No cabe la menor duda de que el nombre Alpine siempre evocará al legendario A110. Cuando éste ya presentaba cierta obsolencia, llegó su sucesor, denominado A310. El coche que se presentó en 1971 como un coupé de motor central trasero -no podía ser de otro modo- cuyas agresivas líneas rompían considerablemente con su antecesor, muy redondeado y de aires clásicos. El A 310 destacaba por su estilo futurista.
En un principio se ofertó con el motor más potente montado en la nueva berlina Renault 16, un cuatro cilindros Gordini 17TS de 1.6 litros y 127 CV. La primera generación de este coche era fácilmente reconocible por sus seis luces frontales. En 1976, el prestigioso diseñador Robert Opron realizó un restyling al A310, que se complementó con la llegada de un nuevo motor V6 más potente, algo que este coche demandaba desde el principio pues le causaba una sustancial desventaja respecto a sus principales rivales. Se trataba de una mecánica denominada PRV -Peugeot, Renault y Volvo- desarrollado como un Joint Venture entre las tres marcas que en este caso cubicaba 2.7 litros y rendía 150 CV, lo que le permitía lograr una máxima de 220 Km/H. Tanto el cuatro cilindros como el V6 compartían catálogo.
Al final de su vida comercial se ofrecieron las versiones GT Pack, con nuevas llantas y kit aerodinámico. El motor PRV de esta serie fue modificado hasta los 2.9 litros y su potencia subió cerca de los 190 CV. Los A310 mantuvieron con su pedigree el brillante palmarés de competición de la marca Alpine, con especial éxito en las carreras de Grupo 4 de Campeonato Francés. Guy Frequelin ganó el Nacional de Rallyes de Francia con un A310.
Un coche como el A310 goza de muchas y muy buenas miniaturas, como el Phase I de Ixo, o el GT de UH. Ahora aparece la versión de Minichamps, que es un Phase II con sus típicas llantas de 'altavoz' y sus faros frontales rectangulares de doble óptica. Par empezar, vamos a destacar el error garrafal de la desproporcionada antena de radio. Por lo demás estamos ante una excelente y fina miniatura, empezando por su molde, de formas y proporciones correctas, y un muy buen acabado, con la habitual calidad de Minichamps. Resalto también el color elegido es uno de esos metalizados tan de moda en los 70 y en los 80.
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