viernes, febrero 25, 2022

Chevrolet Suburban K10 1978 de Matrix Scale Models










El SUV es el tipo de automóvil más vendido de la actualidad en términos globales y el preferido por el ciudadano medio a nivel mundial. Si hay una certeza bien clara sobre sus orígenes es que éste se sitúa en los Estados Unidos, y dos fabricantes se disputan el ser los pioneros del concepto. Y en ambos casos tienen su parte de razón. Por una parte está Jeep, pionero a su vez en la construcción de vehículos 4x4, y que en 1963 introdujo el Wagoneer, un coche considerado unánimemente como el SUV original. Pero por otra parte está General Motors, que unos años antes, en 1934, dotó a sus camioneras pick up de una carrocería tipo station wagon otorgándoles espacio para pasajeros y su equipaje, naciendo así el Suburban, sin duda alguna, vehículo precursor y cuya evolución pivotó sobre un concepto muy similar al que se entiende por SUV. Y es precisamente cuando el Chevrolet Suburban llega a su séptima generación, en 1973, cuando el concepto SUV se refleja con más precisión en este automóvil.

En 1973 debuta una nueva generación de camionetas de GM con un diseño más redondeado que incluía los modelos C/R de tracción trasera y los K/V 4x4. La principal novedad del nuevo Suburban era que por primera vez presentaba cuatro puertas, dos a cada lado de la carrocería, en contraposición al modelo antecesor, que en el lado del conductor tenía una y en el de los pasajeros, dos, aparte del portón trasero. Igualmente, esta carrocería del Suburban se mantendría sin apenas cambios por 19 años siendo el Suburban más longevo de la historia, uno de los más populares y queridos por los aficionados.

En muchas ocasiones, al Chevrolet Suburban se le ha definido en su país de origen como "una navaja suiza sobre ruedas" en clara loa a su practicidad. Y realmente, como pasa con la mayoría de los automóviles más exitosos en el mercado estadounidense y de su influencia, una de las claves de su éxito es su alta capacidad de personalización gracias a un catálogo de opciones casi infinito. El Suburban de séptima generación estaba disponible con tracción trasera o 4x4, así como con dos longitudes de chasis, de 10 y 20 pulgadas. Asimismo existían varios niveles de equipamiento, los más básicos Custom de Luxe y Scottsdale, y los más lujosos Cheyenne Super y Silverado.

La oferta mecánica era uno de sus puntos fuertes, con mecánicas de seis cilindros y V8 gasolina y diésel. El modelo básico equipaba un motor hexacilíndrico de 4.1 litros y seguidamente venían las versiones V8 de 5.0 -305 y 307 ci-; 5.7 -350 ci-; 6.6 -400 ci-; y 7.5 litros -454 ci-. Los motores a gasóleo, también en arquitectura V8, eran el 5.7 LF9 -350 ci- y el Detroit Diesel de 6.2 litros -379 ci-. Las potencias iban desde los 105 hasta los 187 y 210 CV. En Brasil se vendió una versión con motor diésel de cuatro cilindros. La caja de cambios podía ser manual o automática, de tres o cuatro velocidades en ambos casos. 

La séptima generación Suburban dio un notable paso adelante, en el plano del diseño, hacia un estilo menos rural y más refinado, no obstante, era un vehículo que se encontraba tan a gusto si circulaba por una autovía o por una pradera llena de barro y vadeando ríos. ya fuera su propietario un profesional liberal urbanita o un cowboy ranchero, el Suburban cumplía con creces el cometido que se le encomendaba gracias a su robustez, sus potentes mecánicas y su generoso espacio interior. Sin duda, un icono de la automoción estadounidense.

Siempre he tenido un poco abandonado en mi colección de coches en miniatura el capítulo dedicado a los 4x4 y SUV, no obstante siempre hay buenas y tentadoras soluciones para ello, como esta preciosidad que firma el fabricante holandés Matrix Scale Models, una excelente reproducción de un Suburban de séptima generación, modelo específico de 1978 en su versión Cheyenne Super. Es la tercera referencia de este coche realizada por Matrix, en esta ocasión en una bonita y elegante combinación de colores beige. El modelo a escala parece correcto en formas y proporciones y cuenta con el habitual acabado de gran calidad de Matrix, incluyendo muchas piezas independientes y de metal fotograbado. El hecho de que sea una miniatura relativamente nueva y que ya apenas pueda encontrarse en las tiendas dice mucho de la alta demanda que ha generado. Un modelo que ya sea por su tamaño o por su aspecto, llama bien la atención cuando se le coloca en la vitrina.

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