En muchas ocasiones, buscar sustituto a un producto muy exitoso suele ser un gran problema ya que existen muchas posibidades de tirar por tierra todo el trabajo hecho anteriormente. Esta situación ha ocurrido en muchas ocasiones en el mercado del automóvil y el del Jaguar XJ40 es uno de esos casos.
Jaguar Cars comenzó a trabajar a principios de los 70 en un proyecto de renovación de su exitoso XJ. No obstante, su lanzamiento fue posponiéndose en el tiempo debido a los vaivenes que sufría la industria británica del motor y más concretamente Jaguar, cambiando constantemente de manos. El 28 de agosto de 1986, en el marco del Salón Internacional del Automóvil de Londres, el presidente de British Leyland, Sir John Egan, desveló al gran público el Jaguar XJ 40, la última generación de la prestigiosa serie XJ de la marca del felino que comenzase allá por el año 1968.
Realmente, el nuevo modelo de Jaguar es una apuesta muy arriesgada, más que nada porque venía cargado de avances técnicos, con muchas de sus funciones controladas por microprocesadores, indicadores florescentes en el salpicadero, un novedoso ordenador de abordo y el selector del cambio con recorrido en forma de "J". Pero tuvo en su diseño su peor aliado, ya que las características líneas agresivas que dieron siempre al XJ ese punto intermedio entre elegancia y deportividad tan característico se perdieron en favor de un estilo mucho más recto y anguloso, en definitiva, el nuevo Jaguar tenía una apariencia mucho más burguesa, sosa e impersonal que sus antecesores.
Las primeras series del XJ40 estaban disponibles en tres niveles de acabado, XJ6, Sovereign y Daimler. Sólo se ofrecían dos opciones mecánicas, dos versiones del nuevo motor de seis cilindros en línea AJ6, un 2,9 litros y un 3,6, acoplados bien a un cambio manual de cinco velocidades o un automático de cuatro. Las versiones base XJ6 se distinguían por incorporar grupos ópticos frontales simples y rectangulares, mientras que el Sovereign los tenía dobles cuadrados. Como viene siendo habitual en todas las series del Jaguar XJ, los Daimler tenían su propia parrilla bien diferenciada. En 1988 se incorporó a la gama la versión sport XJR, con llantas de 16 pulgadas y un equipamiento similar al Sovereign.
Jaguar mantuvo en producción el XJ12 SIII paralelamente al nuevo XJ40 ya que el nuevo coche aún no disponía de una versión con el motor de 12 cilindros. Cuentan las habladurías que British Leyland quería que la versión tope del nuevo XJ40 fuera equipada con el motor Rover V8 de 3,5 litros y de origen Buick que montaban los SD1 y Range Rover, pero como la idea no gustó a los ejectuvos de Jaguar, conjuraron en la sombra y el XJ40 no disponía de un vano lo suficientemente ancho para albergar un motor en "V".
En 1990 la Ford Motor Company se hace con el control de Jaguar Cars y tiene lugar la primera revisión profunda de los XJ40 con la incorporación de nuevas y más potentes mecánicas. El 2,9 litros de 180 cv pasa ahora a ser un 3,2 de 200 y el 3,6, que entregaba 225 cv, era ahora un cuatro litros de 240 cv. En 1993 se incorpora a la gama el modelo XJ81, un XJ40 con el compartimento del vano motor rediseñado para albergar un nuevo V12 de seis litros y 300 cv de potencia, de este modo se recuperan las denominaciones XJ12 y Daimler Double Six. En 1994 cesa la producción del XJ40, siendo éste sustituido por el nuevo XJ300, el cual, gracias a Geoff Lawson, nuevo jefe de diseño, recuperó las líneas clásicas que tan grande hicieron al XJ.
Con la aparición del XJ40 de Neo, todas las generaciones del buque insignia de Jaguar ya tienen su representación en 1/43. Esta miniatura constituye el ejemplo perfecto de que da gusto tener una excelente miniatura de un coche poco agraciado estéticamente. Como se puede ver, las formas del molde son bastante correctas y el nivel de acabado es muy rico, tanto interior como exterior. Viendo su frontal de grupos ópticos dobles y sus llantas de aleación tipo nido de abeja constatamos que se trata de un Sovereign, aunque no podemos precisar su fecha concreta, pues la matrícula es uno de los fallos de la miniatura, ya que esos números son de un coche de 1975. No obstante, es un fallo fácil de subsanar. Está claro que se trata de una miniatura que gustará a todos los coleccionistas, especialmente a los amantes de clásicos británicos y de las berlinas de representación.
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