viernes, enero 13, 2023

Kaiser Frazer Carolina 1953 de Esval Models







Tras el final de la II Guerra Mundial los fabricantes de automóviles en Estados Unidos podían clasificarse en dos grupos: Uno era el de las marcas pertenecientes a los 'Big Three' -General Motors, Ford y Chrysler, y luego estaban los productores independientes, compañías en su mayoría de larga tradición pero que en el nuevo contexto quedaron en inferioridad manifiesta y en algunos casos recurrieron a uniones entre sí para poder sobrevivir con suerte dispar. Al grupo de fabricantes 'outsider' entre los que se encontraban marcas como Packard, Studebaker o Hudson se unió en 1945 la Kaiser Frazer Corporation, resultante de la unión de la Henry J Kaiser Company con sede en California y la Graham Paige Motors Corporation de Joseph W Frazer.

Henry J Kaiser era un empresario de éxito en el sector de la construcción civil y naval, y aspiraba a repetir los resultados de sus anteriores aventuras con el sector del automóvil queriendo emular a Henry Ford, por lo que decidió adquirir la compañía independiente Graham Paige, en horas bajas, como base para su proyecto automovilístico. En sus cuatro primeros años llegaron a vender hasta 300.000 coches pero al comenzar la década de 1950 el panorama comenzó a cambiar. El proyecto de coche popular Henry J no tuvo la acogida deseada, ni siquiera cuando se vendió como Allstate a través de los grandes almacenes Sears-Roebuck. En 1953 la compañía fue rebautizada como Kaiser Motors y tras adquirir Willys Overland -fabricante de Jeep- la denominación fue Kaiser Willys, trasladándose de Michigan a Toledo, Ohio. En 1955 dejaron de producirse turismos Kaiser.

A finales de 1952 Kaiser simplificó la gama de grandes berlinas prevista para 1953 con el elegante y llamativo diseño de Howard 'Dutch' Darrin y Duncan McRae. El modelo de entrada era el Carolina, y le seguían los Deluxe, Manhattan y Dragon. El Kaiser Frazer Carolina, introducido en marzo de 1953, sólo se vendió en dicho año y constituyó el perfecto ejemplo de que era posible construir un automóvil de calidad extraordinaria y aspecto sensacional a un precio muy competitivo, concretamente de 2.315-2.370 dólares americanos de la época. Estaba disponible con dos tipos de carrocería sedán, de dos y cuatro puertas. 

El gran talón de Aquiles de los Kaiser fue la mecánica. Mientras que en 1953 Ford ya ofrecía motores V8 en su gama básica, el Kaiser Carolina equipaba el viejo motor Continental seis cilindros en línea, de 3.7 litros y 115 CV de potencia, aparejado a una transmisión manual de tres velocidades accionadas desde la columna de la dirección, o bien la caja de cambios automática Hydra-Matic de General Motors en opción. El Kaiser Frazer Carolina nació con el objetivo comercial de lograr un incremento de ventas para la compañía ofreciendo un vehículo con estética similar a los lujosos Manhattan y Dragon para aquellos posibles compradores que no podían afrontar la adquisición de estos, pero dicho objetivo no se logró por lo que su trayectoria fue muy efímera. Lucía el mismo aspecto que los Manhattan y Dragon, pero con menos cromados y pintura monocolor. Sólo se fabricaron 1.444 unidades. Las agresivas políticas de ventas de Ford y Chevrolet en 1953 afectaron mucho a los fabricantes independientes y en el caso de Kaiser, el Carolina fue el el gran afectado. 

La colección de 'El Kekomóvil' se complace en presentar la primera miniatura correspondiente a un automóvil de la firma estadounidense Kaiser Frazer, concretamente se trata del modelo Carolina realizado por el también productor estadounidense de miniaturas Esval Models. Como es habitual, está realizado en resina y cuenta con un excelente acabado pese a que representa a un automóvil sencillo. Las formas del molde parecen correctas. Esval también ofrece en su catálogo la versión Manhattan más lujosa en acabado bicolor y más adornos cromados, pero fue más fácil de encontrar este Carolina, que llama la atención por llevar el parasol sobre el parabrisas delantero, algo más propio de un automóvil de alta gama, aunque bien puede ser una opción. Sea como sea, se trata de una excelente miniatura muy recomendable y no estaría mal que los chicos de Esval nos sorprendan en un futuro con un bonito Dragon de cuatro puertas. 

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