En la historia del automóvil hay modelos que han sentado una historia y sus excelencias los han mantenido en el tiempo renovándose en algunos aspectos pero manteniendo intacta su identidad, valgan como ejemplos los Porsche 911 o Jaguar XJ. En cambio ha habido otros de vida efímera, pero cuyo paso no ha dejado indiferente a nadie y hoy forman parte del olimpo de las cuatro ruedas. Es el caso del M1 de BMW.
Corría el final de los años 70. Las crisis del petróleo habían sacudido la industria del automóvil. Era un período de cambio y ruptura que hacía ver los 80 con un espíritu distinto al que había reinado hasta entonces. BMW nunca se había distinguido por realizar autos superdeportitos, más bien sedanes y coupés dotados de mucho nervio y carácter. La empresa viendo el éxito de coches como el Ferrari 512, el Porsche 911 o el Lamborghini Countach, decidió que era un buen momento para que BMW tuviera su propio “supercar”.
Su línea fue concebida en Italia, en los estudios de diseño Italdesign. Su ensamblaje lo llevó a cabo Lamborghini. Pese a su agresivo aspecto, bajo el capó trasero no latía un corazón de 12 cilindros, sino el clásico y conservador seis en línea de la marca, por otra parte muy fiable y del que se podían extraer cifras altísimas de potencia sin mucho desgaste. Con un cubicaje de 3.5 litros, erogaba 277 cv de forma estándar, cifra más que respetable que lanzaban al agresivo nuevo bólido de BMW a por los 260 Km/H.
Se le denominó M1, inaugurando así una nomenclatura mítica en la marca bávara. Su bajo éxito de ventas, ya que carecía del glamour de los Ferrari, llevó a la marca a crear una categoría auspiciada por el reglamento del Grupo 5, denominada Procar. Era un campeonato monomarca que durante dos años teloneó la Fórmula 1. Un grupo de pilotos del campeonato más algunos de otras categorías corrieron esta prueba. Las escuderías de F1 privadas como Brabham, McLaren, Williams o March tuvieron su M1, no así otras como Renault, Ferrari o Alfa Romeo, que no permitieron a sus pilotos disputar la Procar. Niki Lauda, Hans Stuck, Marc Surer o Jacques Laffite condujeron el M1 Procar. Tres años después de su lanzamiento, el M1 dejó de fabricarse.
No es un coche falto de reproducciones a escala. La de Minichamps es una de las más fáciles de conseguir, en versión de calle y todas las Procar, de hecho existen packs con los dos automóviles juntos. Tiene una buena realización, al igual que muchos modelos de esta marca. Cabe destacar el chasis metálico y un interior en acabado bicolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario