El Lamborghini Jota más que un coche, puede ser considerado una leyenda del automovilismo, de la misma forma que James Dean lo fue para el cine o Jimi Hendrix para la música, irrumpieron a lo grande en la escena, su talento dejó perplejos a todos pero pronto hallaron la muerte.
Uno de los ingenieros artífices del Miura, el neozelandés Bob Wallace, decidió ponerse a trabajar en una versión extrema del Miura. Las malas lenguas hablan de que Lamborghini autorizó este estudio debido a que se había dicho que el Miura no estaba preparado para ser llevado al límite, o sea, que había quien pensaba que el Miura, con toda su potencia y radical aspecto, no dejaba de ser un coche de playboy mientras que sus rivales, léanse el Ferrari 365 Daytona o incluso el De Tomaso Pantera, habían dado muy buenos resultados tanto en la calle como en los circuitos.
Wallace se puso manos a la obra. Partió de un SV al que disminuyó el peso de 1.250 a 800 Kg, el interior se simplificó al máximo, los faros pasaron a ser fijos, se colocaron ventanas de plexiglás y se le dotó de un nuevo chasis fabricado en aleación de aluminio, lo que permitió ahorrar 400 Kg de los 800 antes referidos.
Para mejorar el reparto de pesos se modificaron las disposiciones del tanque de gasolina y de la rueda de repuesto. El exterior también recibió mejoras, nuevas llantas de aleación, entradas de aire para refrigerar los frenos, un apéndice aerondinámico frontal o las dos bocas del depósito de combustible sobre el capó delantero.
El motor fue modificado para ofrecer de 385 CV a 440 CV, casi nada. Incluso, casi como una burla a su máximo rival, Ferrari, el Jota lucía un escudetto con su toro en las aletas delanteras similar al que usaban los coches de Maranello. El único Miura Jota que se construyó fue siniestrado en un accidente, no obstante, se realizaron réplicas sobre base SV, denominadas SVR, siendo algunas fabricadas con el Miura fuera de producción y por encargo especial con piezas de stock.
La miniatura de Minichamps que presentamos es la réplica del Jota original, contrariamente al Kyosho que analizamos en una ocasión anterior, que era el SVR fabricado especialmente para Herbert Hahne, el importador alemán de Lamborghini. La réplica de Minichamps ofrece un acabado en consonancia con la línea ascendente que lleva la marca y seguramente no dejará indiferente a ningún coleccionista. Es un modelo sencillo, al igual que lo era el coche real al que representa, pero en el que no se ha escatimado en ningún detalle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario