Los automóviles conocidos como microcoches, pequeños turismos con capacidad para dos pasajeros y motor de motocicleta o derivado, tuvieron su momento en la década inmediatamente posterior al fin de la II Guerra Mundial. La mayoría de las fábricas de los principales productores de Europa habían sido destruidas o sufrían graves carencias operativas; la carestía de las materiales primas y que el ciudadano medio no podía afrontar con sus precarios ingresos el coste de un coche, abrieron el camino a estos pequeñines que a mediados de la década de los 50 y con la aparición de nuevos y modernos utilitarios como el Renault 4/4 CV o los Fiat 600 y 500 fueron desapareciendo con la misma celeridad que emergieron.
Quizás entre esta pléyade de diminutos ingenios mecánicos, el más célebre y popular de todos fue el Isetta creado por el industrial italiano Renzo Rivolta y su empresa Iso. Pero lo cierto es que el éxito del pequeño huevo con ruedas no vino por sus ventas, si no por la hábil maniobra de Rivolta de vender su licencia de fabricación a terceros como fue el caso de BMW, que para combatir la crisis financiera que vivía adquirió una licencia para fabricar y vender los Isetta en Alemania y Reino Unido; y la francesa Velam. Precisamente nos vamos a detener en el capítulo dedicado a los Isetta fabricados por Velam para el país galo y su área de influencia.
La Francia de la posguerra resultó uno de los mercados más idóneos para estos microcoches de los que venimos hablando. En un claro ambiente de fuerte crisis económica y con la industria devastada, el hecho de poseer un automóvil para las clases más populares resultaba algo imposible, máxime cuando la industria automotriz francesa tenía serios problemas para comenzar a funcionar de nuevo. El 30 de abril de 1955, la revista Auto Italiana publicaba en sus páginas que la empresa Iso SPA, con sede en Milán, había llegado a acuerdo para que BMW en Alemania y Velam en Francia fabricasen bajo licencia el pequeño automóvil Isetta.
Realmente Velam había adquirido los derechos para fabricar bajo licencia el Isetta y venderlo además de en su país, en España y Bélgica, en 1953, en el Salón del Automóvil de Turín. Velam, que es el acrónimo de Vehículo Ligero a Motor -Vehicle Leger a Moteur-, había sido creada por Michel Cromback ex profeso para producir el microcoche en cuestión y se constituyó como sociedad en el número 11 de la rue Ledoux de París. Para poder fabricar su versión del Isetta, Velam llega a un acuerdo con Henry Lago para emplear las instalaciones de su empresa, Talbot Lago, en Suresnes, en las inmediaciones de la capital gala, ya que no disponía de capacidad para ello. Talbot Lago, fabricante de automóviles deportivos y de lujo que vivió su esplendor en la década de los 30, tenía infrautilizada su fábrica ya que tras la guerra sólo producía un modelo, el Coupé Grand Sport, un automóvil espléndido, pero muy caro que no se vendía bien, máxime cuando el Gobierno del Frente Popular había establecido una política muy severa hacia los coches de alta gama. Henry Lago halló en el acuerdo con Velam una buena forma de sanear sus finanzas.
El Velam Isetta fue presentado en sociedad en el XLI Salón del Automóvil de París, celebrado en octubre de 1954. En el aspecto estético tenía leves diferencias respecto a los Isetta italiano y alemán, sobre todo en las aletas delanteras, que eran desmontables, y las traseras, de forma más recta y menos estilizada. La leyenda Velam en su puerta delantera era su rasgo más diferenciador. Fue apodado popularmente como 'yogur con ruedas'. Tenía chasis monocasco, contrariamente a la versión alemana y al igual que el italiano. Tenía un precio de 297.000 francos y la producción se inició en 1955 tras la firma del acuerdo de utilización de la fábrica de Talbot Lago. La producción diaria rondaba los 20 ejemplares. Velam creó una red de 150 concesionarios para su distribución.
En el plano mecánico, el Velam Isetta equipada un motor monocilíndrico de dos tiempos y 236 cc, que erogaba 10 CV de potencia. Precisamente fue uno de los puntos flacos del Velam Isetta respecto al BMW, que funcionaba con un más moderno y potente motor de cuatro tiempos derivados de sus motocicletas. En 1955 se habían fabricado 1224 coches; 4.886 en 1956 y 1.005 en 1957. El Velam Isetta no lograba los objetivos comerciales deseados pese a que cada año se trataba de solventar las deficiencias que se le iban notando. Para 1958 Michel Cromback lanza el Velam Ecrin, más equipado, lujoso y confortable, fácilmente reconocible por su carrocería bicolor. Sólo se vendieron 500 unidades dado que su precio era de 380.000 francos, una cuantía superior al coste de un Citroen 2CV y cercana al precio de un Renault 4/4 de segunda mano, al fin y al cabo, dos automóviles con todas las de la ley. A la postre, el Velam Isetta tuvo un final muy similar al de su homólogo italiano, que se vio muy desplazado con la llegada de los Fiat 600 y 500. Por tanto, ese año de 1958 la aventura de Michel Cromback y el Velam Isetta llegó a su final.
La editorial Altaya ha lanzado recientemente en España el coleccionable 'Microcoches de Antaño', que viene editándose en Francia hace un año. El primer número de la colección incluye una bonita miniatura del Velam Isetta. Como es habitual, los modelos a escala de Altaya vienen fabricados por la empresa PCT, o sea, Ixo. Quizás el gran atractivo de este Velam Isetta es un molde nuevo diferente al Iso Isetta que se publicó hace ya 18 años en el coleccionables 'Nuestros Queridos Coches', también de Altaya. No obstante, comparando ambas miniaturas, hay un notable salto de calidad. En la foto número seis de esta entrada pueden verse los dos modelos cara a cara. Esta colección de Altaya está repleta de modelos inéditos e interesantes, entre ellos algunos microcoches españoles, por lo que habrá que estar atentos a los futuros lanzamientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario