La industria francesa de la carrocería vivió una suerte de edad de oro durante el periodo de entreguerras. En unos años de auténtico esplendor para el automóvil de lujo en los que se construyeron vehículos realmente únicos, excepcionales y cuya evolución técnica truncó el estallido de la II Guerra Mundial, los artesanos galos afincados en el cinturón industrial de la Ciudad de La Luz se encargaron de proporcionar a esos excepcionales automóviles, de marcas como Bugatti, Hispano Suiza, Delahaye, Delage, Talbot-Lago, Mercedes, Isotta Fraschini, Rolls Royce o Duesenberg, los "vestidos" más adecuados. Hablamos de empresas como Chapron, Fernández & Darrin, Letorneur & Marchand, Binder, Franay, Labourdette, Kellner, Figoni & Falaschi o una compañía fundada a principios de siglo por un emigrante judío proveniente del Imperio Ruso, Iakov Savtchuk, que al afrancesar su nombre sería conocido como Carroserie Jaques Saoutchik.
Jaques Saoutchik, ebanista de profesión, adquirió una gran popularidad en las décadas de 1920 y 1930 con sus diseños para automóviles. Rolls Royce, Cadillac o Mercedes fueron sus clientes, aunque sus grandes éxitos sin duda fueron el extravagante Bucciali TAV 8-32 'Fleche D'Or' o el futurista Hispano Suiza H6C 'Xenia Dubbonet', construido para el empresario y aviador francés André Dubonnet. Pasada la II Guerra Mundial las cosas no fueron bien ni para Saoutchik ni para ningún otro carrocero independiente francés. A las consecuencia lógicas de la dura situación de crisis económica derivada de la devastación causada en la contienda, se suma una medida puesta en marcha por el nuevo Gobierno francés del Frente Popular, integrado por partidos de extrema izquierda, que desencadenaron toda una cruenta contienda contra la iniciativa privada y entre las medidas destacó un salvaje gravamen a los automóviles de lujo.
Por tanto, el hecho de que Wifredo Ricart, entonces al frente de Enasa, recurriera al empresario galo para el diseño y construcción de las carrocerías de sus deportivos Pegaso supondría un soplo de aire fresco para una compañía que sobrevivía a duras penas. Sobre el papel, el acuerdo de Ricart con Saoutchik resultaba muy beneficioso para ambas partes. El ingeniero español no sólo lograba para sus coches el prestigio que otorgaba un nombre propio en el diseño de automóviles, en horas bajas, pero con mucho predicamento. Además Saoutchik lograba la distribución de los automóviles Pegaso para el territorio francés y su zona de influencia. A su vez, este nuevo proyecto para la firma de Neuilly sur Seine suponía una oportunidad de relanzar su negocio con un producto con, a priori, mucho potencial. Ricart había quedado muy impresionado con algunos diseños de Saoutchik, entre ellos el Talbot Lago T26 Sport. Las expectativas sobre las posibilidades de los diseños de Saoutchik sobre los Pegaso Z102 eran muy alentadoras.
Carroserie Saoutchik realizó un total de 18 carrocerías para deportivos Pegaso: 14 fueron tipo 'Coach' -coupé con volumen trasero- y el resto, cuatro, descapotables. Los diseños Saoutchik se clasifican según la nomenclatura empleada para los coches Pegaso: Serie 1, Serie 2 e Interserie, estos últimos mezclan elementos de los dos primeros. El diseño de Saoutchik se distingue por sus formas redondeadas y fluidas salpicadas de elementos cromados, muy al estilo art decó propio de los coches franceses de antes de la II Guerra Mundial. La primera serie destaca por sus pronunciados pasos de rueda que dan la sensación de ser independientes a la carrocería. En el caso de los 'Coach', el techo tenía una forma muy redonda por lo que el estilo 'demoré' quedaba aún más patente. Esta primera serie de Pegasos Saoutchik no tuvo la acogida esperada y para la segunda serie, Saoutchik apostó por unas líneas más rectas y afiladas, con algunos guiños a los coches de los EEUU de la época, como los faros delanteros con visera o las aletas traseras. La colaboración entre Enasa-Pegaso y Saoutchik no terminó de forma satisfactoria, pues el 'carrosier' terminó en bancarrota, quedando algunos coches a medio terminar teniendo que hacerlo la propia Enasa.
La unidad en la que nos vamos a parar en esta entrada es la referencia número 34, el Cabriolet Saoutchik Serie 1 número de chasis 153-0134. Saoutchik sólo construyó dos unidades con este tipo de carrocería, además del prototipo, que luce un frontal diferente. Esta unidad fue expuesta en el Salón de París de 1954 en el stand de Saoutchik y mostraba el aspecto definitivo de dicho diseño un año después de haber expuesto el prototipo en el mismo escenario, qué básicamente conservaba el mismo aspecto con la salvedad de la parrilla frontal, donde al modelo definitivo se le colocó la clásica calandra con forma de cruz propia de los Pegaso. Pese a que los Pegaso con el prefijo 3 en la numeración del chasis indican que llevan el volante a la derecha, este lo lleva a la izquierda de origen. Originalmente era de color azul claro con el interior tapizado en azul más oscuro. Fue vendido en 1955 y su primera propietaria, según consta en la web Pieldetoro.net, fue María Francisca Carbonell. Esta unidad sólo ha tenido cuatro propietarios, de hecho, su actual dueño, el señor Walter Ankli, lo adquirió en 1976 y lo sometió a una profunda restauración. Su color exterior actual y con el que ya lleva bastantes años es blanco, el interior sigue siendo de piel azul con ribetes y costuras blancas.
Dado que se trata de un Z102 B, su motor es el V8 de 2.8 litros y caja de cambios de cinco relaciones sin sincronizar. Entre su equipamiento destaca un juego de maletas a juego con la tapicería, una caja de herramientas y radio. En lo que a su diseño se refiere, luce un aspecto más propio de un automóvil de dos décadas atrás, con sus pronunciados pasos de rueda o las puertas de apertura suicida. En un artículo que le dedicaron en la revista Autopista se refieren a su estilo como "elegancia decadente", no obstante, no es el único automóvil de los años 50 con un diseño de estilo "obsoleto", de hecho, en esos años la industria británica del motor, especialmente sus marcas de lujo, están llenas de este tipo de automóviles, léase Rolls Royce, Bentley, Jaguar, Daimler o Armstrong-Siddeley. El CS 1, acorde a la nomenclatura que Coma-Cros y Mosquera otorgan a Pegaso, se encuentra en perfecto estado de revista. En 1994 participó en el Concurso de Elegancia de Peeble Beach. También se le ha visto en la exposición 'Memoria de un Espejismo', celebrada en Barcelona en el año 2001, o recientemente en la muestra dedicada a Pegaso en el Museo Autoworld de Bruselas, entre otros eventos. Es el único superviviente de los dos Cabriolet Saoutchik de la Serie 1, pues la referencia 32 fue desguazada, por tanto, es un automóvil único.
Esdo Modele es un pequeño fabricante francés de miniaturas artesanales. En 2017 lanzó cuatro referencias del Pegaso Z102, todas con carrocería Saoutchik de la Serie 1, el Cabriolet prototipo, el Cabriolet Serie 1 y un Coach Serie 1 en dos colores, todos con posibilidad de ser adquiridos bien montados o bien en kit para ensamblar. No son miniaturas baratas, pues los kits cuestan unos 75 euros y las versiones montadas oscilan sobre los 150. Para mi gran alegría, he recibido como regalo de mi 40 cumpleaños por parte de mis padres, Miguel Ángel y Concha, la miniatura del Cabriolet Serie 1 de Esdo, una enorme alegría que un nuevo Pegaso Z102 entre en mi colección, máxime cuando se trata de un modelo tan exclusivo como éste. La miniatura está realizada en resina y es correcta en formas, proporciones y ornamentación. Incluye partes realizadas en metal fotograbado que le otorgan mucho realismo. El detallado de la misma es bueno y esmerado tanto en el exterior como en el interior. Un pequeño pero que se le podría poner a Esdo es la no inclusión de la matrícula original, M-109179, pues en su lugar han colocado una placa con el nombre Saoutchik similar a la que llevaba cuando se expuso en el Salón de París de 1954. Es algo que algún coleccionista echará de menos pero que, no obstante, tiene relativamente fácil solución. Sin duda una miniatura que merece mucho la pena tener.
2 comentarios:
Sin duda será una miniatura que se revalorizará con el tiempo, pero antes que nada se trata de un regalazo inolvidable! Enhorabuena, pues.
En cuanto al modelo, si bien no tiene (para mí) una estética demasiado atractiva sí que puedo decir que no carece de personalidad. Para mí es como si no pegasen el frontal y la trasera con los laterales, es como si hubiesen forzado algo el diseño. Pero la rareza de la pieza justifica de sobra la inclusión.
Un saludo y que la disfrutes largos años!
Precisamente los diseños de la primera serie Saoutchik de Pegaso, tanto en los Coach como en los Cabriolets, resultaron un fracaso porque eran diseños pensados para coches más grandes y no para un deportivo de chasis tan pequeño como los Pegaso, daban una sensación extraña, por no hablar de que Saoutchik se limitó a aplicar sus diseños de hacía dos décadas, es decir, se unía el problema de lo obsoleto, o 'demodé' como decían los franceses. Saoutchik intentó algo diferente con los Serie 2 -el que sale desde la foto 6 hasta la 15- más afilado y con ciertas reminiscencias a los coches americanos, pero entre que llegó Touring con sus berlinettas esbeltas y maravillosas y que Saoutchik estaba en medio de la ruina, que al final por una cosa u otra el proyecto ese fue desechado.
Saludos Antonio y gracias. Sin duda es una miniatura muy especial en todos los sentidos.
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