Porsche siempre llevará a gala haber sido la primera firma de coches deportivos en hacer uso de la sobrealimentación en sus automóviles de calle, pero la sueca Saab ostenta el mismo honor con el matiz de que aplicó dicha técnica en un coche familiar de serie. En 1978, 10 años después de que el modelo 99 viera la luz, introdujo la versión de altas prestaciones 99 Turbo. Como ya en otro post anterior tratamos la historia del Saab 99 con el modelo base Saloon, en este post me centraré en hablar exclusivamente del modelo turboalimentado.
Su mecánica de dos litros de cilindrada erogaba 145 cv y le permitían alcanzar los 200 Km/H, cifra bastante respetable para esa época teniendo en cuenta que se estaba hablando de un sedán utilitario de gama media, de hecho, la revista "Wheels Magazine" escribió que el Saab 99 Turbo fue posiblemente el coche de cinco plazas que mejor aceleraba entre los 60 y los 160 Km/H. El Turbo podía adquirirse con las carrocerías coupé, kombi-coupé (coupé con portón trasero) y sedán de cuatro puertas, aunque de esta última sólo hubo una serie limitada. En lo sucesivo y gracias al éxito que acompañó al 99 Turbo, incluidas las victorias en algunos rallies, la sobrealimentación sería una constante en todos los modelos Saab hasta la actualidad.
Puesto que ya dedicamos una entrada al Saab 99 de Neo, quizás los mismos comentarios pueden aplicarse al Turbo. Destacaremos eso sí la finura con la que se han ejecutado sus rasgos distintivos, como las llantas de diseño "inca", las defensas de plástico, el frontal propio o los asientos deportivos. El color que he elegido para la miniatura es el clásico verde metalizado, un tono muy habitual de la época.
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