Hispano Suiza presentaría en 1934 su colosal modelo T68 o J12, que destacó por su sofisticado e imponente motor de doce cilindros en V obra del ingeniero Marc Birkigt y derivado directamente de la división aeronáutica de la compañía. Para aquellos automovilistas fieles a la firma española a los que el nuevo J12 "les iba demasiado grande", Hispano ofreció un nuevo modelo más compacto y menos estratosférico, el K6, que también vería la luz ese mismo año de 1934. Los motores de seis cilindros eran una auténtica institución en Hispano Suiza gracias a la saga de los H6, y si bien el J12 era el sucesor de éstos, el nuevo K6 venía a ser el continuador y valedor de los Hispano de seis cilindros.
Casi una década antes, Hispano Suiza había sorprendido al mundo entero con sus modelos H6, altamente innovadores en el aspecto técnico, además de muy refinados y con prestaciones sobresalientes. Con el K6, la industrial con sede en Barcelona pero que ya concentraba el principal grueso de su actividad en la delegación francesa de Bois-Colombes, fue mucho más conservadora y continuísta. Seguía siendo un producto de primera categoría y con una calidad fuera de toda duda, pero sin el carácter innovador de los H6 o el nuevo J12.
Con todo, nuevo K6, en el apartado mecánico derivaba directamente del J12, pues su motor de seis cilindros tomaba como punto de partida la mitad del bloque del propulsor V12. Cubicaba 5.2 litros y erogaba 120 CV de potencia, más que suficientes para poder alcanzar velocidades máximas de en torno a los 140 Km/H. Presentado en el Salón del Automóvil de París de 1934, el K6 ocuparía el hueco dejado por los H6 y HS26 Junior. Todos los chasis K6 fueron construidos en la factoría de Bois-Colombes, pero el desarrollo de los mismos se llevó a cabo en La Sagrera, Barcelona. En torno a 204 unidades de este coche se fabricaron entre 1934 y 1939, en dos longitudes de chasis y con carrocerías de los más afamados especialistas, como pueden ser
Henri Chapron o
Franay, de hecho, si atendemos a la cuarta fotografía empezando desde el final de las que ilustran la entrada, podemos ver dichos ejemplares juntos.
Si bien la mayoría de los más reputados carroceros franceses de su tiempo tenían sus talleres en el cinturón industria suburbano de París, el caso que nos ocupa es distinto, pues el atelier de Etienne Brandone se encontraba en Cannes, en plena Costa Azul. El ejemplar que protagoniza la entrada que nos ocupa es el número de chasis 16035. El conjunto chasis-motor-transmisión fue enviado desde Bois-Colombes a Cannes en 1935. Los diseños de Etienne Brandone siempre fueron elegantes, bien proporcionados y dotados de una sutil sofisticación. Todos estos atributos pueden ser percibidos en el imponente Cabriolet construido sobre chasis de Hispano Suiza K6, que parece un automóvil especialmente concebido para lucirse en todo su esplendor en ese rincón del Mediterráneo cargado de clase y glamour con localizaciones como la propia Cannes, Niza, Montecarlo, Antibes o San Remo. Sobre su sobria pintura de color negro destacan unos ornamentos cromados que en absoluto recargan el conjunto. El interior tapizado en color whisky con maderas de tonalidades claras que adornan el interior de las puertas y el salpicadero, causa un precioso contraste que resalta su noble aspecto.
Matriculado por primera vez el 29 de junio de 1935 con la placa 6542 BA4 en el departamento de los Alpes Marítimos, su primer propietario sería el señor Copley-May con domicilio en la avenida de La Corniche, Niza. El 27 de marzo de 1936 participaría en el Concurso de Elegancia de Cannes. En mayo de 1922 es adquirido por la empresa MASE con sede en Lyon y en octubre de 1955 es adquirido por madame Pierre de Villeurbanne. Jim Bickero, de Chicago, lo adquiere en 1964 y lo restaura. Desde entonces ha formado parte de la Blackhawk Collection y del Museo de Peter Mullin, participando en el Concurso de Elegancia de Peeble Beach de 1986, 1991 y 1999, ganando diversos premios. En este tiempo cambia varias veces de color e incluso de configuración a Cabriolet de cuatro asientos.
Ya en manos del matrimonio Sam y Emily Mann, estos reputados coleccionistas encargan al historiador del automóvil André Vaucourt una exhaustiva investigación de cara a una restauración definitiva que devuelva al 16035 al mismo aspecto que tenía cuando le fue entregado al señor Copley-May. La última vez que se mostró en el Peeble Beach fue galardonado como el 'Best of Show'. En 2013 participó en el Rally Hispano Suiza celebrado en Arizona y en 2015 RM Sothebys Restorarions llevó a cabo la reconstrucción completa del motor. En 2013, el K6 Cabriolet Brandone fue subastado por Sothebys en Monterey bajando el martillo en unos nada despreciables 2.255.000 dólares. Toda la información sobre propietarios y vida comercial del vehículo ha sido extraída de la web de RM Sothebys.
Todas las miniaturas de Matrix Scale Models son tiradas limitadas y tienen el problema que suelen desparecer del mercado rápido. Es lo que me ocurrió en su día con este modelo. Recientemente tuve la suerte de encontrarlo en una tienda online belga, Art-Toys, y encima con un pequeño descuento, por lo que no me lo pensé pues ya era cuestión de tenerlo de una vez o quedarme para siempre sin él a expensas de que algún coleccionista quisiera deshacerse de él. Tuve el problema de que mi unidad llegó sin la cigüeña de metal fotograbado del radiador, pero tanto desde la propia tienda donde lo compré como desde el propio equipo de Matrix Scale Models liderado por Mark Asbreuk, la cigüeña me fue repuesta y convenientemente colocada, lo que deja muy claro las empresas serias y que cuidan a sus clientes en el mercado de coleccionistas frente a otros vendedores y fabricantes que se lavan las manos o ni siquiera responden.
Matrix Scale Models, que cuenta con una preciosa selección de Hispano Suiza en su catálogo y de la que tengo ya cinco referencias en mi colección, presenta una espectacular réplica realizada en resina, como es habitual, de un Hispano Suiza especialmente bonito como es el K6 Cabriolet Brandone, un modelo único en el sentido estricto de la palabra. El modelo tiene un molde correcto en formas y proporciones y cuenta con un acabado de lo más preciso y cuidado, con muchas piezas independientes realizadas en metal fotograbado que otorgan todo el realismo, e incluso moqueta de verdad en el interior. Una pieza magnífica que demuestra el por qué es casi imposible de encontrar en el mercado actual y que un coleccionista de Hispano Suiza como un servidor no podía permitirse dejar escapar.
2 comentarios:
Muy curioso. Recien descubrí este blog y me encantaron los coches!
Muchas gracias!!
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