En 1963, en el escenario del Salón Internacional del Automóvil de Turín, Maserati presentó en sociedad a su nuevo gran turismo, el modelo que sucedería a los 3500 GT y Sebring. Fue denominado Mistral, que es un viento frío típico del Sur de Francia y así Maserati inició la serie de modelos con nombres de viento.
Como base se utilizó la plataforma acortada del Sebring pero su diseño era totalmente diferente, mucho más estilizado, gracias al lápiz del maestro carrocero Frua, el cual dibujó un GT con un estilo muy propio de la década de los 60, con el morro largo y compacto en la trasera, donde destaca especialmente el portón trasero acristalado.
Un año después se ofreció la versión descubierta denominada Spyder, con más glamour y encanto si cabe que el coupé. Las carrocerías se construyeron y ensamblaron en Maggiora con paneles de aluminio a excepción de las aletas traseras del Spyder, que eran de acero.
En el apartado mecánico, los primeros Mistral equipaban una evolución del seis cilindros en línea del 3500 GT, cuya cilindrada había subido hasta los 3.7 litros. A partir de 1967 el seis cilindros de Maserati llegó a su tope de evolución creciendo en cilindrada hasta los 4.0 litros, además de estar alimentado por un sistema de inyección.
Cabe reseñar que en 1965 la marca AC presentó el modelo 428, diseñado también por Frua y con un más que sorprendente parecido estético con el Mistral. No obstante éste último al portar sobre su calandra apaisada el emblema del tridente siempre fue un coche mucho más exclusivo, quizás uno de los autos más glamourosos de la década de los 60.
Los Maserati Mistral de Ixo ya llevan unos años en el mercado. Hasta ahora el escepticismo que tenía sobre la marca, en parte motivado por muchas de las paupérrimas miniaturas que ha ofrecido en colecciones de Altaya, siempre prevalecía en mi criterio a la hora de hacerme con uno. No obstante y viendo algunos de los últimos trabajos de la marca me decidí a probar, ya que hoy por hoy si se quiere un Mistral, o se busca el que salió en un coleccionable italiano, el cual y según la opinión de muchos foros no está a la altura, o hay que irse a por el que fabrica BBR en resina, lo que supondría un desembolso 200 euros. No obstante el trabajo de Ixo sobre las dos variantes del Mistral se puede calificar como muy bueno, con proporciones muy acertadas y un excelente nivel de detallado tanto exterior e interior. Llama especialmente la atención en su carrocería la adopción de piezas independientes en los tiradores de las puertas, algo muy inusual en la marca. Es también destacable los numerosos elementos realizados en piezas de fotograbado, que llenan de empaque una miniatura. En definitiva, que se nota que Ixo se pone las pilas poco a poco para ir acercándose al segmento premium del diecast.
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