domingo, agosto 15, 2021

Lincoln Continental MK III 1971 de GiM









Sin ningún lugar a dudas, el Continental es el modelo más representativo y popular de la firma estadounidense Lincoln, la división de automóviles de lujo de la Ford Motor Company. La primera generación del Continental vio la luz en 1941 pero su trayectoria se vio discontinuada al igual que la mayoría de los coches americanos de su tiempo debido a la entrada de los EEUU en la II Guerra Mundial. La segunda generación es posiblemente el modelo más ambicioso de la estirpe, tanto que incluso se prescindió de la denominación Lincoln para llamarse simplemente Continental MK II con el objetivo de competir con más fuerza con Cadillac e Imperial. Sin embargo, este automóvil no obtuvo el éxito esperado y el concepto primigenio del Continental, el del vehículo personal coupé de lujo, independiente y diferenciado del resto de la gama, fue abandonando por Lincoln, empleándose la denominación para las versiones más lujosas de la gama 1958, y a partir de 1961 para la nueva generación berlinas de la marca. A mitad de la década de los 60, con Lee Iacocca como vicepresidente de Ford, se decidió dar una nueva oportunidad al concepto Continental primigenio.

En septiembre de 1965, Iacocca sugirió al entonces vicepresidente de diseño de Ford, Gene Bordinant, colocar una calandra tipo Rolls Royce sobre el Thunderbird vigente. Justo unos meses más tarde, en marzo de 1966, Rolls Royce lanzaba al mercado su Corniche Coupé adelantándose a la idea de coche que rondaba en los planes de Ford. El nuevo Continental Mark III, denominado así para dejar bien claro que se trataba del sucesor espiritual de los MK I y II -pese a que en 1958 ya se vendió un Continental MK III- basado en la misma plataforma que los Continental berlina de 1961-1969 y de los Thunderbird de cuatro puertas de la quinta generación, todo ello para abaratar al máximo posible los costes de producción. Su principal competidor fue el Cadillac Eldorado con tracción delantera, que compartía a su vez plataforma con los Oldsmobile Toronado y Buick Riviera.

Las primeras unidades llegarían al mercado en abril de 1968 y de hecho son las más raras y menos comunes, pues todavía el techo de vinilo era una opción. Los MK III sin techo de vinilo se cuentan entre los más raros. Las ventas del Thunderbird se estaban resintiendo, pero el MK III fue un éxito comercial inmediato, pues pese a que se vendía como un vehículo de alta gama, sus costes de desarrollo eran muy contenidos al compartir muchos componentes con otros vehículos de la Ford, y ello se tradujo en muy buenos resultados económicos. Sólo estaba disponible con una opción mecánica, el V8 385 de 7.5 litros -460 pulgadas cúbicas- y 300 CV de potencia, aparejado a una caja de cambios automática C6 de tres velocidades. 

Los MK III incluían un equipamiento de lo más completo: dirección asistida, elevalunas eléctrico, faros delanteros ocultos y asientos delanteros ajustables eléctricamente de modo independiente pese a ser de banco única. El salpicadero, cuadro de instrumentos y paneles de las puertas lucían inserciones de imitación de madera, bien roble inglés o palisandro de las Indias Orientales. El reloj era de la marca Cartier y la tapicería de serie de vinilo con inserciones en textil, siendo opcional la de cuero. Como se ha dicho más arriba, el techo de vinilo de sarga de caballería era opcional al principio, pero fue de serie desde 1969. Los ejemplares sin techo de vinilo son raros, pues era una opción muy demandada debido a que el techo del MK III era una pieza independiente de la carrocería, con lo que el techo de vinilo disimulaba muy bien la soldadura de unión. Eran opcionales también el diferencial antideslizamiento Sure Track, el ABS y el control de velocidad de crucero. Los faros contaban con un sistema regulado automáticamente para bajar la intensidad y no molestar a los otros conductores. 

En 1970 se introducen unos nuevos neumáticos radiales Michelin en exclusiva para el MK III, la primera vez que el fabricante francés suministraba a un vehículo americano. Ese mismo año, la revista Motor Trend puso al MK III cara a cara con el Eldorado de Cadillac en una prueba comparativa y el modelo de Ford venció al de GM por la mínimo. A partir de este año dicha publicación instauró una suerte de competición por ver quién era 'The King of the Hill' entre ambos vehículos. 

1971 fue el último año del MK III, coincidiendo con el Golden Anniversary de Lincoln. La potencia del motor subió hasta los 365 CV. En 1972 el MK III fue sustituido por el nuevo MK IV, más grande, más barroco y más ostentoso aún, aunque esa, es otra historia que podéis leer pinchando AQUÍ. El Continental MK III más famoso de la cultura popular es el que conducía el gran actor español Fernando Rey interpretando el papel del gángster Alain Charnier en el thriller de 1971 'French Connection' dirigido por William Friedkin, curiosamente del mismo color exactamente que la miniatura protagonista de esta entrada.

Tras muchos años finaliza mi búsqueda de un Continental MK III para la colección. El ejemplar elegido es el realizado recientemente por el fabricante Great Iconic Models -GiM-, la nueva división de miniaturas de clásicos americanos de Matrix Scale Models, por lo que el modelo en cuestión tiene la misma calidad que los productos de la mencionada firma. Está realizado en resina y cuenta con una terminación de gran calidad, en línea con el resto de productos que Matrix suele ofrecer. Destaca la profusión de piezas independientes y fotograbados. El trabajo de pintura es sobresaliente. Las formas del molde parecen correctas y proporcionadas. Hasta hace bien poco el MK III más fácil de encontrar era el fabricado por la casa americana Automodello, superior en precio. Ahora se suma el de GiM.

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