Posiblemente, si preguntamos a cualquier joven de los 80 cuál era su ambición en aquella época, no dudaría en contestar que ir a trabajar a Wall Street con el pelo engominado y un traje de Armani, tener todas las noches en la cama a Daryl Hannah y en el garaje un Ferrari Testarossa, o sea, ser un Gordon Gekko de la vida.
El Testarossa fue el auténtico Playboy de la marca de Maranello durante sus ocho años de existencia. Sí que es verdad que era todo un Ferrari, deportivo, pasional e indómito, pero se prestaba también al alterne y a la vanidad, y es que quien en aquella época quería un automóvil de ciruitos puro y duro, era más normal que optara por el 288 GTO, más radical en su comportamiento, pero con una línea más moderada.
El Testarossa fue la indiscutible estrella del Salón de París de 1984. Su nombre venía a homenajear al mítico deportivo que a finales de los 50 y a principios de los 60 tantas veces ganó las 24 Horas de Le Mans, y que hacía referencia al color con el que llevaban pintados las tapas de la culatas de sus motores, de hecho el nuevo Testarossa también las llevaba pintadas de idéntico tono.
Venía a sustituir al 512 BB. Su espectacular carrocería concebida por Pininfarina era más larga y más ancha que la de su antecesor y destacaban especialmente las rejillas de aireación laterales. Montaba el motor bóxer de 12 cilindros derivado del 512, que a su vez provenía del que tantas alegrías dio a la Scuderia en los años 70 y que auparon a Niki Lauda y a Jody Schecker a la gloria de la Fórmula 1.
En este caso cubicaba 5.0 litros y erogaba 390 CV, llegando el Testarossa sin problema a los 290 Km/H. La primera serie del Testarossa se distinguía por sus llantas con una sóla tuerca central y un sólo retrovisor colocado en la parte superior del marco de la puerta. La segunda llevaba llantas de cinco tornillos y dos retrovisores en posición normal.
Quizás el Testarossa más famoso fue el que conducía el actor Don Johnson en la popular serie 'Corrupción en Miami' donde interpretaba al guaperas detective Sonny Crocket de la Brigada Antivicio de la Policía de Miami, un primera serie en color blanco que le era entregado por el teniente Castillo -Edward James Olmos- después de que en una operación como infiltrado unos traficantes de armas volaran literalmente por los aires su Daytona Spider negro -una réplica, para tranquilidad de todos los Ferraristas-.
Y por fin Kyosho saca su Testarossa, ansiado por los coleccionistas desde que apareció esta colección Ferrari allá por la primavera de 2006. Al igual que todos sus hermanos, se trata de otro modelo sobresaliente con capó y maletero practicable, molde perfecto y excelentes detalles en el interior y en el exterior. Llama la atención la inclusión de un juego de maletas en el mismo color que la tapicería.
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