Rolls Royce entró en la década de los 80 de la mejor forma posible para un fabricante de automóviles, con un modelo completamente nuevo, pero que mantenía a la perfección una de las máximas que caracterizaban la idiosincrasia de la compañía, "evolución, no revolución", un cambio tranquilo, pausado, casi impreceptible y sin perturbar a un cliente tan conservador que simplemente busca… lo mejor.
El nuevo Rolls Royce fue presentado en el Salón del Automóvil de París, nada extraño dado que un buen número de los autos fabricados por el fabricante británico pasaban su vida en el elitista paisaje de la Riviera Francesa. Una vez más se recurrió a un nombre relacionado con el mundo etéreo y sobrenatural, en este caso se escogió 'Silver Spirit', el espíritu de plata.
Diseñado por el ingeniero austríaco Fritz Feller, el Silver Spirit era más estilizado que su antecesor el Shadow, aunque se seguía apostando por un conservador diseño de líneas rectas y cuadradas, aunque la superficie acristalada crecía de tamaño otorgando una mayor luminosidad al interior y mejor visibilidad a los ocupantes. Uno de los rasgos estilísticos que más llamó la atención fueron los faros, en este caso los grupos ópticos se integraban en un sólo módulo acristalado, solución que ya se veía en autos norteamericanos de la época.
Pese a todo, bajo el nuevo estilo permanecía el mismo tren rodante del Silver Shadow, el motor V8 de 6.750 cc con la potencia "suficiente" y la caja de cambios automática Turbo Hydramatic GM de tres velocidades. En cambio, sí resultó especialmente novedosa la introducción del sistema de control del balance asociado a una suspensión de gas, todo desarrollado por Girling, que confería al Silver Spirit una mayor estabilidad en su rodaje. Otro detalle singular fue la incorporación de un sistema antirrobo para el 'espíritu del éxtasis', que lo ocultaba dentro de la calandra con forma de partenón.
A lo largo de los 17 años que estuvo en producción tuvo varias puestas al día, la primera en 1989, la segunda en 1994 y la última en 1996. En Silver Spirit tuvo un hermano con carrocería de batalla larga, el Silver Spur, y fue base para las limousinas de Park Ward y Touring. Igualmente los Bentley Eight, Mulsanne, Turbo R y Brooklands se basaban en él, aunque estos, con su motor Turbo, estaban más orientados a los clientes que preferían conducir y no ser llevados.
Después de que el pasado verano Neo presentase el Bentley Turbo R, era una obviedad que tarde o temprano tendríamos a su equivalente Rolls Royce, en este caso un Silver Spirit de la primera serie con sus características llantas cromadas y sus neumáticos de banda blanca, en un típico color azul claro con interior azul oscuro. Puesto que ya conocíamos el molde, en este caso vemos que los elementos que lo caracterizan como Rolls Royce han sido muy bien reproducidos, por lo que la miniatura es muy buena. Posiblemente sigamos viendo variantes de este modelo.
2 comentarios:
El modelo en si esta genial, pero tiene un fallo importante,pues los espejos retrovisores en todos los modelos Silver Spirit/Spur eran plateados, imagino que viene al derivar la miniatura del Mulsanne de Bentley que si los llevaba del color de la carroceria.
Yo tengo el mismo en Dark Red, con interiores en beige,y salvo este detalle la miniatura es muy buena.
Yo creo que es un fallito perdonable Miguel. Supongo que será una consecuencia de derivar de los Bentley Mulsanne/Turbo R de Neo. Yo ya tenía el Turbo R en burdeos, así que opté por este también muy típico azul metalizado.
Saludos y gracias por la visita
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