Islero fue el morlaco que acabó con la vida del matador Manuel Rodríguez 'Manolete' el 28 de agosto de 1947 en la plaza de toros de Linares. Ni siquiera un nombre con tanto carácter sirvió para dar notoriedad a un automóvil fabricado por Lamborghini que apenas estuvo dos años en el mercado, aunque no por ello deje de ser un coche de lo más interesante y, a día de hoy, muy exótico. Pero tuvo el problema de ser coetáneo del Miura, el auto más legendario fabricado en Santa Ágata Boloñesa.
Siguiendo la tradición emprendida con el Miura, Ferrucio Lamborghini bautizó a su nuevo coche con un nombre ligado a la Fiesta del Toro. El Islero era el sucesor del 400 GT, que no era más que una versión de cuatro plazas del 350 GT, el primer modelo de la marca. No era un deportivo puro, sino lo que en la época se llamó un 'Businessman Express', un auto potente, pero lujoso y confortable, muy apto para ejecutivos adinerados que sacrificaban la deportividad por el confort pero sin renunciar a ir rápido.
El Islero empleaba el chasis alargado del 400 GT y su carrocería, diseñada por la empresa Marazzi, fundada por Mario Marazzi, ex empleado de Touring, que cerró al caer en la quiebra. Pese a tener un estilo similar al del 400 GT, sus líneas eran más cuadradas y angulosas y su frontal, más aerodinámico, incorporó faros retráctiles. Sí era muy llamativa su zaga, con un diseño muy peculiar que situaba los parachoques encima de los grupos ópticos, quedando alineados con el parachoques delantero al contemplarse el auto de perfil. Una solución cuanto menos curiosa que hizo la silueta del Islero inconfundible.
Eso sí, nada nuevo bajo el capó. Allí estaba el motor V12 de 4.000 cc y 320 cv, potencia elevada a 350 cv en el Islero S de 1969, además de pasos de ruedas sobredimensionados. Durante los dos años que estuvo en el mercado, Ferrucio Lamborghini empleó uno como su coche personal y en 1970 cesó su producción.
El Islero de Minichamps lleva ya unos años en el mercado y el fabricante alemán de miniaturas ha realizado ya varias tiradas de la misma en diferentes colores. Se trata de un modelo clásico de Minichamps con un buen molde y un acabado bueno sin llegar a la altura de las miniaturas de resina actuales, pero que deja muy buena presencia en cualquier vitrina que se le coloque. Observando que el modelo viene con las llantas de aleación y no con las de radios, intuyo que se trata de un Islero S.
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