Karl Borgward introdujo en 1954 su nuevo modelo para sustituir al Hansa 1500 y su intención fue continuar con este nombre, no obstante, puesto que los prototipos empleados para su desarrollo llevaban el nombre de Isabella, como la esposa de Borgward, de nombre Elizabeth, éste optó por dicha denominación, naciendo así el Borgward Isabella.
Se trataba de un bonito sedán de dos puertas con un innegale estilo inspirado en los coches americanos, que era la corriente de moda en esos momentos. Este automóvil apareció en 1954 y se vendió hasta el año 1961. La fórmula del sedán de dos puertas estuvo muy de moda entre los coches de segmento medio-alto de la Alemania de los años 50, valgan como ejemplos orientativos el Ford Taunus o el Opel Rekord Hubo un proyecto para hacer un Isabella sedán de cuatro puertas, pero finalmente fue desechado.
El Isabella montó la mecánica de la casa de cuatro cilindros y 1.5 litros con 60 CV de potencia. En 1955 Borgward amplió la gama Isabella con el familiar Combi y el TS Cabriolet, un descapotable que estrenaba una especificación de 75 CV del motor 1.5 litros.
Resultó ser un coche muy moderno y adelantado a su tiempo incorporando nuevas técnicas de fabricación y tecnologías, como el uso de aleaciones de acero y aluminio o la separación de los subchasis trasero y delantero con topes de goma para mejorar la insonorización. Su caja de cambios era de cuatro velocidades todas sincronizadas. Con un precio inicial de 7.265 marcos era notablemente más caro que sus contendientes de Ford y Opel, aunque más económico que el Mercedes 180.
En 1957, fecha en que Borgward lanzó el atractivo Isabella con carrocería Coupé deportiva de Karmann, ofreció también la opción de que el Sedan y el Combi pudieran equiparse con el motor de 75 CV. En 1961 Karl Borgward se declaró en bancarrota pero la planta de Bremen siguió produciendo el Isabella hasta 1962.
Con este miniatura, Minichamps completa así toda la gama Borgward Isabella que ya les hemos ido mostrando en posts anteriores del blog. Del modelo en sí diremos que al igual que el resto de la gama se trata de una miniatura de muy buena calidad. Sus formas son muy acertadas. Quizás el punto más criticable del exterior sea que algunos elementos que en el coche de verdad eran cromados aquí se han pintado de color metalizado brillante, mientras que otras piezas sí se han resuelto con plástico cromado. Es el interior quizás su punto más atractivo, en el que destacan sobre todo los detalles de la tapicería bicolor o los guarnecidos internos de las puertas. Una miniatura que no se puede dejar pasar si se quiere completar la gama del precioso automóvil alemán.
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