Los llamados microcoches, automóviles de pequeño tamaño asequibles para el gran público, habían gozado de gran éxito en la década de los 50 y conforme más se acercaban los 60 fueron evolucionando hacia un concepto más ambicioso.
En 1957, la empresa alemana Glas, fundada por Hans Glas y artífice del popular Goggomobil, introdujo un nuevo modelo llamado Isar. Contrariamente a su antecesor, el motor pasaba a estar delante. Se trataba de una mecánica totalmente diferente a la del Goggomobil y muy parecida a la del Isetta de BMW, un dos cilindros bóxer de cuatro tiempos en dos versiones diferentes, de 584 cc (Isar 600) y de 688 cc (Isar 700). La potencia era de 20 o 30 CV según la versión y permitían a los pequeños Isar alcanzar 100 y 110 Km/H.
Especialmente llamativa era su carrocería, que como en el resto de marcas europeas, estaba muy influenciada por el diseño norteamericano. Llamaban la atención los múltiples cromados o el parabrisas panorámico. Contrariamente al Goggomobil, el Isar gozaba de un interior muy espacioso. Quizás la mayor virtud del Isar era que su aspecto y prestaciones estaban más bien cerca de un auto medio y sus costes de mantenimiento sin embargo eran mucho más contenidos. La marca ofrecía dos posibilidades de carrocería, berlina o Kombi familiar.
El fabricante holandés Neo ofrece casi desde su aparición este simpático Isar en dos combinaciones de color. Se trata de una miniatura muy vistosa pese a su pequeño tamaño. En ella destaca su minucioso detallado con piezas independientes y fotograbados, tal y como suele hacer siempre Neo. No obstante, su punto más criticable son los cromados de los marcos de las ventanas y del parabrisas, pintados, lo que hace restarle prestancia.
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