Los productores cinematográficos Albert R. Broccoli y Harry Saltzman, poseedores desde 1961 de los derechos para llevar al cine la saga de novelas escritas por Ian Fleming sobre el Agente 007 del Servicio Secreto Británico James Bond, contrataron al actor australiano George Lazenby para protagonizar la sexta entrega de la serie, una vez que el popular Sean Connery declinase dicho cometido tras cinco entregas con el objetivo de desencasillar su carrera artística. Lo cierto es que la película protagonizada por Lazenby, 'On Her Majesty secret service', pese a contar con otros dos protagonistas de lujo como Telly Savalas y Diana Rigg, no tuvo el éxito esperado, y Broccoli y Saltzman no volvieron a contar con el actor de las antípodas, y, una vez más, para la siguiente entrega, 'Diamonds are forever', Sean Connery regresó para vestir el smoking del Agente 007. No obstante, esa cinta sería la última que de manera oficial rodaría Connery y, finalmente, la pareja productora encontró a un sustituto más a largo plazo.
La persona elegida era otro popular y joven actor británico de prometedora y consistente trayectoria llamado Roger Moore. Lanzado al estrellato gracias a su papel protagonista en la serie de TV 'Ivanhoe', el hecho de haber interpretado al legendario personaje Simon Templar en la popular serie 'El Santo' (1962-1969), que narraba las aventuras de un sofisticado ladrón de guante blanco especialista en desmontar los complots que tramaban poderosos gangsters, fue suficiente para que Broccoli y Saltzman apostasen por él. También ayudó su trabajo en otra famosa serie británica de aventuras, 'The Persuaders' junto a Tony Curtis, dos ricos playboys que trabajaban como agentes especiales para una organización.
Sea como fuere, Roger Moore protagonizaría en 1973 la octava película del Agente 007, 'Live and let die', y haría lo propio hasta el año 1985 en un total de siete cintas, cuando ya con 58 años de edad, la producción estimó que ya no era apto para dar vida a este personaje, siendo sustituido por Timothy Dalton.
Los coches siempre han tenido un especial protagonismo en las películas de James Bond. El más famoso de todos, el Aston Martin DB5 cargado de todo tipo de gadgets que debutase en 'Goldfinger' y que se ha podido ver en otras cintas de la serie, 'Thunderball', 'Goldeneye', 'Casino Royale' y 'Spectre'. Pese a que ha tenido tras su volante a varios de los actores que han encarnado al mítico espía, siempre se le identificará con el Bond de Sean Connery. En las dos primeras cintas de Moore no hay un automóvil que cobre un protagonismo tal que pudiera ser ligado al nuevo Bond, aunque en la tercera, 'The spy who loved me', la cosa cambia, entrando en escena quizás el segundo automóvil más mítico de la saga Bond tras el Aston Martin DB5.
En 'The spy who loved me', James Bond debe impedir que un peligroso megalómano llamado Stromberg -Kurt Jurggens- lleve a cabo un peligroso complot que pudiera terminar con el planeta tierra sumergido bajo los mares. Para realizar correctamente su trabajo, 007 recibe una serie de materiales provenientes de la Sección Q y entre ellos destaca especialmente el flamante Lotus Esprit S1 de color blanco con matrícula 'PPW 306R'. Este coche es entregado a 007 en la isla de Cerdeña. Como suele ocurrir con los autos del agente con licencia para matar, sus atractivos van más allá de una aerodinámica derivada de los F1 y de su motor de dos litros y 160 cv, pues este Lotus incorporaba misiles tierra-aire, difusor de aceite para hacer perder adherencia a los malos y la capacidad de lanzar minas y torpedos una vez que dentro del agua se había transformado en un coche-submarino, sin duda, una de las escenas más legendarias de toda la saga de Bond, la persecución subacuática que protagonizó Roger Moore a bordo de su 'Lotus Submariner'. Uno de los ejemplares empleados en la película fue adquirido recientemente en subasta por más de 600.000 libras por el industrial Elon Musk, famoso por sus coches eléctricos Tesla.
Pero 'The Spy who loved me' no sería la única colaboración entre el Agente 007 y el Lotus Esprit. El camino de Roger Moore se volvería a unir con el deportivo de Norfolk para una nueva entrega de la saga, en este caso se trata de 'For your eyes only' (1981). En esta nueva aventura, James Bond debe recuperar un sofisticado sistema de intercepción de trasmisiones secretas desarrollado por la inteligencia británica que ha sido robado por unos traficantes de tecnología para venderlo al KGB soviético. En esta ocasión, Bond recibe de la Sección Q el nuevo Lotus Esprit Turbo, concretamente son dos unidades las que se pueden ver, una primera en color gris, que aparece en las primeras escenas, con apenas protagonismo y que es autodestruido para evitar que cayera en manos enemigas. El segundo es otro de los autos incónicos de la saga, el Esprit Turbo de color cobre metalizado y matrícula 'OPW 678W' con el que Roger Moore se pasea por la estación alpina de esquí de Cortina de Ampezzo. Ninguno de estos autos acapara un notable protagonismo y no muestran los supuestos gadgets especiales con estaban equipados.
Tanto en un caso como en otro, muchos fueron los que se preguntaban cómo un actor tan alto como Roger Moore podía meterse sin problemas dentro del Lotus Esprit, un automóvil especialmente bajo.
Las dos miniaturas que protagonizan la entrada pertenecen a la 'James Bond Collection' de Minichamps. Ambos modelos cuentan con un muy buen acabado y el nivel habitual de calidad que tienen los productos de Minichamps.
No hay comentarios:
Publicar un comentario