Los problemas de control de calidad en sus coches por parte del fabricante italoargentino de autos deportivos De Tomaso hizo que su alianza comercial con el gigante automovilístico americano Ford, que suministraba motores y otros componentes, se acabara en 1975, teniendo su efecto inmediato en que los De Tomaso Pantera desaparecieran de los escaparates de los concesionarios Lincoln-Mercury. De igual modo, Ford cesó la producción del motor V8 Cleveland, el que hasta ahora habían venido empleando estos autos. No obstante, dichas mecánicas siguieron fabricándose en Australia, por lo que Alejandro De Tomaso importó sus motores desde Las Antípodas y luego se enviaban a un especialista con base en Suiza que los optimizaría hasta lograr los 360 cv de potencia.
En 1980, De Tomaso realiza una profunda revisión del chasis del Pantera, y en lo sucesivo los nuevos modelos irían numerados desde el 9.000. En mayo de ese mismo año se presenta el Pantera GT5, la versión de calle más extrema realizada hasta ahora, fácilmente distinguible por su llamativa carrocería ensanchada que acentuaba el carácter agresivo del diseño original. Igualmente, el logotipo 'De Tomaso Pantera GT5' era bien visible en la parte baja de ambos flancos del coche.
El kit de carrocería, fabricado en fibra de vidrio, incluía un nuevo faldón delantero con tomas de aire y pasos de rueda, además de un llamativo alerón trasero opcional muy similar al del Lamborghini Countach 500 S. Las llantas de alegación era muy similares a las del modelo GTS. En 1985, el GT5 pasa a llamarse GT5 S y los aditamentos de fibra de vidrio pasan a ser de acero. Según el Pantera Owners Club of America, se fabricaron un total de 252 GT5 y 183 GT5 S.
Si ya el Pantera primera serie de 1970 tenía una apariencia brutal, la versión tope de 1981 no lo era menos. Spark riza el rizo con respecto a su Pantera de 1970 y nos presenta una espectacular miniatura de un GT5 de 1981. En esta miniatura la profusión de detalles es mayor y se ve un esfuerzo de Spark en sus últimas creaciones por mantener un estándar de calidad muy alto. El acabado exterior de la miniatura está muy bien conseguido, reproduciéndose multitud de detalles. Es para destacar la hermosa pintura blanco perla metalizado escogida. Si con los modelos Spark siempre encontramos unos interiores bien moldeados pero algo sosos en lo que a color se refiere, este incluye ya más elementos diferenciados, aparte de la tradicional tampografía del cuadro de instrumentos, como la guía de la palanca de cambios o un extintor. Un 10 para Spark y esperemos que su calidad siga aumentando de esta forma.
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