Siempre existirá el dilema sobre si los Dino son o no auténticos Ferrari. Es verdad que nunca llevaron distintivos del cavallino ni el anagrama Ferrari en ningún lugar de la carrocería, pese a que sus dueños se los ponían, pero son estos los que no dudan en afirmar que el Dino (206 y 246 GT) tiene la misma conducción y esencia de cualquier Ferrari.
Desde que el inglés Mike Hawthorn ganara para Ferrari el campeonato mundial de 1958, ya sonaba el nombre Dino en la órbita Ferrari. Dino es el diminutivo de Alfredino, el hijo de Enzo Ferrari que murió debido a una grave enfermedad y al que el Don debe la gran depresión que tuvo hasta su muerte.
Brillante ingeniero, Dino Ferrari fue el creador de una serie pequeños motores de seis y ocho cilindros en V que hicieron furor en las competiciones pequeñas, como la F2 o el campeonato de Fórmula Tasman australiana. En el salón de París de 1965 aparece el primer automóvil con el anagrama Dino hecho para la calle en fase prototipo. Su nombre era 206 GT Speciale. El modelo definitivo vería la luz en el mismo evento pero dos años después, en 1967, bajo el nombre Dino 206 GT, debido a su motor 2.0 litros y seis cilindros. Cabe destacar que Enzo nunca fue partidario de estos coches, pero la ilusión por tributar a su desaparecido vástago pesó más. Eran coches ágiles y rápidos, con una carrocería de lo más sexy y atractiva hecha por Pininfarina, construidos por Scaglietti y finalmente ensamblados en Maranello. Sus motores eran Ferrari pero los construía Fiat.
Tras 152 unidades construidas, Ferrari presenta en el Salón de Ginebra de 1969 el nuevo 246 GT, modelo que nos ocupa. Con respecto a su antecesor, la principal diferencia era el cambio de mecánica. En esta ocasión el motor desarrollado conjuntamente con Fiat creció de tamaño hasta los 2.4 litros y su potencia era de 195 CV. Otros cambios afectaban al aumento del depósito de combustible, la adopción de llantas de cinco tuercas o los elevalunas eléctricos. También en Ginebra, pero en 1972 se añadió a la gama la versión abierta GTS, un semidescapotable con un sistema similar al del Porsche 911 Targa. El Dino 246 cesó su fabricación en 1974, fecha en la que ya rodaba por las carreteras su sucesor, el 308 GT4, per ésa es ya otra historia.
Los Dino siempre tuvieron la apariencia y el comportamiento de un Ferrari, hablaban su misma lengua, pero nunca tuvieron el derecho a usar ese apellido, aunque quizás, tampoco hubiese hecho falta. Dos décadas más tarde, Sergio Pininfarina confesó en una entrevista que el Dino era uno de sus diseños más logrados.
El motor V6 de Dino no sólo fue empleado en los 206/246 GT de Ferrari y en los Spider y Coupé de Fiat, también equipó al buque insignia de la marca de Turín en los 70, el 130, y al legendario deportivo Stratos de Lancia. El Dino más famosos de la cultura popular fue el usado por el actor Tony Curtis en la serie de TV 'The Persuaders'.
Bueno, pues aquí llega una nueva miniatura de la excelente serie que la marca Kyosho está dedicando a Ferrari. Su terminación resulta magistral y siempre con la particularidad añadida de poder abrir el portaequipajes y el capó motor. Lo demás son los habituales detalles de lujoso acabado que suelen presentar estos modelos. Las formas han sido muy bien captadas, por lo que teniendo un molde bueno, siempre se va sobre seguro. Luego están los elementos ornamentales exteriores, como anagramas, faros, parachoques, escapes o llantas, hechos a partir de piezas independientes. El interior está muy bien resuelto siempre teniendo en cuenta que el interior del Dino no era nada complejo. Quizás lo más complicado iba a ser plasmar un buen cuadro de instrumentos, pero como pasó con el Daytona, la prueba está superada y con nota alta. En definitiva, quizás la mejor reproducción del Dino en diecast, y con todas las posibilidades de mirar cara a cara y sin pestañear a los fabricantes en resina más laureados.
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