No es una pedantería ni un dogma decir que el MG TC fue el padre de los deportivos ingleses. Además, fue el coche con el que la industria del motor británica volvió a despegar tras la terrible Segunda Guerra Mundial.
Pese a ser un coche fabricado en la década de los 40, su estilo es claramente de los años 30, de hecho, es una puesta al día del Midget J2 de 1933. Fueron los soldados norteamericanos y australianos los que tras terminar de luchar en el frente de Europa occidental se volvieron a casa con uno de estos pequeños MG, ya que por tan sólo 500 libras esterlinas podían tener un segundo coche para el ocio mucho más divertido que los aburridos y grandes sedanes de los 40.
En el capítulo mecánico, otro de los secretos de la economía del TC eran su motor y sus componentes, pues todos derivaban de la gran serie de BMC. En el caso del motor, se optó por un pequeño cuatro cilindros de 1.3 litros que le permitía llegar a los 121 Km/H, cosa que cuando el conductor bajaba el parabrisas y sentía el viento en su cara creía que era el doble.
Este MG, pese a portar el nombre del mítico fabricante de miniaturas portugués Vitesse, está hecho por la empresa china Sunstar, propietaria ya de la marca lusa. Eso sí, los Vitesse han ganado bastante en calidad, recibiendo una lógica evolución cualitativa desde los años 90. El coche cuenta con unas proporciones correctas y muchos detalles bonitos, como las ruedas de radios tipo Photoetched, como el modelo original. Contrasta muy bien el color blanco viejo de su carrocería con el rojo del interior, además de la clásica parrilla también roja.
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