Los coches fabricados por Enzo Ferrari en sus primeros años estaban destinados esencialmente a la competición, no obstante, la mayoría de los propietarios de los mismos también circulaba con ellos por carretera en desplazamientos cotidianos, sobre todo para dirigirse a lugares con el encanto necesario para lucir convenientemente dicho automóvil. Cada vez fueron más los automovilistas que demandaban al Commendatore un vehículo de manejo menos exigente pero sin renunciar a los niveles de potencia y exclusividad propios de Ferrari. Llegados a este punto, juega una especial importancia el apellido que en Maranello otorgaban a sus coches tras la cifra de tres dígitos de su denominación, pues siendo uno u otro, se identifica el cometido para el que ha sido fabricado el vehículo en cuestión.
La denominación 'América' en los primeros Ferrari se reservaba a los modelos construidos específicamente de acuerdo a los gustos de los clientes de los Estados Unidos, entonces el principal mercado mundial para los coches de lujo. Estos eran vehículos concebidos para su uso por carretera, más confortables, lujosos y tenían una conducción más dócil gracias a un tipo de motor más elástico, obra del entonces director técnico de la marca Aurelio Lampredi.
De entre todos los Ferrari 'América', el 342 era uno de los más exclusivos pues sólo se construyeron seis unidades en el año 1952. El 342 América era una evolución natural de 340 América presentado el año anterior y del que se fabricaron 20 ejemplares. Fue desarrollado sobre un chasis de batalla larga de 2,65 metros para poder acomodar el gran motor V12 tipo Lampredi, de ahí el sufijo AL -de América Lungo- al final de la numeración de los chasis. Los seis coches fabricados se realizaron bajo petición de sus propietarios, al puro estilo años 30 en que el fabricante entregaba al propietario el conjunto chasis-motor-transmisión y siendo la carrocería obra de un especialista. Cinco de los seis 342 América fabricados fueron carrozados por Pininfarina en configuración coupé, mientras que hubo un único 342 América con carrocería de Vignale.
La denominación 342 hace referencia al volumen unitario de uno de los 12 cilindros de su motor, del tipo Lampredi de bloque grande, con 4.1 litros de cilindrada y 200 CV de potencia. La caja de cambios es manual de cuatro velocidades. La velocidad máxima de los 342 América estaba en torno a los 190-200 Km/H.
Nos detenemos en la unidad con número de chasis #0232AL, el único 342 América carrozado por Vignale. Sus signos distintivos son la calandra delantera oval y las luces traseras encastradas en las aletas, recursos estéticos vistos en otros autos coetáneos de la misma firma carrocera con sede en Turín, como es el caso del Ferrari 212 Inter o el Cunningham C3 Continental. Este coche salió de la fábrica de Maranello en octubre de 1952 y su primer propietario, Odofranco 'Otto' Wild, de Muri, Suiza, lo recibió el 14 de enero de 1953. Este hábido coleccionista de coches europeos con carrocerías especiales lo tuvo hasta finales de la década de los 50, que pasó a manos de Dan Smith, de Los Ángeles, que a su vez lo vendió en 1971 a Norman Snart, de Hayward, California. Fue el señor Snart quien lo pintó de color plata, y cuya propiedad mantuvo hasta 2004 en que lo vendió a Paul Forbes. En 2007 es adquirido por su actual dueño, que lo restaura y lo pinta con la combinación de color verde oscuro y beige, con el interior a juego. Es un coche que no se deja ver mucho en público y aparece en el libro 'Ferrari by Vignale', de Marcel Massini, y en el número 117 de la revista oficial de Ferrari, Cavallino.
De la mano de Matrix Scale Models llega a nuestras manos este precioso 'Ultra Ferrari', como se suele denominar a los coches del Cavallino de las primeras series especiales. Se trata de una reproducción del único Ferrari 342 América con carrocería Vignale que se construyó, que la firma de miniaturas holandesa ofrece en dos combinaciones de color, gris plata -correspondiente al tiempo en que el coche real fue propiedad de Norman Snart- y a la elegante y vistosa versión bicolor beige-verde oscuro que representa al coche en su estado actual. Matrix está haciendo un gran trabajo reproduciendo modelos de los Ferrari clásicos más raros y exóticos, cosa que antes sólo hacían firmas como BBR, Looksmart o Ilario, con miniaturas sobre los 250-350 euros. Estos nuevos Ferrari de Matrix son más económicos aunque para nada baratos, y tienen un nivel de calidad muy alto. El modelo en cuestión parece correcto en formas y proporciones y la terminación es de primer nivel. Me parece especialmente reseñable el increíble acabado del interior con moqueta de verdad, y es que en las miniaturas de coches descapotables cosas así son muy de agradecer, pues el interior está muy a la vista. El acabado exterior es el habitual que Matrix imprime a sus creaciones, con pintura de excelente calidad y muy bien aplicada y muchos detalles en piezas independientes, casi todas realizadas en metal fotograbado que realzan el realismo del modelo.
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