 1953, ninguno igual a otro. El Talbot Lago T26 está considerado como el último gran coche francés con carrocería personalizada. La versión de competición T26 C ganó las 24 Horas de Le Mans de 1950. Talbot Lago cesó su actividad en 1950. Las restrictivas políticas del Gobierno Francés del Frente Popular dañaron seriamente las finanzas de la empresa que a mediados de los 50 terminó absorbida por el gigante Simca.

Los carroceros franceses más reputados, como Saoutchik, Franay, Antem o Figoni & Falaschi, "vistieron" con sus elegantes diseños al Talbot Lago T16 Grand Sport, no obstante sólo una unidad lució una carrocería realizada por la firma italiana Stabilimienti Farina, precursora de la popular Pininfarina. Con número de chasis #110160, el ejemplar reducido a escala 1/43 por Matrix Scale Models salió de la fábrica de Suresnes en 1951 con dirección a Turín. Giuseppe Farina, primer Campeón del Mundo de F1 se encargó de conducirlo al Salón de París para su exposición. El coche ya era propiedad de un rico cliente portugués, muy entusiasta de la marca. No pudo este señor disfrutar mucho de su nuevo coche, puesto que falleció al volante de otro T26 GS a finales de ese mismo año de 1951. El #110160 permaneció en Lisboa hasta 1985, que volvió a cambiar de dueño, aunque sin salir de Portugal. En 2004 fue subastado en Scottsdale, Arizona, siendo adquirido por el coleccionista Brian Hoyt, gran apasionado de los coches franceses, que lo restauró. Gracias a este trabajo logró el premio 'Best in Class' en el Peeble Beach de 2010. A día de hoy, es propiedad del coleccionista Peter Mullin y se encuentra expuesto en su Museo de Oxnar, California.

Stabilimienti Industriali Farina es la empresa especialista en diseño y construcción de carrocerías para vehículos, germen de una u otra forma de la que hoy día conocemos como Pininfarina. Fundada en Turín en 1906 por el patriarca de la saga, Giovanni Carlo Farina, esta compañía tiene la particularidad que sirvió de escuela de aprendizaje a algunos de los más grandes diseñadores de automóviles de la historia, como el propio Battista 'Pinin' Farina, hermano de Giovanni, Pietro Frua, Giovanni Michelotti, Alfredo Vignale, Felice Mario Boano, o Franco Martinengo. Stabilimenti Farina cesó su actividad en 1953 bajo el mando de Attilio Farina, hijo de Giovanni, que se jubiló en 1948. Como curiosidad, Giuseppe Farina, primer Campeón del Mundo de F1 de la historia, era hijo de Giovanni Carlo Farina. En 1928, Battista 'Pinin' Farina se independiza del negocio familiar y funda su propia empresa para el diseño y construcción de carrocerías, Pininfarina, aunque esa es ya otra historia. 

Dentro del catálogo de miniaturas del fabricante Matrix Scale Models hay un apartado bien especial para vehículos que podríamos denominar "de autor", o sea automóviles únicos, modelos específicos realizados en exclusiva por los carroceros más destacados. Alguno de ellos ya han pasado por 'El Kekomóvil' y en esta última entrada es el turno de otro más, concretamente del impresionante Talbot Lago T26 Grand Sport Cabriolet Stabilimenti Farina. Estamos ante una miniatura de matrícula de honor, sobresaliente en formas, proporciones y acabados, en este último aspecto, muy representativo del estilo de Matrix Scale Models, donde destaca la cantidad de detalles independientes realizados en metal fotograbado. En mi caso, es el perfecto ejemplo de una miniatura comprada por impulso y sin mucha premeditación, pero que me ha dejado gratamente sorprendido.