Rolls Royce Motor Company se hizo en 1933 con el control de su marca rival Bentley Motors y pese a que la segunda se benefició de la técnica y la mecánica de la primera ambas mantuvieron una cierta independencia, eso sí, mientras una prosiguió con su actividad como fabricantes de autos de lujo y representación, la actividad de la otra fue diversificada hacia coches de similar nivel, pero con una orientación más deportiva y de uso más personal. Todo ello se mantuvo así hasta principios de la década de 1950, cuando vio la luz el Rolls Royce Silver Dawn y el Bentley R-Type, dos coches exactamente iguales, cuyas únicas diferencias estaban en la parrilla de su frontal, en los anagramas de sus llantas y en la carburación del motor, siendo en el Bentley algo más contundente para proporcionar un plus de prestaciones que refrendasen esa herencia deportiva de la que Bentley siempre hizo gala. Desde entonces y hasta que en 1999 ambas marcas se separasen tras sus respectivas integraciones en BMW y Volkswagen, la producción de Rolls Royce y Bentley siempre se centró en modelos duales mecánica y tecnológicamente idénticos, sólo diferenciables en pequeñísimos rasgos cosméticos.
La incorporación de un nuevo motor V8 al Bentley S1 motivó su cambio de denominación a S2, del mismo modo que este cambió afectó a su hermano gemelo, el Rolls Royce Silver Cloud, que desde ese año 1959 se comenzó a llamar Silver Cloud II. El nuevo motor tenía una cilindrada de 6.230 cc y como era norma en la casa, la potencia no se revelaba, "suficiente", como solían decir en la fábrica. No obstante esta se estima en unos 200 cv. La transmisión se seguía encomendando a una caja de cambios automática de cuatro velocidades de General Motors. Paradógicamente la incorporación de este motor no supuso una mejora significativa en las prestaciones, de hecho, los modelos de la serie anterior con su fiable motor de seis cilindros en línea conseguía mejores cifras de aceleración. No obstante para un coche de este calibre el ir motorizado con un gran V8 era comercialmente más correcto.
Habría que resaltar que estilísticamente no se produjeron cambios estéticos en el aspecto del Bentley S2 con respecto a su antecesor el S1, aunque la parte delantera fue ligeramente ensanchada para albergar el motor V8, más ancho que el seis en línea. Es por eso que a simple vista no se puede distinguir un S2 de un S1, ni siquiera por el ruido del motor, pues como es norma en la casa estos coches siempre hicieron gala de una marcha especialmente silenciosa.
Habría que resaltar que estilísticamente no se produjeron cambios estéticos en el aspecto del Bentley S2 con respecto a su antecesor el S1, aunque la parte delantera fue ligeramente ensanchada para albergar el motor V8, más ancho que el seis en línea. Es por eso que a simple vista no se puede distinguir un S2 de un S1, ni siquiera por el ruido del motor, pues como es norma en la casa estos coches siempre hicieron gala de una marcha especialmente silenciosa.
El Bentley S2 contó con diferentes variantes de carrocería, el sedán estándar con carrocería de acero, el sedán de paso largo, el coupé Continental o el original coupé de cuatro puertas tipo Flying Spur. También se hicieron bonitos modelos descapotables como el llamativo MPW diseñado por Vilhelm Koren, o el modelo que nos ocupa, el precioso y estilizado Drophead Coupé de HJ Mulliner que mantiene los bellos rasgos estilísticos de la berlina estándar en un precioso cabriolet.
Después de que hace ya unos cuatro o cinco años que Minichamps anunciase la realización de este modelo ya por fin lo tenemos disponible en las tiendas. Más vale tarde que nunca que se dice en estops casos. Y como suele pasar con Minichamps podemos decir que la espera ha merecido la pena dado que lo que se nos presenta es una miniatura de gran nivel. Si es cierto que hace ya unos dos años que Minichamps se desdibujó un poco del mapa de los fabricantes premium de miniaturas, parece que la marca de Aquisgrán vuelve a reivindicar el lugar que siempre ocupó como referencia de los coleccionistas 1/43. El modelo es precioso y su ejecución es impecable. Las formas de la carrocería sólo pueden definirse con una palabra, perfección, y el acabado es también muy bueno. La combinación de colores escogida es de las más habituales en estos coches, sobria y muy elegante. El único pero que vamos a poner es que Minichamps sigue sin emplear el fotograbado para sus miniaturas, cuando otras marcas en diecast lo emplean habitualmente, como es el caso de Ixo (no los Altayas), Ebbro o Auto Art. Ahora, con este fantástico modelo en la vitrina podemos esperar a que llegue la berlina S2 y sus hermanos gemelos Silver Cloud de Rolls Royce.
2 comentarios:
Uno de los coches más bonitos que has publicado en tu blog.
Un acierto. Es uno de los coches más bonitos que han salido en el blog.
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