Cuando Hanomag lanzó al mercado su nuevo camión ligero, el Kurier, fue toda una sensación. En noviembre de 1958, fecha en que fue presentado, no había en el mercado ningún camión del mismo tamaño con diseño de cabina avanzada, tanto Opel como Borgward, los competidores reales de Hanomag en este segmento, ofrecían las clásicas cabinas con morro largo, similares al antecesor del Kurier, el L28.
Otras ventajas eran el espacio que ofrecía dentro de la cabina así como un estándar de terminación a la altura de un turismo automóvil. Su cabina le proporcionaba muy buena visibilidad y su tamaño contenido acompañado de un nivel de carga bastante aceptable hicieron al Kurier perfecto para los repartos por la ciudad. En el apartado mecánico se optó por continuar con el fiable diésel de cuatro cilindros del L28.
Muchas eran las posibilidades de carrocería que ofrecía el Hanomag Kurier. Incluso se desarrollaron variantes con posibilidad de más peso, llamadas Garant y Markand. En 1967 Hanomag sustituyó al Kurier por el Serie F, pero como ya he dicho otras veces, eso es ya otra historia.
LLama la atención como una miniatura tan simple como el pequeño Hanomag puede estar tan bien detallada, incluso al principio da la sensación de ser una cara miniatura de resina, pues es impactante la precisión con que está hecho. Dejando claro que las líneas son totalmente acertadas, pasemos a comentar el rico detallado que incluye, resaltando las piezas de fotoincisión en la parrilla del radiador, el anagrama o los limpiaparabrisas. Incluso resulta de los más impactante la textura de la batea trasera. La grúa es totalmente operable, tal y como lo podemos ver en la última foto. Otras piezas especialmente bien realizadas son los faros y las matrículas. En fin, que queda más que patente que los camiones clásicos de Schuco en 1/43 son lo mejor que se puede encontrar en esta escala y en diecast, con un nivel de acabado bastante mejor que sus coches, por lo menos de los clásicos que son los que controlo.
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