domingo, octubre 20, 2019

Ebro B45 'Coca Cola' de Salvat









Ford Motor Ibérica, filial española del gigante americano Ford Motor Company surgida en 1929 tras el traslado de Cádiz a Barcelona de la primera filial Ford de España, resultó nacionalizada en 1954 por el nuevo Gobierno de España surgido tras el final de la Guerra Civil española en 1939. Durante los años de la contienda, Ford Motor Ibérica paró su actividad y fue retomada a principios de los 50, pero los planes del nuevo Gobierno pasaban por hacerse con el control total de la economía dado el aislamiento que España sufría del exterior, por lo que al final y tras la expropiación por parte del Estado, surgiría la nueva empresa Motor Ibérica, de la que se caería la marca Ford de su denominación. Hasta entonces, la actividad de esta empresa había sido la fabricación de pequeños camiones basados en vehículos utilitarios Ford y los tractores Fordson. Bajo su nueva dirección la actividad continuaría igual y, paradójicamente, seguiría contando con cierto apoyo de Ford.

El Gobierno de España dejaba bien claro que la fabricación de camiones era cosa de Enasa, la flamante empresa pública de la que saldrían los célebres Pegaso, pero lo cierto es que había un segmento importante del mercado que se quedaba sin cubrir, el medio y pequeño tonelaje, y es ahí donde entra en juego la nueva empresa Motor Ibérica. Su principal cometido serían los tractores, pero también se le permitió la fabricación de camiones de medio y pequeño tonelaje siempre y cuando no se perjudicase a Enasa. 

Ebro fue el nombre elegido por Motor Ibérica para la marca comercial de sus vehículos en una suerte de analogía con la Ford, pues la división británica de la marca del óvalo había denominado a sus camiones Thames -Támesis, el río que atraviesa Londres-, por lo que en España se optó por el Ebro, el principal río que atraviesa Cataluña, ya que la sede de Motor Ibérica estaba en Barcelona.

El primer camión vendido en España por motor Ibérica fue el Ebro B35, en realidad un Ford Thames británico adaptado a las necesidades del mercado español. Destinado al segmento de las 3,5 toneladas, el Ebro B35 equipaba un motor diésel de cuatro cilindros y 3.6 litros también de origen Ford con 70 CV de potencia. Al B35 le seguirían dos variantes, el B15 para 1,5 toneladas y el B45 para 4,5.

El B45 contaba con un chasis más largo y una cabina más recortada que ampliaba notablemente su carga útil y, lo más interesante, se prestaba a equipar una amplia gama de carrocerías, incluyendo volquetes y cisternas. También estaba disponible como cabeza tractora, modelo que ya hemos visto pasar por las páginas de este blog. El diseño original del camión Ford Thames y por tanto de los Ebro B35 y 45 fue obra de la empresa británica Briggs Bodies. Era muy espartano y simple, pero con el paso del tiempo se le fue suavizando e incorporando nuevos detalles.

Los Ebro B35 y 45 salían de las fábricas de montaje bien como cabina con chasis desnudo o con una cama trasera de laterales de madera abatibles. Los B45 tuvieron todo tipo de aplicaciones, entre ellas la versión de transporte para la Policía Armada, como autobomba en los parques de bomberos y como camión botellero para reparto de bebidas, esta última una versión muy exitosa comercialmente dado que algunas célebres firmas lo incorporaron para su distribución, como es el caso de Coca Cola España. El Ebro B45 fue reemplazado en 1964 por la nueva Serie C, aunque ésa es ya otra historia.

La miniatura que protagoniza la entrada se vende dentro del nuevo coleccionable comercializado por la editorial Salvat bajo el título 'Vehículos de Servicio y Reparto', concretamente se trata de la entrega número tres. Esta miniatura ya se vendió meses atrás cuando la propia empresa editorial  lanzó una prueba de mercado con tres número, entre ellos un Ebro botellero pero con una caja errónea, la misma empleada por otras miniaturas de coleccionables de otras editoriales. Finalmente el modelo que ha visto la luz sí luce la caja correcta, de hecho, podemos decir que se trata de un modelo fidedigno a los originales, y es que afortunadamente y después de muchos años de tragar con realizaciones mediocres, los coleccionables de miniaturas de las editoriales de prensa ya parecen quitarse el sambenito de "miniaturas de coste bajo". En el caso que nos ocupa, la realización es excelente y muy correcta teniendo en cuenta el tipo de producto que es. Miniatura correcta con la realidad, de formas y proporciones correctas y con un acabado ya casi a la altura de fabricantes premium, sobre todo a realizaciones de estos con unos años ya. Yo ya llevo mucho tiempo sin realizar una colección completa de este tipo, pero cuando hay una miniatura buena y que entra en mi temática, estoy encantado de incluirla en la colección. Visto lo visto, estaremos atentos a futuras realizaciones de este nuevo coleccionable.

1 comentario:

Blogs by Conrado dijo...

Muy buena la entrada, como siempre, yo tengo ambas miniaturas la del test y esta y la verdad es que ya se nota que hemos avanzado bastante en cuestión de hacer las miniaturas como se merece...
Espero que con este molde saquen la segunda versión de color rojo y blanco, seria una pasada.
o de una de las muchas marcas de cervezas que tenemos por toda la geografía...
Un saludo!