sábado, junio 18, 2022

Ferrari 375 MM Coupé Speciale Ghia #0476AM 1954 de Matrix Scale Models









El 14 de julio de 1951, el piloto argentino José Froilán González lograba la primera victoria de Ferrari en el recientemente inaugurado Mundial de Fórmula 1, ganando el British Grand Prix celebrado en Silverstone a los mandos de un monoplaza 375 F1, equipado con un motor V12 de aspiración atmosférica y 4.5 litros. Un par de años después, la firma de Maranello lanzaba el 375 Mille Miglia, la evolución en formato Sport del coche de F1 destinado a competir en el Campeonato de Resistencia. Denominado según la tradición de la marca para conmemorar sus diferentes victorias en las diferentes pruebas deportivas en que participaba, el 375 MM estaba concebido para la competición, y la prueba es que las 10 barchettas que se fabricaron, amén de algunas berlinettas, fueron puestas en manos de los pilotos de la casa. No obstante y tras diferentes avatares, algunos de los 375 MM terminaron convertidos en coches de calle. No era la norma, pero así lo quisieron sus acaudalados propietarios, como en el caso del coche que protagoniza esta entrada, el número de chasis #0476AM.

En sus primeros años, los Ferrari más exclusivos se distinguían por sus carrocerías especiales e individualizadas que los convertían en ejemplares únicos, por expreso deseo de sus propietarios que buscaban la diferenciación por encima de todo. Contrariamente a otros competidores que habían estandarizado el capítulo de la carrocería en sus coches, Ferrari se mantenía en el grupo de fabricantes que  aún ofrecía la posibilidad de carrozar al gusto del cliente sus automóviles, manteniendo viva la tradición de antes de la II Guerra Mundial. Y es que en Italia, la industria carrocera aún tenía mucho que decir. 

Entre los mejores clientes del Cavallino Rampante en la década de los 50 figuraba el empresario Robert Wilke, de Milwaukee, Wisconsin, propietario de la Leader Card Company y patrocinador y posterior propietario de un equipo de competición que ganó tres veces las 500 Millas de Indianápolis, en 1959 y 1962 con Rodger Ward; y en 1968 con Bobby Unser. Wilke era un apasionado Ferrarista, amigo personal de Enzo Ferrari y, como no, poseedor de siete coches del Cavallino, todos realizados bajo sus expresos deseos e instrucciones, todos coches únicos, con diseños muy llamativos y colores imposibles, que deslumbraban allá por donde iban, pues el señor Wilke los usaba a diario. Y de entre esos siete Ferrari tan especiales, el más significativo es sin duda el número de chasis #0476AM.

El #0476AM estaba basado en un chasis 375 MM y equipaba una mecánica de competición V12 del tipo Lampredi, con bloque grande de 4.5 litros y 340 CV de potencia gracias a la adopción de tres carburadores Weber 42 DCZ 3, encendido Magneti-Marelli y llantas de radios Borrani, entre otros elementos. Em vez de recibir una carrocería de competición de Pininfarina, el noviembre de 1954 fue enviado a los talleres de Ghia en Turín, y entre invierno y primavera recibió una carrocería coupé personalizada y extraordinaria realizada en aleación con estructura interior de acero. Nueve 375 MM de competición fueron convertidos a coupé, y sólo uno fue carrozado por Ghia, siendo además el último Ferrari que la firma de Turín carrozase.

Ghia realizó para el #0476AM un diseño con muchas similitudes a otros trabajos recientes de la casa, concretamente a los coupé Supersonic realizados sobre base Fiat y Jaguar, y al De Soto Adventurer II. Destaca sobre todo el larguísimo capó que termina en una calandra con forma de huevera. La línea del techo por su parte discurre hacia abajo y termina en dos paneles ventilados, una solución estética que se vería a posteriori en el 250 GT Tour de France. La zaga termina en dos sutiles aletas traseras, que albergan las luces traseras y unos parachoques integrados. Se trata de un diseño de influencia muy americana, la corriente más en boga entonces, y, además, el color elegido, una combinación de naranja salmón y gris antracita lo enfatizaba, junto con algunos elementos cromados ornamentales. Podía parecer un combinación muy atrevida, pero en este Ferrari funcionó, pues un diseño tan atrevido pedía a gritos colores impactantes. 

Una vez que el coche abandonó los talleres de Ghia fue exhibido en el stand de la compañía en el Salón del Automóvil de Turín de 1955, y de ahí partió rumbo a los Estados Unidos, siendo entregado al señor Wilke en el concesionario de Luigi Chinetti. Era el cuarto Ferrari que Wilke adquiría y permaneció siempre bajo su propiedad, en condiciones originales y sólo recorriendo 12.000 KM. El único elemento que se le añadió fueron unos cinturones de seguridad de International Harvester. Robert Wilke falleció en 1970 y su hijo Ralph heredó el Ferrari y lo vendió en 1974 al doctor Robert Steiner, también de Milwaukee. Este a su vez lo vendió 10 años después al especialista Ed Jurist de Vintage Cars en Nyack, NY, el cual lo cedió por tres años a la prestigiosa Blackhawk Collection de Danville, California. El coche fue propiedad después de Erich Trabber, de Suiza, que se lo llevó a Europa, exponiéndolo en el Retromobile de París de 1990. El señor Trabber llevó a cabo la restauración total del motor en el especialista helvético Graber. Desde 2007 es propiedad de una persona que lo custodia en su colección y lo ha llevado a diferentes eventos de importancia, como el Concurso Ferrari de Pasadena, California, de mayo de 2013. Actualmente refleja en torno a los 13.300 Km y está valorado entre los cinco y lo siete millones de dólares. 

La miniatura del Ferrari #0476AM, conocido también como uno de los 'Wilke Ferrari', es obra de Matrix Scale Models, firma que está añadiendo a su catálogo un buen número de modelos a escala del Cavallino Rampante, especialmente los modelos más raros y exóticos, y este que protagoniza la última entrada del blog no lo es menos. Está realizado en resina. Parece correcto en formas y proporciones según la comparación con las fotos del coche real y el acabado es sobresaliente, con muchas piezas independientes en metal fotograbado. También destaca el trabajo de pintura. Es una miniatura de un coche muy peculiar que muy posiblemente no conquiste a todos los coleccionistas, pero lo cierto es que Matrix ha llevado a cabo un muy buen trabajo y es una buena oportunidad de hacerse con un modelo que anteriormente fue reproducido por BBR y que Matrix lo ofrece a más de la mitad de lo que costaba, sobre todo porque el BBR ya hace tiempo que está descatalogado. Seguramente, los más Ferraristas no podrán resistirse a esta impresionante miniatura.

2 comentarios:

A.Sivianes dijo...

Extraordinaria pieza, pero es que el coche real era una preciosidad también... Curiosamente casi que prefiero los Ferrari clásicos en cualquier combinación de colores que no sea roja, no sé bien por qué.

Difícil ponerle pegas a esta maravilla, además representa una pieza que quizás no sea tan conocida (a mis ojos de lego en la materia).

Enhorabuena y un saludo!

Keko dijo...

Yo también ando reuniendo Ferrari clásicos a ser posible no rojos. Este coche concretamente como sólo se hizo uno es así, y ya está. La verdad que es un pasote en todos los sentidos.

Saludos