A principios de los 80, la noticia de que el prestigioso ejecutivo de la General Motors John Z. DeLorean abandonaba la casa justo unos días antes de que hubiese sido nombrado presidente de la misma, convulsionó el mundo de la automoción. Entre otros de sus muchos logros, DeLorean era el padre del mítico Pontiac GTO, considerado el primer Muscle Car de la historia, que dio lugar a una nueva clase de supercoches que hicieron furor entre el público estadounidense a finales de los 60 y principios de los 70.
DeLorean había abrazado la idea de producir coches "éticos y razonables" pero vistosos, atractivos y cargados de deportividad. Eran los 80, y el mundo de la automoción se movía hacia los diseños más compactos y prácticos. Pese a que su empresa, DeLorean Motor Company, se fundó y tuvo su sede en Detroit, Michigan, pero su creador pidió una serie de incentivos económicos a cambio de instalar una industria automotriz que generaría riqueza y puestos de trabajo. La República de Irlanda parecía la principal candidata, pero el entonces ministro de Industria y Comercio, Des O´Malley, no apoyó el proyecto. Cuando casi estaba cerrado un trato con Puerto Rico, DeLorean se decidió por la la localidad norirlandesa de Dunmurry aceptando una oferta de la Junta de Desarrollo Industrial del Gobierno británico para el Ulster que tenía como objetivo reducir el desempleo en una zona especialmente deprimida y muy efervescente en lo que al conflicto político religioso irlandés de se refiere. De hecho, la planta se hallaba en la confluencia de dos comunidades religiosas, una católica y otra protestante, y los trabajadores accedían a la misma por dos accesos diferentes.
El DeLorean DMC 12, llamado así porque su creador tenía la idea inicial de venderlo por un máximo de 12.000 dólares, siempre fue un coche controvertido e iconoclasta. Hoy día sin ir más lejos provoca dos reacciones, un profundo rechazo o la máxima admiración. El coche fue diseñado por Giorgetto Giugiaro, tenía el motor detrás y las puertas se abrían al estilo "alas de gaviota". La carrocería se realizó en plástico y cristal reforzado de alta calidad, con un revestimiento de acero inoxidable. No llevaba pintura, lo que le confería un aspecto más que peculiar.
En el apartado mecánico, se recurrió a un motor V6 de 2,8 litros y 140 cv de potencia. Era la mecánica conocida como PRV (Peugeot-Renault-Volvo) que también montaban vehículos como el Alpine A310 V6, el Renault 30, el Volvo 780 o el Peugeot 604. Fue el uso de esta mecánica el primero de una larga lista de fallos que llevaron este proyecto por el mal camino. El proyecto inicial contemplaba el uso de un motor rotativo tipo Wankel de origen Citroen, pero finalmente se optó por el V6 PRV, el cual sería convenientemente optimizado para rendir 200 cv de potencia, pero la regulación federal americana en materia medioambiental era especialmente estricta, lo que obligó a montar una serie de sistemas que redujeron la potencia en 60 cv. De este modo y pese a su impactante estética, las prestaciones del DeLorean no era nada del otro mundo.
Los problemas mecánicos y de calidad no tardaron en aflorar, como las averías en el sistema automático de apertura de las puertas que dejaba a sus ocupantes atrapados en el coche. Tras un primer buen año de ventas, el Gobierno británico orquestó una campaña en contra de la empresa DeLorean grabándola con impuestos abusivos, por lo que el John Z. decidió trasladarse a Detroit, construyendo una nueva fábrica en un tiempo récord. Obligado a buscar dinero extra para salvar su empresa, John Z. DeLorean fue arrestado en 1982 en Los Ángeles cuando intentaba vender un cargamento de cocaína por valor de 24 millones de dólares con los que pretendía salvar la empresa, delito del que fue absuelto dos años más tarde cuando se demostró que unos agentes de Policía le obligaron a hacerlo. Sus últimos proyectos incluyeron la patente de un tren monorrail, una firma de relojes de alta gama e incluso su retorno a la fabricación de coches.
La DeLorean Motors Company fue adquirida en 1997 por el empresario Stephen Wynn y sigue fabricando el mítico coche por encargo exactamente igual que el de los 80, aunque con algunos avances actuales. Parece ser que próximamente entrará en fabricación en serie.
Fue la saga de películas 'Back to the future' de Robert Zemeckis las que convirtieron al DeLorean DMC 12 en un icono de la cultura popular, cuando el doctor Emett Brown (Christopher Lloyd) construye su máquina del tiempo tomando como base un DeLorean, quedando para la posteridad la mítica frase "si vamos a construir la primera máquina del tiempo, hagámoslo con estilo", y el coche siempre ligado al actor Michael J. Fox.
La DeLorean Motors Company fue adquirida en 1997 por el empresario Stephen Wynn y sigue fabricando el mítico coche por encargo exactamente igual que el de los 80, aunque con algunos avances actuales. Parece ser que próximamente entrará en fabricación en serie.
Fue la saga de películas 'Back to the future' de Robert Zemeckis las que convirtieron al DeLorean DMC 12 en un icono de la cultura popular, cuando el doctor Emett Brown (Christopher Lloyd) construye su máquina del tiempo tomando como base un DeLorean, quedando para la posteridad la mítica frase "si vamos a construir la primera máquina del tiempo, hagámoslo con estilo", y el coche siempre ligado al actor Michael J. Fox.
Esta miniatura de Minichamps es de una manufactura excelente y cuenta con numerosos atractivos. De entrada vamos a destacar la ausencia de pintura en la chapa de la carrocería, como en el coche real, y también la apertura del capó que permite ver el motor. El resto son los propios factores de la calidad habitual de Minichamps.
1 comentario:
Buenos días.
He estado admirando tu grandiosa colección y me he parado en este precioso Delorean, hace unos años escribí un articulo para un periódico local hablado sobre la historia de este fabuloso y desafortunado automóvil, su creador fue un autentico visionario. Menuda colección tienes, es increíble ¿Dónde los metes? Ja, ja, ja…
Me ha gustado tanto que te doy mi voto en el concurso este de los 20Blogs.
Salu2 y felicidades.
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