Usamos el término renacentista como característica de una persona cuando ésta cultiva disciplinas propias de este periodo de la historia, pero también suele usarse este término para definir a personas que de una u otra forma siempre estaban a la vanguardia de la técnica y del conocimiento de su tiempo. Es por eso que podemos considerar a Gabriel Voisin como un hombre renacentista.
Con formación de arquitecto, Gabriel Voisin derivó su actividad a principios del siglo XX hacia la incipiente industria aeronáutica, uniéndose a su hermano para formar la sociedad Avions Voisin. Los beneficios obtenidos a base de vender aviones en la I Guerra Mundial lo llevaron a la creación de una nueva empresa, Automobiles Voisin.
Los coches de Gabriel Voisin pronto captaron la atención del gran público ya que en ellos parecía que se fusionaban sus anteriores ocupaciones, la arquitectura y la aviación, plasmados en características tales como el uso de materiales ligeros para la construcción de los mismos, los diseños exóticos y el empleo de soluciones técincas especialmente novedosas, como es el caso del motor con manga de válvulas en diseño tipo Knight, especialmente silencioso pero con notables defectos como su excesivo consumo de aceite.
El periodo de mayor éxito de la Automobiles Voisin fueron los años 20, cuando la compañía se especializó en la fabricación de coches pequeños y construidos completamente (carrocería incluida) en casa. No obstante, los éxitos de ventas provocaron que Voisin comenzara a trabajar en coches más grandes para competir con gente como Rolls Royce, Bugatti o Hispano Suiza.
En esta nueva maniobra empresarial Gabriel Voisin firmó su sentencia de muerte, al hacerlo justo en plena Gran Depresión.
Ante una estrepitosa caida de las ventas, Voisin se encontró ante una encrucijada, debería optar o bien por dedicarse a los coches económicos, o a los coches de lujo. Con gran perserverancia decidió decantarse por la segunda de las opciones.
El Salón de París de 1933 fue el escenario donde se dio a conocer el primer gran modelo de la marca, el C24 Aerodyne. A este le siguieron los C25, C26 y C27.
Del modelo que nos ocupa, el C27, sólo se fabricaron dos unidades. El primero incorporó una carrocería de Figoni & Falaschi. El segundo fue un elegante sportcoupé con una carrocería de la casa obra del diseñador jefe Andre Noël-Noël Telmont, un arquitecto con el que Gabriel Voisin había trabajado en sus inicios. Este coche equipaba un motor de seis cilindros en línea de tres litros y 105 cv de potencia.
Entre los elementos más llamativos del C27 figuraba un original sistema mediante el cual el techo del coche se deslizaba hacia atrás de forma automática gracias a un motorcito.
Igualmente, el interior estaba plagado de gadgets muy poco usuales para la época. De entrada, la tapicería de cuadros tipo Art Decó se complementaba muy bien con el pecualiar diseño del coche. El cuadro de mandos estaba repleto de diales y controles de muchas de las funciones del coches, como el overdrive electromagnético o los parachoques ajustables.
Además de ser una obra de arte, el C27 era muy funcional.
Tras ser mostrado en el Motor Show de Ginebra de 1935, el coche estuvo en manos de Nöel-Nöel diez años hasta que éste lo vendió a un amigo suyo pintor. Luego éste lo vendió a uno de los fundadores de Renault Sport hasta acabar con el especialista en la marca Saliot Garage. Actualmente el C27 Aerosport lo tiene un entusiasta de la marca francés y su última gran aparición pública fue en el Concurso de Elegancia de Peeble Beach de 2006.
Al igual que nos ha sido muy grato presentar el Cadillac Eldorado de Spark, también nos alegra que haya llegado a nuestras manos este precioso y peculiar Voisin C27 Aerosport, el tercer modelo de la colección Golden Age (Edad de Oro) de Spark, de la que ya hemos mostrado el Bugatti 57S Gangloff y el Delage D8-120 Pourtout. Este modelo cuenta con un nivel de acabado y calidad muy similar, o sea, que destaca por ser una miniatura ejecutada con gran finura. Destacamos sobre todo el interior, así como la mascota sobre el capó. Ya de por sí consideramos muy acertada la elección de reproducir a escala un coche tan raro y exótico.
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