lunes, junio 26, 2006

Lancia Flaminia Super Sport Zagato de Norev







La Vía Flaminia une desde los tiempos del Imperio Romano la capital transalpina con la bella localidad de Rimini, en la costa del Adriático. En el tiempo en que Lancia denominó a sus coches como a las históricas vías romanas, el Flaminia, sobre todo la exclusiva y rápida versión Super Sport con carrocería de Zagato, parecía el automóvil idóneo para el recorrido de este itinerario.

Sucesor del mítico Aurelia, el Flaminia hace su primera aparición en el Salón del Automóvil de Turín de 1957 en una elegante configuración de berlina de cuatro puertas con un diseño de Pininfarina muy similar al prototipo Florida. La versión coupé, también obra del mismo diseñador y casi idéntico a otro prototipo de la casa, el Florida II, destacó por su porte y elegancia clásica. Es sobre la versión GT de chasis corto donde se empiezan a ver algunas interpretaciones magistrales de algunos afamados diseñadores, como el propio Pininfarina, Touring o Zagato.

Parece ser que en Zagato sabían perfectamente qué se les requería para su versión del buque insignia de Lancia. El trabajo fue encomendado a uno de los diseñadores estrella de la casa, el diseñador jefe Ercole Spada, de cuyos trazos surgió un automóvil sencillo y elegante, de estilo más cercano al Aston Martin DB4 GTZ que al histriónica Flavia, también de Lancia. Entre sus características llamaban la atención la forma de doble burbuja del techo y la trasera, al estilo 'Coda Truna' o 'Cola Kamm'. 

Era en el frontal donde solían diferir los Flaminia de Zagato, concretamente en la disposición los grupos ópticos delanteros, bien tradicionales o bien semicarenados. Bajo el capó, la versión más potente del motor V6 de la serie 3C de Lancia, desarrollado por otro nombre mítico, Vittorio Jano, de 2,8 litros y hasta 160 cv de potencia gracias a tres carburadores dobles Weber, siendo los Flaminias más potentes de todos. 

La miniatura que protagoniza esta entrada está realizada por Norev. Cuenta con un molde correcto y proporcionado y su acabado es bastante bueno de forma acorde a lo que el fabricante francés nos tiene acostumbrado. Es un modelo con muy buenos y finos detalles, como es el caso de la fina calandra hecha en metal fotograbado, lo que contrasta con otros elementos más toscos, cosa muy habitual en este fabricante, pero en líneas generales se trata de una miniatura muy atractiva que será del gusto del coleccionista.

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