lunes, marzo 07, 2011

Chevrolet Impala Convertible 1959 de Spark






El año 1959 supuso todo un punto de inflexión en el diseño automovilístico norteamericano. El genial diseñador Harley Earl afrontaba su último año como máximo responsable de diseño de la General Motors y todos los productos del gigante norteamericano llevarían en sus líneas la impronta de la conclusión de la una época, la de los diseños de inspiración galáctica y espacial. 

1959 fue el primer año en que Chevrolet usó el nombre Impala para uno de sus coches. Esta denominación apareció justo un año antes como la versión más lujosa y equipada del Bel Air. Ahora el Impala era el tope de la gama Chevrolet. Pese a ser más largo, ancho y bajo, el nuevo Impala daba la sensación de ser un coche más grácil y ligero que su barroco y también precioso antecesor. 

Con un diseño donde predominaban las formas planas y las líneas rectas, llamaban especialmente la atención las dos aletas que remataban su trasera, que le conferían un estilo similar al Batmobile. Estas junto con los grupos ópticos traseros en forma de lágrima alargada han pasado a la historia como uno de los elementos más característicos de la edad de oro del diseño automovilístico americano. 

El bulboso parabrisas envolvente creaba un precioso contraste con la carrocería. En el apartado mecánico, el Impala montaba un V8 Super Turbo-Thrust de 5,7 litros que rendía 335 cv gracias a sus tres carburadores. Este motor derivaba directamente de las unidades que Chevrolet usaba para las carreras de stock cars. 

La campaña publicitaria con la que GM vendía este coche reunió a Pat Boone y a Dinah Shore que cantaron "lo bonito que sería ver los Estados Unidos desde un Chevrolet". Después del bonito Bel Air Impala de 1958 de American Excellence, las coincidencias han querido que hoy mostremos a su sucesor, el Impala de 1959. 

Esta miniatura supone el desembarco del fabricante británico Spark en el mundo de los grandes clásicos norteamericanos de los 50. En primer lugar hemos de decir que se trata de un molde muy bien hecho, tiene las mismas proporciones que el viejo Impala de Vitesse. El nivel de detalle podemos definirlo como exhuberante, aquí Spark ha sabido hacerlo bien y podemos decir que quien se ha acostumbrado a la buena calidad de los americanos de Neo-American Excellence no quedará defraudado con los Spark, por lo menos con este Chevy. En fin, quedamos a la espera de futuras realizaciones similares de Spark.

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