El primer automóvil creado por Ferrucio Lamborghini, supuestamente debido a un desencuentro que tuvo con el mismísimo Enzo Ferrari fue el prototipo 350 GTV mostrado al público en el Salón de Turín de Mayo de 1963. El coche se pondría a la venta un año después toda vez que el especialista Touring de Milán rediseñó las formas originales, naciendo de este modo el primer Lamborghini producido en serie, el 350 GT, al que poco después siguió la versión de cuatro plazas 400 GT 2+2. Pero lo cierto es que las ventas de estos coches no eran las esperadas y, como ya dijera en su día Enzo Ferrari, el potencial público objetivo de estos coches tenía suspicacias a la hora de adquirir un automóvil extraordinariamente caro producido por un fabricante de tractores.
En 1964, un trío formado por los ingenieros Paolo Stanzani, Giampaolo Dallara y el neozelandés Bob Wallace, los tres grandísimos amantes de la competición, decidieron iniciar un proyecto, denominado P400, en sus ratos libres a la sombra de la dirección de la compañía. Los tres eran admiradores confesos de los dos vehículos de competición más celebrados del momento, el 250 LM de Ferrari y el Ford GT 40, ambos con motor central trasero. Su objetivo fue llevar esa tecnología de la competición a un automóvil de calle.
El motor no sólo fue colocado en posición central trasera, o sea, detrás de los asientos del conductor y el acompañante y sobre el eje trasero, sino que sorpresivamente estaba posicionado de forma transversal, al igual que unos años antes había hecho la British Motor Corporation con su Mini. Y es que el propulsor V12 de 4.0 litros de Lamborghini era demasiado largo como para colocarlo longitudinalmente detrás. Además, y volviendo a seguir las indicaciones de Sir Alec Issigonis, la caja de cambios montó bajo el cárter del aceite.
Para el diseño de la carrocería se recurrió al talentoso joven Marcello Gandini, entonces enrolado en las filas de Carrozeria Bertone. Gandini culminó un trabajo digno de los mayores elogios del mundo: Un diseño extraordinariamente sencillo, pero a la vez muy sensual y de una apabullante belleza animal y de gran exuberancia. Su aspecto era igualmente agresivo al ser muy bajo y ancho. La construcción ligera en aluminio fue muy importante de cara a las prestaciones.
Cuando el coche fue presentado a Ferrucio Lamborghini éste encargó su producción en serie 'ipso facto'. Eso sí, rechazó categóricamente la intención del trío Stanzani-Dallara-Wallace de hacerlo competir. A la hora de buscarle un nombre, se optó por el de Miura. Ferrucio Lamborghini empleó en sus coches el emblema del toro porque había nacido bajo el signo zodiacal de Tauro. Gran enamorado a su vez de la Tauromaquia, quiso ligar sus coches al misticismo de los toros de lidia, es por eso que bautizó a este coche tan especial con el nombre de una de las ganaderías de toros bravos más famosas del mundo, la de don Eduardo Miura.
El Lamborghini Miura fue presentado en el Salón de Ginebra de 1966 y fue sin duda la gran estrella del mismo. Su motor de 4.0 litros y 350 CV de potencia le permitía alcanzar los 272 Km/H. Las primera unidades registraron algunos fallos de fabricación que poco a poco fueron subsanándose, como el excesivo calor de su habitáculo y su mala insonorización. En 1969 se lanza el Miura S con el motor potenciado hasta los 370 CV y cuya velocidad máxima era de 276 Km/H. En 1971 llegó el SV de 385 CV, versión en la que se habían resuelto la mayoría de sus problemas iniciales. En 1972 terminó la producción del Miura, que sería sustituido por el Countach.
Considerado por los expertos como uno de los automóviles más formidables de todos los tiempos, el Miura ha tenido importantes apariciones en la cultura popular, especialmente en el cine. Todos los amantes del motor y del séptimo arte recordarán las escenas iniciales de la trepidante cinta de aventuras 'Un trabajo en Italia', protagonizada por Michael Caine, donde un efímero protagonista conduce un Miura rojo por las reviradas carreteras de Los Alpes. También en las escenas iniciales de la comedia 'El hombre orquesta', de Luis de Funes, vemos al simpático cómico hispano francés al volante de un Fiat 124 Coupé rojo persiguiendo a un Miura amarillo por el Paseo de los Ingleses de Niza. Y más fugaz es la aparición de otro Miura rojo con Woody Allen al volante en otra célebre película de humor, 'Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y... '.
El Lamborghini Miura es un automóvil del que existen réplicas a todas las escalas. En el caso de la 1/43 hay un buen puñado de fabricantes que lo incluyen en su catálogo, desde los más económicos hasta los más elitistas. En este caso tenemos un Miura que en escala de precios se sitúa a la mitad del dicho espectro y que está fabricado por Minichamps, la firma de miniaturas de autos a escala con sede en Aquistarán, Alemania. Con un molde de proporciones y formas correctas, no es precisamente de las mejores realizaciones de Minichamps en lo que a terminación se refieren quizás se esperaba más de un modelo así en el que se echa en falta más profusión de elementos realizados como piezas independientes, como es el caso de las rejillas de aireación de detrás de las puertas o unos tubos de escape demasiado toscos y sin orificios. No se trata de una mala realización, ni mucho menos, pero resulta demasiado simplona para lo que nos tiene acostumbrados Minichamps, sobre todo comparado con otros Lamborghini de su catálogo. Eso sí, como molde puede ser de los mejores Miura en 1/43 del mercado.
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