domingo, octubre 28, 2007

Fiat 500 L de Minichamps






Fiat ha fabricado a lo largo de su historia algunos de los utilitarios más famosos de todos los tiempos, pero si hay uno que destacase por encima de los demás ese el Cinquecento o Nuova 500. Desde su nacimiento en 1957 a la sombra de su hermano mayor, el 600, este simpático automóvil reunía una serie de virtudes que lo hacía excepcional, como su facilidad para lograr los 98 Km/H de velocidad máxima en poco tiempo, un consumo muy ajustado y sobre todo su maniobrabilidad y excelente dirección. 

Su carrocería se parecía muchísimo a la del 600 y era obra también del gran estilista Dante Giacosa, jefe de diseño de la Fiat. Fue el primer Fiat en refrigerar su motor con aire. El primer modelo, con puertas que se abrían al modo suicida, contó con varias series que se diferenciaban por la potencia en la que fluctuaban sus motores, entre 13 y 15 cv (Economica y Normale). Luego llegó la versión Sport, con estética más llamativa y que entregaba 21,5 cv de una mecánica más grande (499 cc en vez de los 479 cc originales). A partir de 1960 se vendió una carrocería familiar denominada Giardiniera.

En 1965 se produce un cambio muy notable, estéticamente hablando. Las puertas pasan a tener apertura normal. Aparece una versión denominada Lusso, que es la que nos ocupa. Como su propio nombre indica, contaba con elementos propios de los coches grandes, destacando los asientos reclinables, moqueta y un nutrido catálogo de opciones y accesorios. 

A lo largo de su existencia, el 500 ha contado con versiones especiales hechas fuera de la Fiat por preparadores y carroceros especializados, como son las versiones deportivas de Carlo Abarth, bajo el clásico emblema del escorpión, o algunas variantes descapotables hechas por maestros de la talla de Ghia (Jolly), Vignale (Gamine) o Siata. Mencionar que el 500 fue construido en otros países fuera de Italia, como el NSU de Alemania o el Motor Holding de Nueva Zelanda para el mercado de Las Antípodas. 

Las últimas versiones del pequeño gran coche transalpino datan de 1972, ya con la mecánica del Fiat 126. Ya sustituido por éste, aún se fabricaba en Sicilia, pero la llegada del Panda fue su condenación, además ya presentaba símbolos de obsolencia. No obstante, hoy día es un vehículo que siempre que se le ve despierta mucha simpatía, siendo todo un símbolo para el automovilismo italiano, un clásico muy demandado por los coleccionistas, que los mantienen con celo y cariño, y posiblemente uno de los modelo básicos de la historia del automovilismo.

Aprovechando la inminente aparición del nuevo 500, Minichamps se suma al carro y reproduce al pequeño italiano. Está claro que en el mercado del 1/43 el 500 está reproducido hasta la saciedad. Quizás las mejores miniaturas que se ha hecho de este coches por el mejor precio sean las del fabricante italiano Brumm, del que más abajo ya analizamos su Seat 600, y que se puede decir que cuenta en su catálogo con la totalidad de versiones que se hicieron del modelo real. Recientemente la nueva y excelente marca Starline ha presentado otro 500 precioso. Pero centrándonos ya en el de Minichamps, no es que sea mucho mejor que los de Brumm o Starline, pero si se puede decir que tiene una proporciones perfectas y un nivel de detalle superlativo. Además la marca alemana se decanta por una versión Lusso con puertas de apertura en sentido de contramarcha o normal. Está más que claro que jamás nos quedaremos sin miniaturas del 500 pero sí es verdad que si hay dudas y se opta por el Minichamps nadie se equivocará.

jueves, octubre 25, 2007

Seat 600 N 1ª Serie 1957 'Madrid' y 'Barcelona' de Brumm










Se conoce como 'Normal' o N al primer Seat 600 para diferenciarlo de las versiones postreras D, E y L Especial, aunque lo cierto es que de este modelo se fabricaron cuatro sub series diferentes denominadas internamente A, B, C y D. Estas series se diferenciaban por la procedencia, fabricación y montaje de sus componentes: totalmente importados de Italia, sólo ensamblados en España y fabricación de componentes y ensamblaje completamente nacional. Su venta dio comienzo en 1957, dos años después de su lanzamiento en Italia, de hecho cuando las primeras unidades Seat circulaban por España convivieron con algunos de sus hermanos italianos Fiat importados desde el mercado gris,  fácilmente reconocibles por sus cristales de tipo corredera, sus triple bigotera horizontal y, por supuesto, el anagrama Fiat de su frontal.

El 600 hacía su aparición en un contexto donde el parque de automóviles en España se limitaba al transporte público, los vehículos industriales, las motocicletas y algunos microcoches, como el Biscúter, que se ponía a la venta ese mismo año. El 600 nacía en España como el hijo predilecto del periodo conocido como el 'Desarrollismo'. Los signos distintivos del primer 600 eran los tres bigotes en el morro, puertas suicidas, ventanillas correderas, pilotos sobre las altelas, parachoques liso sin topes, unas pequeñas protuberancias en los pilotos traseros y tapacubos pequeños de forma cónica. En su interior, las acciones para cambiar de posición las luces y los intermitentes se hacían con la llave de contacto hasta 1958, fecha en que se agregaron al volante las palancas y los topes de los parachoques. Ya en 1960 se presenta la nueva versión D, cuya vida comercial fue larga y exitosa, pero ésa es ya otra historia. El 600 N montaba un motor de cuatro cilindros y 633 cc y 21,5 CV de potencia.

Existe una opinión generalizada entre los coleccionistas de coches a escala 1/43 de que la reproducción del Fiat 600 de la marca italiana Brumm es la mejor que hay en el mercado. Y éste parece ser que fue el punto de partida por el que el fabricante de miniaturas con base en Poltrona di San Mamette se lanzara a fabricar una versión Seat de su Fiat 600. Fue el coleccionista y empresario César Martín, propietario de la tienda 'Master Hobby' en Tarrasa, Barcelona, que en su condición de distribuidor de los productos de Brumm, propone al fabricante en 2003 la realización de una reproducción exclusiva del Seat 600 para el mercado español, resultando la versión elegida el primigenio 600 N. Tres referencias fueron realizadas por Brumm, la MH0101 de color blanco y con matrícula de Barcelona; la MH0102 de color gris medio y matrícula de Madrid; y la MH0103 de color azul ceniza y matrícula de Barcelona. Cada modelo viene en un empacaje especial bajo el eslogan 'Seat 600, el símbolo de una época', así como con un libreto con la información del coche en sí y de la miniatura. 

Lo que más destaca del modelo a escala es su excelente molde, de medidas y proporciones correctas y precisas. Viene detallada con diferentes piezas de plástico independientes como los faros traseris y delanteros, los intermitentes, las matrículas, parabrisas y las bigoteras. Otra característica que suma a su favor es la apertura de la tapa del motor y la esmerada reproducción de la mecánica. Pese a las excelentes versiones del 600 realizadas por Solido, a juicio de quien les escribe, el de Brumm se encuentran un paso por delante.

Al igual que muchos españoles de su época, un Seat 600 N fue el primer coche que tuvo mi abuelo paterno José Romero Bohollo. Llegó a tener tres 600. En la última foto que ilustra esta entrada podéis ver ese primer 600 N que tuvo con mi querida y guapísima abuela Pepi Cabrera, posando delante de él.

Chrysler Newport Town & Country 1950 de Franklin Mint








La denominación 'Town & Country' -'Ciudad y Campo'- fue introducida en Chrysler en el año 1941 tras una idea de su entonces manager general, David Wallace, para dar a los coches con carrocería familiar con inserciones de madera y un nuevo halo de exclusividad e impulsar el interés de estos vehículos entre las clases sociales más acomodadas. La receta resultó y los denominados 'Woody Wagon' comenzaron a refinarse y a despertar interés en este nuevo nicho de mercado. Es por eso que Chrysler extendió el acabado de madera 'Town & Country' a sus modelos descapotables, coupés e incluso a alguna berlina, siendo automóviles que empezaron a hacerse habituales en las zonas residenciales más exclusivas, desde los elegantes club de golf de Beverly Hills a las marinas de Los Hamptons.

La versión Town & Country del elegante coupé Newport de 1950 figuraba en lo más alto de la gama Chrysler para ese año sólo superado por la gran berlina New Yorker. Era un automóvil con un diseño muy elegante y llamativo a la vez. La ausencia de pilar B, su cintura alta y el cristal trasero panorámico le conferían un aire muy deportivo. Igualmente su interior contaba con todos los lujos y comodidad disponibles en el catálogo.

Sólo se construyeron 700 unidades siendo el último Town & Country que Chrysler construyó como coupé, pues a posteriori sólo los familiares de la firma de Detroit emplearían esta denominación. El Newport montaba un motor de ocho cilindros en línea de 5.3 litros (323 ci) con 135 CV de potencia. Usaba frenos de disco en las cuatro ruedas y sólo estuvo un año en producción.

Esta miniatura fabricada por todo un clásico del coleccionismo como es la firma americana Franklin Mint data de 1991, de una serie realizada por este fabricante bajo la denominación 'Classics of the 50s'. Está fabricada en metal con partes de plástico y piezas operables, como el capó y las puertas. Goza de un molde de proporciones y formas correctas y un acabado que si bien no está a la altura de fabricantes más actuales, logra un conjunto muy atractivo. Quizás lo mejor de esta miniatura es el encanto que tiene por ser todo un clásico del coleccionismo.

Chevrolet Bel Air 1955 de Collector's Classics







Bel Air es el exclusivo barrio residencial de la ciudad norteamericana de Los Ángeles famoso por ser el lugar elegido para vivir por un importante número de actores de Hollywood. Entre 1950 y 1981 Chevrolet, la división de autos para el gran público de General Motors, ha empleado este nombre para sus coches de gama alta. Entre 1950 y 1952, Bel Air designaba al modelo más lujoso y equipado de la gama Chevrolet, por encima de los Fleetline y Styleline. En 1953 pasaría a ser un modelo autónomo.

En 1955 nace la segunda generación del Bel Air con más estilo y potencia y bajo el eslogan publicitario "Hot One". Tenía un diseño muy atractivo y limpio, que acentuaba su increíble anchura. La calandra delantera estaba inspirada en las de los Ferrari. El parabrisas panorámico y las discretas alas traseras eran un fiel reflejo de los recursos estilísticos de moda entonces en el automóvil americano.

En el capítulo mecánico, el Bel Air estrenaba un nuevo motor V8 265 ci de 4.3 litros con 162 cv, ampliables a 180 y a 195 de incluir las opciones 'Power Pack' y 'Super Power Pack'. Se podía elegir entre dos tipos de transmisión, automática de dos velocidades y manual de tres más overdrive. La prensa especializada elogió la potencia de su motor, sus prestaciones, su confort y su maniobrabilidad.

La marca Collector's Classics, un intento de la juguetera argentina Buby para acercarse a los coleccionistas del 1/43 parece que no ha llegado a buen puerto y no ha podido con la competencia que viene de fuera "made in China". Esta disponía de un pequeño pero atractivo catálogo de clásicos americanos de los 50 y en el que figuaraba este Bel Air. La miniatura cuenta con una relización muy buena, sólida y robusta. En el exterior destacan reminiscencias de otras marcas como Brooklin, sobre todo en los faros delanteros velados. En líneas generales se puede hablar de un poco estilo Franklin Mint con un interior más en la onda Vitesse. Nada o poco tiene que hacer frente a marcas como Minichamps o Auto Art, pero su condición de miniatura artesanal con "pedigrí" que acredita su serie limitada la hacen muy atractiva.

jueves, octubre 18, 2007

NSU Ro80 '50 Jahre Wankelmotor' de Minichamps






De una increíble y avanzada tecnología y con una estética brillante e innovadora, todo hacía presagiar que el nuevo Ro80 no sólo estaba llamado a ser el automóvil que consagrase de forma definitiva al fabricante alemán NSU, sino que podría marcar un importante punto de inflexión en lo que a fabricación de coches se refiere. Tanto impacto generó que un año después de su lanzamiento fue acreedor del prestigioso premio 'European Car of the Year' otorgado por la prensa especializada.

Lo primero que del Ro80 llamaba la atención era su sobria pero a la vez modernísima estética. Su diseño limpio, con forma de lágrima y una gran superficie acristalada le confería un gran coeficiente aerodinámico que repercutía en su eficiencia. Detrás de él estaba Claus Luthe, que a posteriori ocuparía el cargo de jefe de diseño en BMW.

Y bajo el capó se encontraba su segunda gran sorpresa, un motor del tipo rotativo Wankel de doble rotor, con 995 cc y 115 CV de potencia, acoplado a una ingeniosa caja de cambios semiautomática por vacío. El motor, bien concebido desde el punto de vista de proyecto, obtuvo unos resultados mecánicos desastrosos. Antes de llegar a los 25.000 Km ya evidenciaban un exagerado desgaste y, a los 50.000 Km, era necesaria una reconstrucción del mismo. Tampoco ayudó la condición especialmente gastosa de los motores Wankel, estando el consumo del NSU Ro80 en los 20 litros a los 100 Km.

NSU, en manos de Volkswagen desde 1969 e incluida dentro del Grupo Auto Union, desarrolló durante la década de los 70 una coherente política de garantía con todos los Ro80 pero el coche había causado ya un daño irreparable en la situación financiera de la compañía. Pese a todo, cuando el Ro80 funcionaba correctamente, era un automóvil de cualidades fascinantes, ágil, suave y rápido. Hoy día, los afortunados propietarios que conservan un Ro80 pueden disfrutar de él casi mejor que en los años 70 dada la excelente red de especialistas y suministradores de recambios.

Volkswagen aprovechó el diseño del Ro80 para realizar una versión con motor convencional y aprovechar las buenas cualidades de la carrocería, naciendo así el K70.

Minichamps lanza una nueva variante de su NSU Ro80 que viene a coincidir con el 50 aniversario del motor Wankel, tratándose del modelo representado por el Deutsche Post en un sello que rinde homenaje a esta conmemoración. La miniatura es de un bonito tono azul metalizado. Su molde es exacto y proporcionado y plasma muy bien la sencillez característica de este coche, que también se puede ver en su interior.

Volvo 240 GL Sedan & Break de Minichamps










Reza una expresión muy popular que "el libro de los gustos está en blanco". La percepción de la belleza es algo muy subjetivo, pero existen casos en los que hay, ha habido y habrá un cierto consenso. La historia del automóvil está llena de modelos que han destacado por su belleza y otros, en el caso contrario, por la casi total ausencia de la misma. Posiblemente entre los del segundo grupo se encuentre el auto que protagoniza esta entrada, la Serie 200 de Volvo. Pero pese a su aspecto destartalado y poco armónico, obra del diseñador Jan Wilsgaard, puede presumir no sólo de ser un éxito de ventas de 2.800.000 unidades, sino un automóvil especialmente longevo, pues estuvo 19 años en el mercado. Su robustez, fiabilidad y practicidad han compensado con creces su falta de belleza. Y con todo, cuenta con legiones de seguidores a lo largo y ancho del mundo.

La serie 200 llegó al mercado para sustituir a la serie 100. Incluso en un principio, en 1982, iba a ser sustituido por la serie 700, pero la buena fama de vehículo robusto, fiable y seguro que se ganó entre los consumidores hizo a los ejecutivos suecos cambiar de idea y finalmente su existencia se prorrogó hasta 1993. Curiosamente estuvo a la venta un año más que el 700, ese modelo que en su día pretendió ser su sustituto. Hoy día es bastante normal ver todavía ejemplares en uso cotidiano cuyos cuentakilómetros han dado varias vueltas. 

El prototipo VESC -Volvo Experimental Safety Car- de 1972 supuso el punto de partida para la nueva Serie 200 de la marca sueca, del que heredó la inmensa mayoría de sus soluciones en materia de seguridad activa y pasiva, la obsesión y seña de identidad de Volvo en sus coches. Como vino siendo habitual desde la anterior Serie 100, las denominaciones de tres dígitos usadas por Volvo hacen referencia, a la serie, a la arquitectura del motor y al tipo de carrocería. 

Una buena oferta de motores de gasolina y diésel combinada con tres posibilidades de carrocería, sedán de cuatro puertas, sedán de dos puertas y Break familiar, hacían de la Serie 200 un automóvil extraordinariamente atractivo para las personas de clase media que pudieron siempre combinar estos elementos de la forma más acorde posible a su situación económica y familiar.

El escalafón básico lo conformaba el motor gasolina B21 de cuatro cilindros disponible en dos niveles de cilindrada, 2.0 y 2.3 litros, con potencias de hasta 140 CV. En lo alto de la gama se encontraba la mecánica V6 B27, también conocida como PRV, pues había sido desarrollada dentro de una 'Joint Venture' entre Volvo, Peugeot y Renault, con 2.7 litros de cubicaje y 160 CV de potencia. Los más ahorrativos podían recurrir a las dos opciones en diésel, bien de cinco cilindros y 2.0 litros, o bien de seis cilindros y 2.4 litros. En ambos casos se trataba de motores Volkswagen-Audi. Los amantes de las altas prestaciones podían equipar su Volvo 200 con un motor B21T sobrealimentado de 2.1 litros. Igualmente, y pensando en los países con alta presión fiscal como Italia o Grecia, Volvo ofrecía motores de pequeño cubicaje de 1.7 y 1.8 litros.

He de reconocer que nunca fue santo de ni devoción, incluso siempre me pareció un coche feo, me lo sigue pareciendo y jamás lo he ocultado, pero lo cierto es que dos fueron los motivos que me impulsaron a incluirlo en mi colección, el primero, que es un coche tremendamente popular, todo un clásico, y segundo, que se trata de una realización soberbia. La miniatura tiene un acabado sobresaliente, buen molde, interior detallado y un exterior con todos sus elementos, ya que no se puede decir que el Volvo fuera un coche recargado. Los faros, la típica parrilla del radiador, el junquillo lateral negro, los típicos tiradores de las puertas o el característico tubo de escape son elementos que se reproducen a la perfección, así como sus típicos y mastodónticos parachoques. En el interior, es de agradecer que hayan optado por asientos grises en contraste con el salpicadero negro, al que salvan los detalles del cuadro y de la consola central. Por último, resaltar la inclusión de la bola para el remoque.

miércoles, octubre 03, 2007

Fiat 125 Special de Starline Models







Introducido por Fiat en 1967, el 125 llegaba para sustituir al modelo de gama media, el 1300-1500 del que tomaba su chásis. Su carrocería, típicamente de finales de los sesenta, era una versión alargada de la del 124, su hermano menor. En el apartado mecánico, montó un cuatro cilindros en línea biárbol derivado del que usaba el 124, pero con 1.600 cc de cilindrada, que en un principio ofrecía la nada despreciable cifra de 90 cv

En su segundo año de producción se incorpora a la gama el Special, potenciado hasta los 100 cv y dotado de una caja de cambios de cinco velocidades. Fue un coche muy apreciado en Italia y fuera de sus fronteras pues pocas berlinas de tipo medio ofrecían un diseño tan elegante con excelentes prestaciones. En 1970 se le hizo un restyling de carrocería y dispuso de la opción de una caja de cambios automática de tres relaciones. En 1973 fue sustituído por el 132. 

Pero la historia del 125 no acaba ahí, ya que en países como Argentina y Egipto siguió en producción hasta 1982-83. En el país sudamericano es todavía un coche tremendamente popular y que cuenta con legiones de aficionados. Destaca también la versión polaca Polski, fabricada hasta 1991 bajo licencia por la firma FSO. Carroceros como Moretti, Savio, Vignale, Zagato o el maestro Pininfarina realizaron versiones especiales sobre la base del 125.

La miniatura del 125 que presenta Starline puede calificarse como soberbia. Somos muchos los aficionados que llevamos demandando una buena miniatura del 124 y parece ser que ya hay buenos indicios, pero este 125, con su genial acabado, viene a ser un placebo perfecto para la espera del 124 definitivo. Su nivel de detalle es el mismo que hemos podido encontrar en otros Starline como los Fiat 130 o Lancia 2000, molde fiel y proporcionado, una buena ornamentación exterior y un interior muy cuidado, destacando especialmente en este modelo el clásico salpicadero en simil madera. Los instrumentos interiores y otros detalles del exterior son calcas. Los clásicos tapacubos también han sido reproducidos con gran fidelidad. Como colofón, existe la posibilidad de elegir entre cinco colores (beige, rojo, azul claro, oscuro y marrón).

Audi 100 Coupé S de Minichamps






La primera generación del Audi 100 tuvo en la versión coupé un buen revulsivo de ventas. La berlina fue un gran coche en su tiempo, de gran calidad, robusto y con buenas prestaciones, todo un ejemplo de construcción eficiente alemana, pero también tenía un diseño muy simple y anodino, por lo que se hizo necesario incluir en la gama otro automóvil que además de ofrecer todo lo bueno de la berlina, tuviese un aspecto más atractivo.

Su línea rememoraba a los modelos italianos contemporaneos, valga como ejemplo el atractivo Fiat Dino Coupé de Bertone. Fue presentado en el Salón de Frankfurt en 1969 y comercializado un año más tarde. En relación a su hermano de carrocería sedán, el dos puertas incluía mejoras como neumáticos más anchos, volante regulable, discos de freno delanteros y mejor equipamiento interior, incluyendo tapizados. En el apartado mecánico se optó por un motor de cuatro cilindros y 1.8 litros que erogaba 115 cv gracias a dos carburadores. Poco después se suprimió uno y la potencia bajó a 112 cv. Gracias a su carrocería aerodinámica las prestaciones mejoraban a las de la berlina. En 1976 aparece la segunda generación del Audi 100, para la que la marca no tenía pensado carrocería coupé.

El 100 Coupé de Minichamps es una estupenda miniatura que ha gozado de mucho éxito ya que se ha comercializado en una numerosa gama de colores. Como en otras creaciones de esta marca alemana, se trata de un conunto muy equilibrado. Un molde de proporciones magníficas, un exterior lleno de detalles entre piezas independientes y tampografía y un interior bien diferenciado con adornos. En definitiva, una gran miniatura para los amantes de la firma de los cuatro aros de uno de sus vehículos más legendarios.