sábado, mayo 24, 2008

Cunningham C3 Continental Vignale de Brooklin Models









Antes de centrarnos en el Cunningham C3, es inevitable la referencia a su creador, Briggs Cunningham. Este inquieto norteamericano destacó como piloto de carreras, ganador de regatas de veleros y como constructor y coleccionista de coches de lujo. En los años 50 Cunningham producía más que nada coches de competición. 

Como piloto había conducido previamente con marcas europeas como Jaguar y Maserati. Los coches de Cunningham nunca gozaron de un gran éxito en el circuito Europeo, pero en America eran muy queridos y sí ganaron numerosas competencias en la categoría Sport. 

El modelo C3 fue único Cunningham producido para la carretera, de hecho se vio en la obligación de hacerlo para homologar la versión de competición. Para ello, debería fabricar 25 unidades, aunque numerosas fuentes de información citan un total de 27. El chasis del coche era el mismo que el del anterior modelo, el C2. 

Para la carrocería, Briggs Cunningham quiso que su coche fuese muy distinguido, un auténtico vehículo de lujo, por lo que encargó su diseño y construcción a Vignale, de Italia. El resultado final fue un soberbio Gran Turismo de dos asientos con toda la elegancia de los deportivos europeos más refinados pero con el corazón de todo un 'Hot Rod', ya que bajo su capó Cunningham instaló un enorme Chrysler Firepower V8 y 5.7 litros que erogaba 235 cv de potencia. El C3 Continental fue un coche muy caro y exclusivo y su mercado era el mismo que el de vehículos como Ferrari, Maserati o Aston Martin.

Como es norma habitual de la casa Brooklin Models, el Cunningham C3 está hecho en metal blanco, de ahí el elevado peso de la miniatura. Se trata de la segunda variante que presenta este fabricante, esta vez en acabado bicolor y con llantas del tipo competición en vez de las de radios. El conjunto general de la miniatura puede calificarse como bueno a secas. Lo mejor sin duda es el modelado general, pero ya los defectos vienen cuando se habla del detalle. Es cierto que una marca como Brooklin se esta quedando un poco atrás si se la compara con los modelos que vienen desde China en diecast, más detallados y más asequibles de precio. Como decía antes, el conjunto general es bueno y se aprecia el detallado del coche, pero hay detalles feos, como los faros en metal cromado, en vez de plástico translucido, la ausencia de cromados en los marcos de las ventanillas y un interior solamente modelado. En fin, se puede pensar que gastar los 90 euros que cuesta un Brooklin es algo abusivo, sobre todo cuando hay fabricantes más baratos y con réplicas más detalladas, pero sólo un fabricante especializado en autos americanos puede ofrecer un coche como el Cunningham C3 y con un nivel bastante aceptable, además de ser una marca muy apreciada por su valor de coleccionista.

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