La industria del automóvil ha dado lugar a grandes sagas de modelos y el caso de Estados Unidos es bien especial. A las más conocidas y populares como son las del Chevrotel Corvette o el Ford Mustang se suman otras como la del Thunderbird también de la Ford, el Eldorado de Cadillac o el Continental de Lincoln, nombres icónicos que han terminado generando auténticos símbolos de la cultura popular.
La denominación Continental ha sido empleada por muchos fabricantes de automóviles, pero es a la firma norteamericana Lincoln a quien tradicionalmente más se le vincula. Fue a finales de la década de los años 30 del pasado siglo XX cuando el entonces presidente de la Ford Motor Company, Edsel Ford, ideó la construcción de un nuevo modelo de gran lujo dentro de su división Lincoln de autos de alta gama. Lincoln pertenecía a Ford desde 1922. El mandamás de la casa del óvalo azul había viajado por Europa en sus vacaciones y visitado importantes eventos del motor donde conoció automóviles de los fabricantes más exclusivos. Tras todo ello decidió construir un nuevo coche, pero no uno cualquiera, algo bien especial.
Lincoln había sorprendido a propios y extraños con su elegante y sofisticado Zephyr de 1937 de diseño sensual y espectacular obra de John Tjaarda, y un refinado motor V12. De hecho, el Zephyr supuso para Lincoln un soplo de aire fresco que consiguió salvar a la compañía de una situación financiera bien complicada. Para Edsel Ford, el nuevo proyecto, su proyecto, tomaría el Zephyr, aún en producción, como inspiración y punto de partida.
Edsel Ford encomendó al prestigioso diseñador francés Eugene Turenne 'Bob' Gregorie las formas de "su coche". Los encargos del presidente de Ford al respecto eran claros, debía ser un automóvil personal e individualista y de tipo Continental, que era como se conocía a un tipo de coche a medio camino entre un deportivo y una berlina de lujo, rápido y potente, pero cómodo y lujoso a su vez, quizás de dos puertas, y puede que también descapotable. Y lo más importante, el primer prototipo debía estar listo para que Edsel Ford pudiera llevárselo para sus vacaciones de invierno a Palm Beach, Florida, donde poder enseñarlo entre sus posibles compradores. Y la respuesta de sus vecinos en ese exclusivo destino de ocio fue muy positiva. Edsel volvió de sus vacaciones con 200 pedidos registrados.
La producción del Lincoln Continental arrancó en 1940 y de hecho ese mismo año se fabricaron 404 unidades, pero fue en 1941 cuando el coche se presentó oficialmente y la producción total alcanzó las 1.250 unidades. 400 lucían la carrocería cabriolet que se vendía al precio de 2.865 dólares de su tiempo. Su diseño era realmente portentoso. El prestigioso arquitecto Frank Lloyd Wright afirmó cuando vio por primera vez un Continental MK I que era "el coche más hermoso jamás diseñado".
Algunos de sus detalles eran sorprendentes. Para empezar, era mucho más grácil, bajo y agresivo que cualquier vehículo de la gama Ford, a excepción del Zephyr por supuesto. Las puertas tenían un ingenioso sistema de apertura mediante pulsadores y la rueda de repuesto iba colocada en la parte trasera mediante un sistema que se conocería en lo sucesivo como el 'Continental Kit'. En el apartado mecánico, el Continental equipaba un motor V12 similar al del Zephyr, con 4.8 litros de cilindrada y 120 CV de potencia aparejado a una caja de cambios manual de tres velocidades, que le posibilitaban un velocidad máxima de 140 Km/H, unas prestaciones no muy espectaculares, pero que poco importaban al público del Continental, más interesado en su lujoso acabado y estética rompedora.
Tras dos primeros años de ventas razonablemente buenas para un automóvil de su categoría, en 1942 sólo se fabricaron 336 unidades. Y es que en plena II Guerra Mundial el Ejercito Japonés atacó la base militar estadounidense de Pearl Harbour obligando a dicho país a entrar en la contienda en la que hasta ese momento se había mantenido neutral. Es por ese motivo que la fabricación de automóviles fue paralizada en favor de la industria de guerra, incluyendo al Lincoln Continental. La producción se reanudaría en 1946 recibiendo un lavado de cara. El Continental recibió un frontal con una calandra cromada de mayor tamaño, mucho menos elegante y sutil que el diseño original. Finalmente, el Continental MK I cesó su producción en 1948. No sería hasta ocho años después cuando la denominación Continental volvió a un coche fabricado por Ford pero no junto a la firma Lincoln. Continental se había convertido en marca con entidad propia y el coche en cuestión era el Continental MK II, pero esa es otra historia que ya hemos contado anteriormente. Puesto que este experimento no obtuvo los resultados esperados, el Continental MK III de 1958 volvió a ser un Lincoln.
El Continental MK I es uno de los clásicos más queridos en su país de origen. Y también tuvo su ración de protagonismo en una de las mejores películas de la historia del cine, pues todos recordarán la escena en la que Sonny Corleone, interpretado por James Caan, es acribillado a balazos en un peaje mientras viajaba en su Lincoln Continental MK I Coupé de color negro que quedaba hecho un colador.
Ya en varias entradas he dedicado unas líneas a la importancia que tiene la paciencia en este hobby del coleccinismo de miniaturas de coches a escala. Y nuevamente vuelvo a hacerlo. Llevaba como 13 o 14 años detrás de esta miniatura. Salió al mercado en el año 2003 dentro de un set conmemorativo del centenario de Ford realizado por Minichamps, y conseguir este modelo en solitario era prácticamente imposible. Hubo planes para una reedición que al final se suspendió, y perdí la esperanza de conseguirlo. Pero hace un par de semanas tuve la suerte de encontrarlo por casualidad en una tienda de Bélgica. Y un precio bastante razonable, por lo que no podía resistirme. He tenido en mis manos gran parte de las miniaturas del Continental MK I más accesibles del mercado, de Ixo, Rio o Delprado, pero ninguna reproducía adecuadamente las formas del modelo real y ello me hizo descartar su compra. tampoco la más actual de Grennligh Collectibles, ni siquiera el de Neo Scale Models en resina ya que representa a un modelo de 1946.. Finalmente, pude hacerme con el ansiado Minichamps, una miniatura soberbia, correcta en sus formas y proporciones y un acabado que si bien no es de los modernos modelos en resina, nada tiene que envidiarles. Y su interior también está reproducido magistralmente. Una miniatura muy buena que sobre todo me ha dado mucha alegría conseguir y que me posibilita quitarme una espina que como coleccionista llevaba clavada desde hace muchos años.
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