sábado, enero 02, 2010

Volvo 164 de Neo Scale Models







En las decadas de los 50 y 60 los Volvo nunca se consideraron coches de lujo aunque tampoco utilitarios, más bien sedanes de clase media. El cliente habitual que buscaba un Volvo se correspondía con una persona de cierto nivel, con familia y con un punto snob, punto que le lleva a cuando mejoran sus condiciones económicas aspirar a un auto de un nivel superior, como un Mercedes o un Jaguar. 

Con el objetivo de retener a ese tipo de cliente en la marca, dos años después del lanzamiento de la serie 100, en 1968, Volvo introduce en la gama una variante más exclusiva con la intención de ser competencia de otras marcas más lujosas. Siguiendo la tónica habitual en lo que a nomenclatura se refiere, el nuevo modelo se denominó 164, al ser una berlina de cuatro puertas de la serie 100 y con motor de seis cilindros. 

En líneas generales, pocas son las diferencias entre el 144 y el 164. Básicamente comparten la misma carrocería, sólo que en el 164 cambia el frontal, de este modo la parrilla horizontal dividida en dos y con los faros incluidos se convierte en una central cuadrada y los faros delanteros pasan a los extremos y a salir hacia fuera de forma prominente. 

Las primeras versiones incluían junto a la parrilla otras dos rejillas de ventilación que fueron pronto sustituídas por unos faros antiniebla. Mirándolo de frente el coche tenía cierto aire inglés muy elegantón y recordaba un poco al estilo de algunos Jaguar o Rolls Royce. El interior recibió asientos de cuero y un salpicadero en imitación de madera. 

El nuevo motor de seis cilindros denominado B30 había sido construido partiendo de un cuatro cilindros básico al que se añadieron dos cilindros más. Cubicaba unos tres litros y en principio apenas rendía 100 cv de potencia. El rendimiento fue mejorado cuando incorporó un sistema de inyección, que también mejoró el consumo. En cuanto a la caja de cambios, dos eran las opciones, manual de cuatro marchas más overdrive y automática de tres. 

Todos los atributos que avalaban a la serie 100, como la robustez, la fiabilidad y la seguridad también se daban en el 164. Volvo sólo ofreció el 164 en carrocería sedán, que sólo era un poco más larga que la del 144 al necesitar un morro más grande para albergar un motor de seis cilindros. No obstante, hubo encargos especiales para gente que los solicitó en versión break o sedán de dos puertas. 

Básicamente en lo referido a la miniatura lo mismo que se ha dicho del 145 se puede decir de este 164. Destacaremos en este caso la acertada y elegante combinación de colores empleada. Un detalle que no comentamos en el 145 y sí lo vamos a hacer con éste es la precisión con que se ha realizado el volante, con su característico claxon aro de metal hecho a base de fotograbado. Destacar también las clásicas faldillas tras las ruedas con los anagramas de la marca, un extra muy propio de países como Suecia, donde el barro y la nieve son habituales compañeros de la carretera.

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