El stand de Ferrari del Salón de París de 1972 mostraba entre sus novedades un automóvil tremendamente peculiar, el 365 GT4 2+2. No se puede decir que desde que apareciese aquel 125 allá por 1948 y hasta ese año Ferrari no había ofrecido nunca un coche con cuatro asientos. Sí lo había hecho, y valen como ejemplos el 250 GTE o el 330 GT, pero en ningún caso estos asientos podían ser usados para un viaje largo pues el espacio y la habitabilidad que ofrecían eran escasos.
El nuevo Ferrari sí tenía una trasera con una notable habitabilidad y además tenía en su ADN todo el pedigrí de los modelos de Maranello.
Lo que sin duda impactaba más de este modelo era su aspecto. Para empezar era más grande que sus hermanos de gama. Su diseño se alejaba completamente de lo que la marca del Cavallino tenía acostumbrado al gran público. Su carrocería era muy estilizada y con líneas muy limpias y sobrias. El morro era muy largo, al igual que el voladizo trasero, un elemento que hasta ahora no se había visto en ningún modelo del Cavallino.
Bajo el motor se hallaba un V12 de 4,4 litros similar al usado por el 365 GTB/4 Daytona, de 4,4 litros, pero con una potencia algo más discreta de 340 cv. La velocidad máxima era de 250 Km/H. En los cuatro años que estuvo en el mercado apenas se vendieron 525 unidades.
En 1976 se presenta en el Salón de París el sucesor del 365 GT4, el 400 GT. Tenía la misma apariencia y su principal rasgo diferenciador era un mejor aprovechamiento del interior y nuevo juego de dobles ópticas traseras sustituyendo a las triples originales. El juego de llantas nuevo era similar, pero carecía de la clásica tuerca central, que se sustituía por cinco tornillos. El spoiler delantero estaba totalmente rediseñado y el motor cubicaba 4,9 litros.
Ferrari a lo largo de su historia nunca ha sido una marca muy dada a las grandes innovaciones, más que nada su filosofía ha sido la de perfeccionar lo que ya existe, pero en este ocasión se produce un hito, pues en el listado de opciones del 400 GT figuraba la posibilidad de montar una caja de cambios automática GM-Hydramatic de tres velocidades. Paradójicamente, esta casaba muy bien con un vehículo que era más un bussinessman express que un deportivo puro y duro.
La incorporación de un sistema de inyección Bosch K-Jetronic produjo una merma de potencia de 30 cv, dejando al 400 GT en 310 cv.
En 1985 se presenta en Ginebra la última variante, el 412. Nuevamente habría que mirarlo con lupa para diferenciarlo de sus antecesores. En este caso los cambios se centraron más en los aspectos técnicos. Se restableció la potencia en 340 cv de nuevo y se dotó al coche de frenos ABS, dirección asistida y aire acondicionado. En 1989, con casi 3.000 ejemplares vendidos en 17 años de producción Ferrari abandona la producción de sus 2+2 y no la retomaría hasta la aparición del 456 GT en 1993, aunque ya esa es otra historia.
Tal y como decía la prensa especializada en los 80, la serie 'Magnum PI' hizo famoso al 308 y 'Miami Vice' hizo lo propio con el Testarossa, dos auténticos best sellers herederos del mejor ADN de Ferrari, pero los GT 2+2 de motor delantero no buscaban la fama, sino más bien seducir a una clientela más selecta que buscaba el coche más exclusivo con el que desplazarse rápido en sus glamourosos viajes y sin llamar la atención. Es por eso que los principales rivales del 412 fueron el Mercedes 500 SEC, el BMW 635 CSI, el Jaguar XJS o el Porsche 928. Puede que ni Tom Selleck ni Don Johnson condujeran uno, pero sí lo hizo Tom Cruise en las primeras escena de 'Rainman'.
Esta miniatura del Ferrari 412 de 1985 viene firmada por Elite, la serie premium del fabricante americano Hotwheels. Se trata de un modelo muy atractivo y bien realizado, con un nivel bastante alto de detalle, que incluye cromados o piezas en fotograbado. Las formas y proporciones son bastante fidedignas, aunque quizas los neumáticos deberían ser un poco más anchos. En el caso del color, estos Ferrari de cuatro plazas, que muchos los consideraban berlinas, era muy frecuente verlos en colores que no fueran rojo, en este caso he optado por el verde inglés entre las tres versiones que Elite nos ofrece (hay una plata y otra roja, además del verde). En definitiva, una miniatura que me ha sorprendido muy gratamente de un coche que siempre me llamó la atención.
1 comentario:
Me ha gustado mucho este artículo, Keko.
Es una miniatura que tendré en cuenta como posible adquisición por la mezcla berlina-coupé que le caracteriza y lo bien rematada que está.
Saludos.
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