El refrán "no hay mal que por bien no venga" puede aplicarse de forma inversa, "no hay bien que por mal no venga" en cuanto a la historia del Porsche 928 se refiere. A principios de la década de los 70, Rudolf Leiding, responsable de Volkswagen, anulaba de un plumazo el proyecto del tipo 166, por lo que la empresa se encontraba con un grupo de ingenieros sin trabajo a los que había que pagar sus nóminas. La parte positiva de todo era que se podía acometer la creación de un coche completamente nuevo partiendo desde cero.
De este modo, el trabajo de este grupo se centró en un nuevo modelo de Porsche, el 928. En un principio, la idea de que el 928 sustituyera al 911 se barajó seriamente, pero quedó desechada pronto pues el 911 seguía siendo el principal best-seller de Porsche. Finalmente el 928 pasó a ser un modelo suplementario de gama, concretamente destinado a un tipo de cliente que más que prestaciones, buscaba un gran turismo atractivo con el que viajar cómoda y rápidamente.
La carrocería era del tipo hatchback, con morro largo y zaga compacta con portón trasero, todo a base de líneas redondeadas. Llamaban especialmente la atención las ventanillas de forma trapezoidal, la trasera redonda de plástico con los faros integrados o los faros delanteros escamoteables en forma de gota de agua. Igualmente era la primera vez que se montaba en un Porsche un motor de ocho cilindros en V refrigerado por agua y colocado en la parte delantera.
La mecánica en realidad era la unión de dos bloques de cuatro cilindros procedentes del Volkswagen Golf y del Audi 80. Las primeras versiones cubicaban 4,7 litros y rendían 240 cv de potencia, suficientes para lograr que el 928, un auto de gran tamaño, lograse una velocidad máxima de 230 Km/H. La presentación en sociedad tuvo lugar en el Salón de Ginebra de 1977 y en 1978 recibió el título de Coche del Año en Europa. Los principales rivales que el 928 se encontró en el mercado fueron el Mercedes 500 SEC, el BMW 635 CSi y el Jaguar XJS. El motor de 4,7 litros logró rendir 310 cv de potencia en la versión S y con la S4, la cilindrada subió hasta los cinco litros, llegando la potencia a 320 cv. La última versión, el 928 GTS de 1994 rendía 350 cv, culminando la existencia del 928 en 1995.
No ha sido hasta el año pasado, con el lanzamiento de la gran berlina Panamera, cuando Porsche ha vuelto a ofrecer un modelo de representación. El 928 tuvo varios momentos de gloria en el cine de los años 80, como en la película de Brian de Palma "El precio del poder", donde Al Pacino, en el papel del narco Tony Montana se movía por Miami en un 928 idéntico al que mostramos. Ya en su día presentamos el 928 S4 de Minichamps y hoy hacemos lo propio con el modelo más básico, un 928 del 77, magistralmente ejecutado por Auto Art. Como viene siendo habitual en Auto Art, todo está trabajado al milímetro, el coche tiene unas proporciones perfectas en su molde y la aplicación correcta de la cantidad pintura hace que luzca aún más, incluso con un color tan difícil como es el blanco plano. Resulta especialmente llamativo el interior, donde destaca especialmente esa tapicería tipo "checkered flag" tan típica de las primeras versiones del 928. Como colofón, el modelo cuenta con apertura de capó y un motor V8 totalmente detallado, o sea, que estamos ante una miniatura de matrícula de honor, uno de esos Auto Art que tan de tarde en tarde se dejan ver en el mercado. Un detalle a reseñar es que se trata del segundo Auto Art que llega a mis manos sin dirección en las ruedas delanteras.
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