El mundo del automovilismo quedó sorprendido cuando en 1967 el empresario suizo Peter Monteverdi, importador oficial de las marcas BMW y Ferrari para el país helvético, anunció que produciría el único coche suizo hasta la fecha, pues pese a su cercanía y estrecha relación con sus países vecinos: Alemania, Francia e Italia, principales productores de automóviles de Europa, Suiza nunca había destacado por tener industria del motor. Peter Monteverdi quería producir un coche de alta gama, concretamente ser la alternativa a Ferrari, Maserati o Aston Martin, pero no contaba con los medios de estos, por lo que optó por una solución muy común en aquellos años.
Monteverdi ideó y proyectó el automóvil de sus sueños. Como otros fabricantes de filosofía similar, recurrió a un especialista italiano para el diseño y construcción de la carrocería mientras que para el capítulo mecánico la solución vendría del otro lado del Atlántico, en su caso concreto, de la Chrysler.
El primer coche de Monteverdi fue el 375 S High Speed, un elegante GT con una atractiva carrocería de Pietro Frua y los potentes y fiables motores Chrysler Hemi V8. Un año después, Peter Monteverdi introdujo un nuevo chasis algo más largo para su nuevo modelo 375 L de cuatro plazas, pero la relación con Pietro Frua terminó mal. Los hermanos Fissore de Savigliano, que se encargaban de construir las carrocerías para Frua, tomaron el testigo y asumieron la producción del GT de cuatro plazas de Monteverdi.
Igualmente en 1969, Fissore presenta un nuevo diseño para el 375 S de dos plazas. Este tomaba las formas generales del 375 L pero con un nuevo y rediseñado frontal fácilmente identificable por sus luces frontales tipo 'sugar scoop'. Con su batalla más corta y su cambio manual, el 375 S tenía una orientación más deportiva que el 375 L.
En esta entrada vamos a centrarnos en el modelo con número de chasis 1014. Se trata de un 375 S de la segunda serie con carrocería Fissore, fabricada en 1969 en color gris metalizado e interior beige claro. Este automóvil montaba el motor Chrysler V8 en su especificación de 7.2 litros. Su primer propietario fue el señor Mollergren de Benoni, Sudáfrica. Entre 1984 y 1986 vende el coche a Norman T Jarret que lo importa a Estados Unidos. En 1988 es vendido a John Ling, propietario de un concesionario en Wisconsin, que lo vendería a Alexander Fyshe. En ese momento el coche permanecía en estado original, sin ningún accidente y con 23.175 millas en su marcador. Entre sus opciones figuran el aire acondicionado Behr y el radiocasete Becker.
El 23 de abril de 1991 es registrado en Reino Unido. Desde entonces ha participado en importantes eventos de autos clásicos, como el del Hurlingham Club, Parc de Bagatele y el Schloss Schwetzingen, donde ganó el premio al mejor automóvil sin restaurar. También participó en el Concorso Italiano celebrado en Monterey, Estados Unidos.
El número de coches fabricados por Monteverdi es algo difuso y el 375 S Fissore de la segunda serie es uno de los más raros y se especula con que el número de ejemplares fabricados es muy bajo. Uno de ellos es propiedad del humorista y showman estadounidense Jay Leno, famoso por su enorme colección de clásicos y deportivos.
Tal y como reza en su página web, Avenue 43 es un nuevo fabricantes de coches en miniatura dependiente de Autocult y como su nombre indica, reproduce coches únicos con gran valor e historia "dignos de estar aparcados en el futuro en la Avenida 43". Por tanto, es una especie de división dentro de la firma Autocult que dirige Thomas Roschmann y por tanto son réplicas en resina. En este caso concreto, el Monteverdi es una reproducción de muy alta calidad, con formas y proporciones correctas, según podemos compararlo con fotos del coche real y el habitual nivel de terminado de las reproducciones de Autocult, donde destaca el uso de piezas independientes de metal fotograbado que le dan un gran realismo. Es el segundo Monteverdi realizado por este fabricante de miniaturas alemán tras el Palm Beach que presentamos en el blog hace unos meses. Una miniatura que no puede faltar en la colección de ese sibarita que busca los automóviles más exóticos. Y aprovecho para felicitar a Thomas Rotschmann y la gente de Autocult por la tan atinada elección de modelos a reproducir y, por supuesto, la calidad de los mismos y el buen trabajo que realizan.
3 comentarios:
Estupenda miniatura. Efectivamente guarda unas perfectas proporciones con el modelo original que veo en mis libros Es el primer Monteverdi que despierta mi ansia coleccionista.
Saludos.
Perdona que no me haya identificado Keko, soy Roberto - Llana 7.
Mas o menos intuí que eras tú, máquina, un abrazo
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