martes, noviembre 07, 2006

Facel Vega Facellia F2B 'Jean Marais' de Provence Moulage














Corrían los últimos años de la década de los 50 y la marca francesa Facel Vega se encontraba en una complicada disyuntiva. Por una parte, sus modelos se vendían bien, sobre todo exportándose fuera de Francia, pero sus finanzas vivían una situación bien precaria, pues los beneficios de las ventas no cuadraban los gastos de la producción. Es entonces cuando a Jean Daninos, presidente de la marca, se le ocurre la idea de producir un nuevo coche más económico y asequible que pudiese llegar a un mayor número de compradores potenciales.

La idea era construir un automóvil deportivo y manejable, de tamaño compacto, que portara la esencia de los grandes Facel V8, y que rondara los 100 cv de potencia, un tipo de coche que ningún fabricante francés ofrecía entonces: Los Peugeot 403 Cabriolet, Simca P60 Oceane y Renault Floride no sólo eran más modestos en potencia, sino que tampoco tenían una aspiración puramente deportiva. Jean Daninos y su gente tenían su inspiración en los pequeños deportivos ingleses como el MG MGA o el Sunbeam Alpine, el Alfa Romeo Giulietta Spider o el Mercedes 190 SL.

El nuevo Facel Vega, bautizado como Facellia, vio la luz en el Salón de París de 1959. Su diseño era muy similar al de sus hermanos mayores, con formas muy cuadradas y su inconfundible frontal protagonizado por los grupos ópticos dobles verticales y el juego de tres calandras. Estaba disponible con carrocería coupé y descapotable. Al igual que sus hermanos mayores, su carrocería iba soldada a un chasis tubular en forma de U. 

Mientras que para los grandes Facel V8 Daninos recurrió a la importación de motores Chrysler americanos, para el pequeño Facellia sondeó el mercado nacional, pero ello resultó infructuoso pues ningún fabricante francés estuvo dispuesto a servirle sus motores. Finalmente, llegó a un acuerdo con su suministrador de cajas de cambio manuales, Pont-á-Mousson, que construyó un motor de cuatro cilindros biárbol de cualata hemisférica de 1.6 litros y 115 cv de potencia, motor que llegaría marcado por la tragedia hasta el punto de ser el responsable del triste final de Facel Vega.

Ya desde que comenzaron a recibirse los primeros pedidos del Facel Vega Facellia, a principios de 1960, comenzaron a haber retrasos en la producción al no poder abarcarse la demanda con los medios que se disponían. Y es que el Facellia tuvo muy buena acogida, además de la positiva publicidad que le generó la victoria de Gatsonides en el Rally de Montecarlo con un coupé preparado por la casa, además del segundo puesto obtenido en la Copa de las Damas del Tour de France de 1961.

Pero los problemas no dejaron de llegar. El motor Pont-á-Mousson estaba mal diseñado y sufría de todo tipos de problemas, sobrecalentamiento y consumo de aceite hasta la perforación del pistón; o las camisas que se gripaban cuando el conductor le sometía al elevado régimen de giro que por su constitución demandaba. El departamento de Atención al Cliente no daba más de así atendiendo reclamaciones y cuando los problemas mecánicos se empezaron a solucionar fue demasiado tarde, pues las finanzas de Facel Vega habían quedado muy maltrechas. Hubo un par de intentos para tratar de remontar, primero un nuevo Facellia con motor Volvo denominado Facel III y, después, una versión con mecánica seis cilindros Austin-Healey, el Facel VI, pero ninguno pudo sacar a la última gran firma de autos de lujo francesa del agujero en el que cayó.

Entre los más ilustres propietarios del Facellia destacan el piloto Maurice Trintignant; el magnate de los perfumes Jean Paul Guerlain; el modisto Guy Laroche; los directores de cine Louis Malle y Francoise Truffaut; y el actor Jean Marais, éste último poseedor del modelo F2B con matrícula '3246 W75' en color exterior gris plata e interior rojo oscuro que ilustra esta entrada. 

Esta miniatura está hecha por la desaparecida firma Provence Moulage y pertenece a la colección Facel Legende. Está fabricada en resina. Pese a no contar con el ejemplar acabado de las marcas actuales 'Made in China', se trata de una miniatura artesanal y en edición limitada que sin duda tiene un valor mucho mayor que las anteriores, además de estar realizada con suma finura.

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