sábado, octubre 03, 2009

Vauxhall Lotus Carlton de Spark







El éxito que supuso un coche como el BMW M5 contagió a mediados de los 80 a un buen número de fabricantes la fiebre por los sedanes de prestaciones deportivas. Así pues Mercedes respondió con dos versiones de altas prestaciones de su clase E W124, el 300 E AMG de seis cilindros y el 500 E equipado con un V8, y la división británica de General Motors, Vauxhall, preparaba otro órdago. El coche que se tomó como base fue el Lotus Carlton GSI, conocido en el resto de Europa como Opel Omega. GM había adquirido recientemente la firma constructora de F1 y consultora de competición Lotus, fundada por el mítico genio Colin Chapman a finales de los años 50. Así pues el nuevo anti-BMW de GM sería desarrollado por la misma casa responsable de coches tan legendarios como el Elan, el Europa, el Esprit y el Super Seven, y con cuyos coches los nombres de pilotos como Jim Clark, Graham Hill, Jochen Rindt y Emerson Fittipaldi fueron escritos con letras doradas en el olimpo de la Fórmula 1.

En el apartado mecánico, el punto de partida fue el seis cilindros en línea de tres litros del Carlton GSI, la gente de Lotus aumentó su cilindrada hasta los 3.6 litros y le acoplaron dos turbocompresores Garrett. La potencia pasó de los 180 CV de serie hasta los 377 CV. Para transmitir esa potencia a las ruedas traseras se recurrió a una caja de cambios ZF del Chevrolet Corvette ZR1. Igualmente recibió un equipo de frenos más acorde.

Exteriormente, pocos son los rasgos que diferencian al Lotus de sus hermanos Vauxhall, como el gran spoiler delantero, las aletas ensanchadas, las branquias de aireación sobre el capó, el estratégico alerón trasero y las llantas de aleación Ronal, además de los pequeños emblemas de Lotus en las aletas delanteras. Su interior gozaba de una terminación muy lujosa, con asientos de cuero Connolly de reglajes eléctricos con memoria y guarnecidos en madera.

Las pruebas realizadas en el circuito de Nardó, Italia, demostraron que era capaz de alcanzar casi 290 Km/H y aceleraba de 0 a 100 en 5,2 segundos. En apenas dos años a la venta unas 950 unidades fueron producidas, 320 fueron del Lotus Carlton, mientras que las 630 destinadas a los mercados de exportación se denominaron Lotus Omega, al estar basado en el hermano alemán del Vauxhall Carlton, el Opel Omega. Sólo era posible adquirirlo en color verde oscuro, como buen automóvil inglés que se precie.

Muchos son los coleccionistas que aguardaban esta réplica del Lotus Carlton de Spark. Su acabado sólo puede definirse con una palabra, ejemplar, formas correctas y proporcionadas y un detallado general que quita el hipo. En el exterior abundan los detalles en fotograbado y el interior también tiene representados todos los elementos, en diferentes colores, resaltando los guarnecidos en madera. En definitiva, una miniatura que no defraudará a nadie.

2 comentarios:

javier dijo...

No sabía que tuvieras el Lotus Carlton. Enhorabuena por ello, me parece una miniatura inmejorable. Espero hacerme con uno de estos en breve porque es brutal.

Keko dijo...

Hola tío, el Carlton es una miniatura fantástica, seguro que no te defrauda para nada. Llevo ya como un año con él, lo compré en mi último viaje a Londres.