sábado, marzo 12, 2016

Iso Isetta de Altaya






El industrial italiano Renzo Rivolta, que inició su actividad empresarial con la construcción de sistemas de refrigeración y calefacción -de ahí el nombre Iso, por 'Isothermos & Renzo'-, diversificó su negocio tras la II Guerra Mundial orientándolo hacia la fabricación de motos y triciclos para el trabajo, el popular Isocarro, entre ellos. A principios de la década de los 50 se produjo una caída en la venta de sus motocicletas debido a la competencia que supuso la aparición de las nuevas Vespa y Lambretta. Rivolta decidió entonces contraatacar a sus rivales produciendo un microcoche, vehículos muy en auge en la Europa de posguerra dada la delicada situación económica que aún se vivía.

Para el desarrollo de este nuevo y ambicioso proyecto, Renzo Rivolta se hizo con los servicios del joven ingeniero aeronáutico Ermenegildo Petri, al que dio prácticamente carta blanca para su ejecución, siendo la única premisa innegociable el uso del motor de dos tiempos que empleaban las motos Iso, basado en la mecánica austríaca Puch. Petri se inspiró en las formas de la cabina de un helicóptero para el diseño del nuevo coche, destacando especialmente su gran superficie acristalada y su acceso mediante una puerta de apertura frontal. El bastidor trapezoidal fue dotado en un principio con tres ruedas, pero finalmente fueron cuatro para mejorar la estabilidad. El motor iba colocado en posición central ligeramente hacia la derecha, mecánica de de dos cilindros y dos tiempos de 236 cc idéntica a la del Isocarro que erogaba 9,5 cv de potencia. Además de ser robusto y fiable permitía alcanzar los 80 Km/H con un consumo de apenas cuatro litros a los 100 Km.

El Iso Isetta se presentó en el Salón de Turín de 1953 y para nada pasó desapercibido, sobre todo porque dio pie a todo tipo de comentarios jocosos, además de ganarse un apodo con el que se le identificaría siempre, 'Egg Car' o 'Coche Huevo'. Concebido con vocación de coche urbano y alternativa a las motos, comercialmente no alcanzó los objetivos que el señor Rivolta se planteó, puesto que un turismo un poco más grande y con cuatro asientos como el Fiat Topolino costaba sólo un 15 por ciento más. 

Rivolta ideó una serie estrategias para tratar de relanzar sus ventas: una de ellas fue que tomara parte en la prestigiosa carrera de la Mille Miglia, pero sin duda el acierto pleno fue la venta de licencias para su fabricación en otros mercados, sobre todo la concedida a la firma alemana BMW, que fabricó el Isetta dotándolo del motor de dos cilindros bóxer de 250 cc de sus motos. La firma de Munich logró un importante éxito con la venta del Isetta, nada más y nada menos que su salvación de la bancarrota, de hecho, desarrollaron su propia versión, el Isetta 300 con la carrocería rediseñada, además de un derivado de cuatro plazas, el BMW 600. Rivolta también concedió la licencia de fabricación a la empresa francesa Velam para el mercado galo así como a la brasileña Romi para su venta en Sudamérica.

Es en este contexto en el que el empresario español Sinforiano Echeverría firma un acuerdo en 1951con Iso Autoveicoli SPA para la fabricación en España de los vehículos ligeros Isocarro e Isoscooter. La empresa Iso Motor Italia SA , de capital mixto italiano y español y con sede en Carabanchel (Madrid), solicitó en 1954 al Ministerio de Industria la producción en suelo español bajo licencia del microcoche Isetta. Los Iso Isetta madrileños se fabricaban con componentes nacionales a excepción del cilindro, que era importado debido al revestimiento interior de cromo duro que demandaba, un proceso que aún no se realizaba en España. Con un precio de 45.000 pesetas y largos plazos de espera para su entrega -las primeras unidades se entregaron en 1957, un año después de los planes iniciales-, en comparación con las 20.000 pesetas que costaba el nuevo Seat 600 N introducido el mismo año condenaron al Isetta al fracaso, optando Iso Motor Italia por dejarlo de producir en 1962 y centrándose en los Isocarro.

La colección 'Nuestros Queridos Coches' de la editada hace más de una década por Altaya ofreció a los coleccionistas españoles un considerable número de miniaturas inéditas, muy interesantes y con una calidad razonable. Si bien es cierto que muchas de ellas tenían fallos, errores de concepto e incorrecciones, otras fueron excelentes. Y la que protagoniza la entrada de hoy en 'El Kekomóvil' es una de ellas. Se trata de la reproducción del Iso Isetta, entrega número 32 de la citada colección. Es una miniatura que puede definirse como "perfecta" siendo lo más objetivo que se puede ser: representa fielmente al coche en cuestión, cuenta con un molde y un acabado sin fallo -formas correctas, detallado abundante, pintura bien aplicada-, y todo a un precio más que razonable de 10 euros por el que no sería ético pedir más en este caso. Y además es el Isetta español. Nada más que añadir.

2 comentarios:

A.Sivianes dijo...

Este modelito siempre se me ha resistido por una causa o por otra, y también por cierta desgana no lo tengo. Pero al ver tu post creo que me animaré para conseguirlo, no me lo esperaba tan bueno al verlo tan de cerca.

Lo que no sabía es que lo tuvimos en España, siempre lo ví como algo típicamente alemán.

Saludos!

Keko dijo...

Yo me haría con ella, es muy buena, de lo mejorcito de esta colección de Altaya. Y no creo que sea caro. Efectivamente se hicieron en España pero lo cierto es que salieron pocos pues las ventas no salieron bien. Era más caro que un 600, creo que con eso esta todo dicho. Y ciertamente, pese a que es el BMW el más famoso, este coche es originariamente italiano.

Saludos Antonio