La simpática estampa del microcoche Biscúter puede parecer en principio todo un ejercicio de tierna nostalgia, pero encierra mucho más en sí. En ella quedan simbolizados la dura situación que por entonces se vivía en España en general y los múltiples problemas que vivían muchos españoles, que aún teniendo la posibilidad de tener un automóvil, la escasez de materiales en las fábricas, la falta de oferta real y las duras condiciones que el Gobierno del General Franco imponía para controlar la economía española, veían como era del todo casi imposible tener acceso a un vehículo a motor.
El fenómeno de los microcoches surgió a principios de la década de los años 1950 del siglo pasado para paliar la necesidad de medios de transporte una vez quedaron atrás los años más duros de la posguerra. Con una industria automotriz prácticamente inexistente y con un régimen económico aislado del exterior, acceder a un automóvil era muy complicado por lo que comenzaron a surgir una serie de pequeños fabricantes que ofrecían autos de tamaño muy reducido, con tecnología muy precaria y movidos por pequeños motores procedentes de motocicletas, en su mayoría de 125 y 250 cc. Clúa, PTV, Orix, Kapi o David eran algunos ejemplos de ello.
Sin embargo, aunque el Biscúter ha pasado a la historia como el microcoche más popular de España, su historia difiere levemente del resto de sus principales competidores y rivales. El Biscúter -o Bi scooter- fue concebido por el brillante ingeniero francés Gabriel Voisin, pionero de la aviación y constructores de avanzados automóviles de lujo. Voisin proyectó un vehículo económico, para el gran público, que podía conducirse con la licencia más básica y que apenas se veía afectado por las agresivas políticas fiscales que el Gobierno francés tradicionalmente ha aplicado al automóvil. Sin embargo el proyecto no generó mucho interés, salvo la empresa española Autonacional SA, que compró la licencia para fabricarlo en su recién construida fábrica de Sant Adrià de Besòs, Barcelona.
La presentación del Biscúter Voisin de Autonacional en la Feria de Muestras de Barcelona de 1953 fue toda una sensación, puesto que el mercado español no ofrecía entonces ningún vehículo a excepción de algunas motos de baja cilindrada, aparte de algunos coches de importación expuestos por pura imagen. El stand de Autonacional recibió en el mismo evento un altísimo número de pedidos para su Biscúter Voisin, que iniciaría su producción a principios de 1954.
Equipado con un motor Hispano-Villiers de dos tiempos y 197 cc que erogaba 9 cv de potencia, se trataba de un pequeño descapotable biplaza de carrocería de aluminio que gracias a su reducido peso podía transportar a dos personas a una velocidad máxima de 60 Km/H. Montaba una transmisión de tres velocidades sin marcha atrás, maniobra que normalmente se hacía empujando el vehículo o cogiéndolo en peso. Autonacional contaba con un pequeño circuito de pruebas en su fábrica donde probaba los coches antes de ser entregados a los concesionarios. Pese a ser un auto muy sencillo, se ofrecían una serie de extras, en su mayoría accesorios ornamentales como un kit de puertas de plástico, tapacubos, parachoques, cromados e incluso un volante "de lujo".
El Biscúter vivió sus años más exitosos entre 1954 y 1956. Sus mejores embajadores comerciales eran sus entusiastas propietarios que se encargaban de publicitar sus hazañas viajando con ellos por las carreteras de toda España e incluso por otros países de Europa. Sin embargo el lanzamiento del Seat 600 en 1957 fue un duro golpe para Autonacional, cuya competencia intentó paliar lanzando al mercado nuevas variantes del pequeño "Zapatilla" -como se le conocía popularmente, como una versión de cuatro plazas con una carrocería de paneles de madera al estilo de los woody wagon americanos, la camioneta 200-I o el simpático coupé 200-F, cuya carrocería de fibra de vidrio más pesada que la de aluminio lo hacía más pesado que al modelo básico y con peores prestaciones.
La salida de la empresa del ingeniero Damián Casanova, desarrollador principal del Biscúter desde las patentes de Voisin, debido a los desacuerdos con la dirección a la hora de fabricar los coches precipitó la quiebra de la misma, que tampoco podía competir contra la alta demanda que generaba el 600 de Seat.
El Biscúter fue uno de los grandes iconos de la cultura popular española y raro era muy común su aparición en las películas de la época, destacando especialmente la entrañable comedia 'Manolo, guardia urbano'. El Biscútet dio lugar también a una expresión un tanto vulgar -hoy estaría considerada muy machista e improcedente por la corrección política imperante- para referirse a la situación del trasero de una mujer: "tienes el culo más bajo que la matrícula de un Biscúter".
La miniatura que hoy presento en 'El Kekomóvil' se corresponde con un Biscúter Voisin que se comercializó como parte de un coleccionable editado por Altaya hace más de una década bajo el título 'Nuestros Queridos Coches', concretamente la entrega número 29 del mismo. La miniatura está fabricada por Ixo en diecast. Pese a la sencillez del modelo real, ésta condición queda muy minuciosamente representada en esta simpática miniatura, sin duda una de las más interesantes de la colección y hasta entonces inédita en la escala 1/43, que llama la atención por su reducido tamaño y su delicado aspecto.
2 comentarios:
Jajaja qué buena (y castiza) la expresión que pusiste, Keko! No la conocía, pero debe haber miles de ellas más que no conozcamos (somos tan dados a las comparaciones por el Sur... en eso era un maestro don Paco Gandía, como ya sabes).
La miniatura no me atrae demasiado, no soy mucho de microcoches, pero éste es parte de la historia automovilística nacional y reconozco que no puede faltar en una buena colección española. Además parece que IXO/Altaya hizo un buen trabajo.
Y si has leído sobre él, sabrás que hubo "valientes" que fueron en uno de ellos por media Europa, ni me imagino pasar puertos de montaña con él en las carreteras de los años 50.
Saludos!
Lo mismo que con el Isetta te digo, sin duda dos de los mejores de la colección de Altaya. Paco Gandía tendrá 500.000 chistes de Biscúter, seguro.
Según me explicó mi padre, los Biscúter solían ser los segundos coches de las familias más pudientes, pues la gente normal no solía comprar un coche así.
Debe de ser una aventura pasar los Pirineos con uno.
Saludos
Publicar un comentario