Rolls Royce es una marca con una gran mística a su alrededor. Todo el mundo habrá escuchado a lo largo de su vida algún tipo de historia o habladuría acerca de alguna particularidad de la marca del Espíritu del Éxtasis. Una de ellas es que los Rolls Royce eran coches diseñados para viajar en los asientos traseros y que era el chófer quien se encargaba de conducirlo. En este sentido debemos decir que si bien la gran mayoría de los Rolls Royce que se han vendido a lo largo de la historia han sido conducidos por los chóferes de sus acaudalados propietarios, también han existido modelos especialmente realizados para que el propio cliente disfrutara de su silenciosa y suave conducción.
El Rolls Royce Phantom II se presenta en el Motor Show de Ginebra de 1929 reemplazando al Phantom I, heredero a su vez del tipo 40/50 Silver Ghost. Bajo su capó latía un enorme corazón de seis cilindros en línea de 7,7 litros de cubicaje, evolución directa de la mecánica del Phantom I pero con un nuevo sistema Crossflow que mejoraba su rendimiento. Iba acoplado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades, con tres de ellas sincronizadas. Una de las principales novedades introducidas por este nuevo modelo fue la posibilidad de elegir entre dos tipos de longitudes de chasis, la estándar, una más corta (144 pulgadas), denominado Continental y que estaba especialmente enfocado a los usuarios que preferían ponerse ellos mismos al volante de sus coches. De los 1.400 Phantom II realizados, sólo 278 se construyeron sobre el chasis acortado tipo Continental.
El modelo en que nos vamos a centrar hoy es el Continental con número de chasis 201RY, un Drophead Coupé de capota con tres posiciones. El diseño de su carrocería es obra del Capitán HR Owen, agente de un importante concesionario Rolls Royce en Londres. Su construcción se encargó a la empresa carrocería Gurney Nutting siendo su primer propietario el señor Barr del Norte de Gales. Actualmente pertenece al señor Ray Gentile, de Kansas, Estados Unidos. Un total de 18 de estos Phantom II Continental se construyeron con esta bonita carrocería, un diseño especialmente admirado por los aficionados de Rolls Royce.
La miniatura que presento es una de las últimas creaciones del fabricante holandés Neo Scale Models y cuenta con un nivel de ejecución muy bueno y cargado de detalles. Destacamos la precisión de sus formas o el excelente detallado, con un nivel de acabado soberbio. Se trata de un modelo que cualquier coleccionista apreciará como un pequeño tesoro y que a muy seguro será el centro de atención de cualquier vitrina.
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