La calidad y solvencia de Renault como fabricante de automóviles utilitarios está fuera de toda duda, pero el comprador habitual de la marca del rombo que buscaba un automóvil con cierta deportividad y para el que la gama de los Alpine resultaba demasiado radical, siempre tendía a buscar la solución en otro fabricante. Esta tendencia comenzó a cambiar a principios de la década de los 80 gracias a un nuevo modelo con un más que sugerente nombre.
En 1976 comenzó la gestación del coche llamado a sustituir a los actuales coupés de la marca, los Renault 15 y 17, de escaso éxito y difusión más allá de su Francia natal. Cerca de cuatro años después, en diciembre de 1979, Renault se aprovisionaba del stock y utillaje necesario para su fabricación. Denominado definitivamente con el término castellano Fuego, el nuevo coupé de Renault se basaba en el chasis de la berlina R18. Con un diseño muy moderno e innovador, fue principalmente este factor el que logró captar la atención de ese tipo de cliente que busca un automóvil con ciertas pretensiones deportivas sin llegar a nada extremo y que pueda ser usado en el día a día. Llamaba la atención el intenso uso de ornamentos de plástico, muy propio de los años 80. El Fuego combinaba una estética muy deportiva pero a la vez jugaba la carta de lo práctico al incorporar un gran portón trasero de cristal que daba paso un generoso portamaletas. Pese a su condición de coupé, tenía espacio suficiente para cuatro adultos o dos adultos y tres niños.
Otro de los grandes aciertos del Fuego fue disponer de una nutrida gama de motorizaciones, desde el básico TL con motor 1,4 litros y 63 cv, pasando por dos versiones del 1,6 litros de 73 y 96 cv, hasta el 2.000 cc de 110 cv de la versión GTX. Una versión turboalimentada del 1,6 litros con 132 cv que apareció en 1983 sería el tope de gama. Por aquellos años, el Turbo hacía furor en la Fórmula 1 y Renault era la gran exponente de ello. También estaba disponible una mecánica turbo diésel de dos litros y 82 cv, algo no muy común entonces en un automóvil coupé de este estilo.
Además de en Europa, el Fuego se vendió en Estados Unidos a través de AMC, junto al Renault Le Car (Renault 5) y el AMC Alliance (Renault 9-11). También se vendió y fabricó en Argentina y Venezuela. En los mercados americanos se ofrecía sólo con motor dos litros así como el 2,2 procedente del Renault 20, versión que no se ofreció en Europa. En España sólo se comercializó de forma oficial el GTX de completo equipamiento cuya única opción era el aire acondicionado. Otras versiones llegaron a nuestro país desde el mercado gris. Pese a que el número de Renault Fuego vendidos en España durante el tiempo en que estuvo en producción no alcanzó las 6.500 unidades, sí fue uno de los automóviles icónicos de esta época.
La gama de miniaturas Renault de Minichamps puede calificarse de testimonial y hasta la aparición del Fuego, contando sólo con el típico Alpine A110 y un muy bueno R16. El Fuego de Minichamps es la versión GTX. Se trata de una muy buena reproducción con un molde de formas correctas y buenas proporciones y un acabado con la calidad habitual de Minichamps que reproduce con precisión los detalles tan característicos de este modelo.
1 comentario:
Nice models- do not see Fuego models in Australia.
I have full size GTX
http://fuego-gtx.8k.com/
Regards
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