miércoles, julio 20, 2011

Buick Riviera 1965 de Spark






En más de una ocasión, los fabricantes norteamericanos han empleado nombres europeos relacionados con el lujo y el alto standing para tratar de dar una imagen de distinción a sus coches, generalmente destinados al público local y con poca aceptación en el viejo continente. 1963 fue un buen año para la General Motors gracias a la aparición de dos modelos llamados a integrarse en el Olimpo de los clásicos, ambos salidos del lápiz del nuevo gurú del diseño de General Motors, Bill Mitchell, que había susituido en el cargo a su maestro, Harley Earl. Uno fue el Corvette Sting Ray, la segunda generación del deportivo estadounidense por antonomasia. El otro, el Buick Riviera. 

La Riviera es una zona de la Costa Azul francesa donde se encuentran algunos de los lugares más exclusivos del mundo, como Niza, Cannes o Montecarlo. Con una producción fijada a 40.000 ejemplares al año, la idea de GM es que este nuevo coche se revistiera de cierto halo europeo de lujo y distinción. El coche se distinguía por una líneas rectas, sobrias y afiladas, inspiradas según Mitchell en el estilo italiano, la tendencia de diseño más de moda en los 60. Sea como fuere, el estilo del Riviera llamaba la atención por su discreta elegancia en contraste con el resto de automóviles de su tiempo, de estética más barroca y recargada. 

La imagen de distinción también quiso llevarse al interior del coche, así el Riviera incluía asientos de cuero, adornos hechos con inserciones en madera y luces de cortesía. Bajó el capó se instaló un poderoso motor V8 de 6,5 litros (401 ci) que erogaba 340 cv, suficientes para darle unas prestaciones realmente buenas. Para los más entusiastas estaba disponible el motor Super Wildcat de 360 cv, englobado dentro del paquete de opciones Grand Sport (GS). 

La primera generación del Riviera estuvo disponible hasta 1965 y durante esos tres años el cambio más significativo fue el cambio de lugar de las luces delanteras, pasando de dos grupos ópticos dobles horizontares a dos verticales situados tras dos compuertas en los extremos del frontal, una solución que incrementó la elegancia del coche al quedar la parrilla frontal prácticamente limpia. Su deportivo diseño aparejado a sus potentes motores hizo que algunos periodistas especializados incluyeran al Riviera en el grupo de los 'Muscle Cars', pero GM se encargó de venderlo como un 'Personal Car', literalmente "un coche que antepone el diseño, la exclusividad y la potencia a la practicidad". 

El Riviera de primera generación se la ha visto aparecer en muchas películas de acción de Hollywood, aunque en este caso vamos a destacar una en particular, 'De profesión duro', protaginzada por el desparecido Patrick Swayze, que interpretaba a un vigilante de seguridad que conducía un Riviera del 65 en color cobre. 

El cuarto modelo de la nueva colección de coches americanos de Spark es un bonito Riviera del 65 en un muy apropiado color negro que hace contrastar muy buen los detalles cromados. El molde está bien realizado y sus proporciones son correctas. Quizás los puntos más negativos sean el interior, que al ser oscuro no se aprecian los múltiples detalles que tiene todo lo bien que debería, y que han puesto la suspensión demasiado baja dándole cierto aspecto de 'lowrider'. Por lo demás, la miniatura está muy bien, siendo además un modelo que no hay muchas reproducciones actuales.

1 comentario:

javier dijo...

Me encanta este modelo de Buick. En cuanto al aspecto "lowrider" que comentas puede que no sea el más acertado para representa al modelo original, pero te puedo asegurar que queda escandalosamente bien.

Saludos.