Casi la totalidad de los fabricantes de automóviles cuentan en su haber con uno que les es muy especial por diversos motivos, es icónico y representativo de la compañía en cuestión. En el caso de la británica Aston Martin, este honor recae sin ninguna duda en el DB4, el coche que introdujo a la marca en la élite de los productores de deportivos de lujo y gran rendimiento. Sin embargo, la cultura popular encumbró a su hermano posterior el DB5, pero hay que tener en cuenta que el DB5 no es más que un DB4 evolucionado, sin el DB4 no habría DB5. Y no se trata de despreciar o minusvalorar a los Aston Martin fabricados anteriormente al DB4, pero es que con la llegada de éste, el abismo entre ambos era enorme... ya fuera en el sentido estético, en el puramente técnico o en términos absolutos de calidad. El DB4 es el Aston Martin por antonomasia.
Ya en 1954 Aston Martin trabajaba en este proyecto a través del ingeniero Harold Beach que concibió su plataforma y sus componentes mecánicos. Tadek Marek, un ingeniero polaco refugiado de guerra que había llegado al Reino Unido huyendo de sus país vía Casablanca, fue el encargado del motor, siempre bajo las órdenes del mítico John Wyer. Precisamente Wyer, que también era el responsable de las actividades deportivas de Aston Martin, fue quien decidió que la carrocería saliese de un diseño italiano por una cuestión de puro prestigio, y Touring de Milán fue la empresa comisionada para ese cometido.
Finalmente, el debut del DB4 se produjo en el London Motor Show de 1958. A la hora de su construcción, la gente de Touring de Milán lo hizo bajo los principios de su sistema Superleggera, con una estructura secundaria de tubos de pequeño diámetro de gran resistencia y ligereza a su vez. El nuevo motor de Tadek Marek era un seis cilindros de 3.7 litros realizado en aleación ligera, con doble árbol de levas, medidas cuadradas y dos carburadores SU que le permitían una potencia de 240 CV. No había color entre el nuevo propulsor obra del técnico polaco con el viejo motor Lagonda de seis cilindros empleado por los anteriores modelos de la serie DB. El recibimiento por parte del público y la prensa especializada del nuevo DB4 fue espectacular, sobre todo porque en Reino Unido se tenía la sensación de tener por fin un automóvil capaz de competir de tú a tú con la durísima competencia de Móderna -Ferrari y Maserati-, así como del Mercedes 300 SL o la siempre efectiva serie XK de Jaguar.
Roy Salvadori, piloto de la marca que en 1959 ganaría las 24 Horas de Le Mans, fue el encargado de poner a prueba las cualidades del DB4, y destacó su buen equilibrio, pues el coche tenía las prestaciones de un deportivo, pero podía usarse igual que cualquier berlina. El periodista Christopher Jennings, relata una curiosa una anécdota de cuando probaba el DB4 para la revista 'Motor'. Jennings estacionó en una zona prohibida el coche y cuando regresó encontró a una bella agente galesa de la Policía. Pero al acercarse se dio cuenta de que la chica no estaba poniéndola una multa, pues le dijo que cómo iba a sancionar un coche tan bonito. Esto es sólo un ejemplo del efecto que un DB4 causaba cuando salió al mercado.
Un año después de su presentación, Aston Martin desarrolló una versión con la batalla acortada, lo que le dejaba sólo dos asientos, bajo la denominación DB4 GT. Su motor fue optimizado para ofrecer 300 CV de potencia. Estéticamente era distinguible por sus faros de estilo carenado, los cuáles heredaría años después su sucesor el DB5. El DB4 GT fue un duro contendiente para los Ferrari 250 de competición. En 1960 llegaría la sublimación del concepto DB4 GT con la versión carroza por Zagato de la que se hicieron sólo 19 unidades.
A partir de 1960, los DB4 incluyeron overdrive en la caja de cambios. La versión especial de altas prestaciones denominada Vantage ofrecía una potenciación del motor hasta los 260 CV con respeto al estándar de 240. A partir de 1961 llegó la versión Convertible con carrocería abierta, de una extraordinaria belleza y de la que sólo se construyeron 70 ejemplares. Uno de ellos se lo puede ver en la célebre película 'The Italian Job' con Michael Cane al volante. En 1964 vería la luz el sustituto del DB4, denominado DB5, un automóvil bien conocido gracias a la cultura popular, pero eso es ya otra historia que precisamente hemos contado con anterioridad.
Todos los coleccionistas están de una forma u otra afectados de una especie de virus denominado 'Completismo'. Es algo que como su propio nombre indica obliga a completar series del objeto coleccionado en cuestión. Yo he de reconocer que soy de los coleccionistas menos completistas que conozco, pero en ciertos casos lo soy, aunque ello nunca me obliga a actuar de inmediato. Me ha pasado por ejemplo con la saga de modelos DB de Aston Martin, que he ido reuniendo muy poco a poco, pero siempre con la consciencia de querer completarla siempre desde mi punto de vista. Y con estas últimas dos compras creo que he dado un paso fundamental para ello, pues creo que hablando de la serie DB de Aston Martin, puedo decir que estoy servido. Si entra algo más será un capricho.
Sí que quizás merezca un tirón de orejas por todo el tiempo que me he llevado para incluir a un auto tan icónico como el DB4 en mi colección, pero yo siempre digo que en el coleccionismo la paciencia es una virtud, y yo he obtenido mi recompensa pues estas dos réplicas las he conseguido a precio rebajado. Amas miniaturas están realizada por Spark, fabricante especializado en miniaturas de resina de autos deportivos y de competición, especialmente esta última, aunque siempre hay versiones de calle en su catálogo. Las miniaturas tienen la habitual calidad de Spark, un fabricante que se distingue por su fidelidad a sus aficionados. Miniaturas en resina, con un acabado muy cuidado y con un precio contenido respecto a otros fabricantes similares. Y en lo que a Aston Martin clásicos se refiere, pocas marcas pueden justificar un catálogo tan rico y variado como Spark, lleno de miniaturas de gran calidad encima. Precisamente en este blog he mostrado muchas de las referencias de Spark relativas a Aston Martin. Las miniaturas son correctas en formas y proporciones y con una excelente terminación. No se me ocurre una mejor y más accesible miniatura del Aston DB4 que la de Spark.
PD: las dos fotos finales de la entrada corresponden a dos unidades fotografiadas por mi en el Classic Remise de Berlín que visité en septiembre de 2018, ¡quién me iba a decir que me encontraría dos DB4 a la vez!
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