La llegada de los años 60 trajo consigo una gran revolución social. Cuatro chicos de Liverpool de aspecto desaliñado que según los más viejos del lugar sólo hacía un incómodo ruido al rascar sus guitarras provocaron una catarsis colectiva entre los jóvenes de todo el mundo. Igualmente, una chica especialmente delgada y de cuerpo aniñado se convertía en el canon de belleza a seguir al lucir en todas las revistas de moda una falda especialmente corta. Desde Coventry, en pleno corazón de la industria británica del motor empezaba a definirse el coche que, más que un simple vehículo, se convertiría en el paradigma de lo que en esta agitada década un automóvil tenía que ser.
La prestigiosa serie de deportivos XK de Jaguar ya se mostraba algo obsoleta desde que se presentara allá por el año 1948. Una cosa estaba clara, su sustituto tenía que ser, por lo menos, igual de exitoso. El punto de partida se fijó en un automóvil especialmente aerodinámico que corrió las 24 Horas de Le Mans de 1960, el E1A, desarrollado por el prestigioso aerodinamicista Malcom Sayer, artífice de los imbatibles D-Type que arrasaron en Le Mans.
El debut del nuevo Jaguar se produjo en el Salón de Ginebra de 1961. Sir William Lyons quería hacer algo extravagante, y el día antes hizo que el piloto de pruebas de la marca, Sir Norman Dewis, viniera conduciendo un E-Type desde Coventry a Ginebra para que todo el mundo no sólo quedara impactado de su aspecto, sino de también de su robustez y velocidad. Dewis lo consiguió y Lyons convocó a toda la prensa para hacer una presentación del coche en el momento en que llegase. Al stand de Ginebra llegaron dos E-Type, un coupé y un roadster.
El impacto fue inmediato, las limpias y sencillas líneas de su carrocería, con una aerdinámica cuidada in extremis por Malcom Sayer, instauraron un nuevo canon de belleza del automóvil además de marcar un nuevo camino a seguir. Ello se complementaba con un excepcional motor XK de 3,8 litros y 265 cv, además de otros elementos como su suspensión cien por cien independiente, que permitía máximo agarre en conducción deportiva y confort cuando se circulada despacio. El motor creció en cilindrada a partir de 1965 a 4,2 litros, incrementándose su manejabilidad y par motor, pero perdiendo algo de nervio y carácter. Un año más tarde la carrocería coupé se convirtió en un 2+2. En 1969 se introdujo la Serie 2 (S2) fácilmente distinguible por los faros sin carenar. En 1971 llega la Serie 3, con un diseño modificado para poder albergar un nuevo motor V12, aunque para muchos se trata de una desvirtuación del concepto original.
Sea como sea, el E-Type es algo más que un automóvil, es un icono de la cultura popular y del diseño, que en su día fue objeto de deseo de artistas, pilotos de competición y gente adinerada. Fue el último deportivo auténtico de Jaguar y la quintaesencia del automovilismo británico.
Una de las últimas realizaciones del prolífico fabricante de miniaturas Ixo Models es este E-Type que viene a festejar el 50 aniversario de su lanzamiento, presentado en un bonito estuche conmemorativo. Se trata de una réplica exacta de uno de los dos primeros E-Type que se presentaron en 1961 en el Salón de Ginebra, concretamente del coupé 9600HP en color 'Gunmetal Grey'. Se trata de una miniatura muy bien realizada, con un molde muy cuidado en sus peculiares formas y rematado con fantásticos detalles en material fotograbado, como las llantas de radios Dunlop y los tres limpiaparabrisas. Igualmente el interior está también muy detallado, destacando el tapizado de los asientos en beige o el volante de madera de tres radios. Una miniatura realmente interesante para los más mitómanos del automóvil -como es mi caso- y que admitiría muy bien la futura realización del roadster 'Old English White' que le acompañó en la puesta de largo en Ginebra de 1961.
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